El ciclismo en Colombia ha crecido de tal manera en los últimos 40 años que muchas personas se quieren probar en la bicicleta en distintos terrenos, sin importar las condiciones climáticas, el recorrido o la duración, incluso para dejar huella en el mundo.
Ese fue el caso de Juan Camilo Sierra, más conocido como Sherpa Gregario que logró un récord mundial en marzo de 2024, al recorrer el Alto de Letras, uno de los puertos de montaña más complejos en el país, con una duración de 35 horas en cuatro ascensos y descensos.
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Hablando en entrevista con Infobae Colombia, el pedalista relató cada momento de ese recorrido, tanto su preparación como lo que encontró en el camino, que no fue fácil por las condiciones climáticas, el tránsito y hasta afrontó la caída de algunos árboles.
Infobae: ¿Qué lo motivó a realizar este récord en Alto de Letras?
Sherpa Gregario: El pasado 22 de marzo, ascendí y descendí cuatro veces el Alto de Letras en menos de 36 horas, 651 kilómetros de distancia, algo inédito en este puerto en Colombia y el mundo. Me motivó mi familia y mis padres, que me han apoyado en estas locuras. Como dijo mi amigo Rigoberto Urán, que “crecí loco de la cabeza, pero locos estamos todos los que montamos bicicleta”. Me siento feliz por hacerlo, me nace hacerlo, me gusta y me caracterizo por hacer ese tipo de retos, algo fuera de lo común en Colombia y el mundo.
Durante esas 35 horas de recorrido, ¿cómo fueron los periodos de descanso?
Bueno, en el transcurso de las subidas, subía normalmente en promedio cinco horas con 15 y 20 minutos, subía y bajaba de una vez, llegaba a Mariquita y paraba de seis a 10 minutos máximo, me cambiaba de jersey, comía algo rápido y volvía a subir. Así era en cada vuelta, hasta terminar la cuarta.
¿Fue lo mismo para hacer reparaciones a la bicicleta?
La verdad, no tuve que hacer ninguna reparación. La bicicleta respondió en todas las condiciones, ningún pinchazo ni nada. Lo único malo fue el clima, hubo mucha lluvia en la noche, en la madrugada frío, mucho viento. Fue difícil el tema del sueño, pero lo logramos sobrepasar y eso era lo que teníamos pensado por el sueño, pero eso no fue impedimento y logramos la meta.
Además de los problemas con el clima y el sueño, ¿de qué manera lidió con el tráfico de los carros, peatones u otros ciclistas en el camino?
En una parte iba bajando para iniciar con la cuarta subida y me encuentro con un tráfico muy pesado, había inclusive unos palos caídos porque en la madrugada llovió mucho y se cayeron algunos árboles, provocó un trancón de carros y demás. Me tocó pasar siempre por las orillas, pero logré sobrepasar eso contra todo pronóstico.
Durante ese descenso en la madrugada, algo muy importante fue que usé unas buenas llantas como las Michelín, que fueron las que me ayudaron a responder de la mejor manera en piso mojado.
¿Cómo fue su preparación y cuáles fueron las recomendaciones de su médico y entrenador?
Para la preparación mía era tener una buena carga de kilómetros, en la semana subía dos veces y como mínimo al Alto de Letras desde Marquita una vez, ese era mi entrenamiento. De resto, salía muy tranquilo, como rodadas de 60 kilómetros máximo.
Como parte de la nutrición, aumenté un poco la carga con mucha proteína, pero durante el reto, lo más importante fue la alimentación, consumí muy buenos suplementos como geles, barras energéticas, mucha comida de sal, caldos, papa salada, banano. Estuve comiendo constantemente con buena hidratación, bebidas isotónicas y menos mal todo se hizo al pie de la letra, gracias a un plan de mi nutricionista de Costa Rica.
¿Qué otro reto tiene en la cabeza?
Sí, tengo más retos en la cabeza. En este momento no lo tengo definido como tal, lo único que les puedo decir es que es algo inédito, algo nunca visto en el mundo, sería en el extranjero y les estaré contando, en este momento estamos definiendo la ruta, aún no sabemos bien, pero ya tenemos algo visualizado.