Dayro Moreno es uno de los referentes del Once Caldas; el delantero y máximo goleador del fútbol profesional colombiano es una leyenda viviente del club de Manizales debido a sus innumerables tantos. Además de ser el único futbolista que aún se mantiene activo del histórico equipo que, hace 20 años, logró coronarse campeón de la Copa Libertadores.
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Además de su destacado rendimiento en la cancha, Dayro Moreno no pasa desapercibido en las redes sociales. El habilidoso goleador llama la atención por sus vestuarios llamativos, demostrando que presta atención a cada detalle, incluido el cuidado y diseño de sus uñas.
El delantero del Once Caldas ha manifestado en varias fotografías su pasión por el Blanco de Manizales, dejando claro que dicho amor abarca hasta el más mínimo detalle de su presentación personal. Instagram se ha convertido en la plataforma donde el máximo anotador del fútbol colombiano exhibe sus distintos diseños de manicura, los cuales siempre incluyen los colores representativos del equipo.
El lugar en donde Moreno se realiza sus diseños de uñas es conocido como Vanidosa, en la capital de Caldas. El valor mínimo de un manicure es de 20 mil pesos, algo más que 5 dólares, pero los diseños especializados y extravagantes que se hace el goleador tienen un costo mucho mayor.
Por el momento, los seguidores del Once Caldas aguardan con expectativa que Dayro Moreno traslade el atrevimiento de sus vestuarios al verde césped, considerando que su última anotación se remonta a la fecha 12 de la Liga BetPlay, hace ya más de un mes. El Blanco de la Montaña se encuentra actualmente en la octava posición, enfrentándose a una situación crítica: tiene solamente una oportunidad en el próximo encuentro, que disputará como local frente al América, para asegurar su clasificación a los cuadrangulares semifinales del campeonato nacional o, en su defecto, quedar eliminado.
20 años de una hazaña continental
En una noche inolvidable de julio de 2004, el Once Caldas de Manizales se alzó con la Copa Libertadores, consagrando uno de los triunfos más sorprendentes y emocionantes en la historia del fútbol sudamericano. El estadio Palogrande fue testigo del espíritu indomable de un equipo que, contra todo pronóstico, escribió su nombre con letras de oro en el torneo más prestigioso a nivel de clubes del continente.
La aventura del Once Caldas en la Copa comenzó con una fase de grupos que, aunque desafiante, vio al equipo blanco superar a sus rivales con una combinación de táctica, disciplina y la mística que solo los grandes equipos logran desarrollar en competiciones de esta envergadura. Con cada partido, el equipo dirigido por Luis Fernando Montoya, quien más tarde sería conocido como El Cerebro, demostró que la cohesión y el trabajo en equipo pueden eclipsar a las individualidades.
En las instancias de eliminación directa, el Once Caldas se enfrentó a equipos de gran calibre, entre ellos los poderosos Santos de Brasil y São Paulo. Sin embargo, la solidez defensiva, el ingenio táctico y la eficacia en momentos cruciales fueron la fórmula del éxito para el conjunto colombiano.
La final contra Boca Juniors, un gigante del fútbol sudamericano y defensor del título, se perfilaba como el desafío definitivo. El partido de ida en La Bombonera finalizó con un empate sin goles, resultado que, lejos de desanimar, fortaleció la moral del equipo colombiano. La vuelta en Manizales fue una batalla táctica y física que terminó nuevamente en empate, esta vez 1-1, obligando a definir el campeón mediante una tanda de penales.
El destino quiso que el héroe de la noche fuera el portero Juan Carlos Henao, cuyas atajadas cruciales en la tanda de penales sellaron el 2-0 definitivo que coronaría al Once Caldas campeón de la Copa Libertadores. Aquella victoria no solo fue un triunfo para el club, sino también para todo un país que se unió en celebración por un logro que trascendió las barreras del deporte.