La Semana Santa se ha convertido en una de las temporadas más esperadas por los colombianos para desconectarse de la rutina y disfrutar de unos días de descanso en 2025.
Sin embargo, este periodo también puede representar un desafío para las finanzas personales si no se realiza una adecuada planificación.
Por tal motivo, la planeación de sus gastos tendrá que ser revisada con más detalle si está pensando en viajar junto a su pareja, amigos, solo o en familia, sin que esto represente tener que volver a sus actividades diarias pensando en las deudas que adquirió o el pago de pendientes que se pueden acumular por darse uno que otro gusto en esta temporada, que irá desde el domingo 13 de abril al domingo 20 de abril de 2025.
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Según un informe publicado por Valora Analitik, el 52 % de los colombianos está dispuesto a gastar más de 1 millón de pesos por persona en viajes durante esta época, esto subraya la importancia de gestionar los recursos de manera responsable, y que de esta forma no llegue a final de mes con las ‘culebras’ (término que se usa de forma popular en Colombia para referirse a las deudas) alborotadas.
De acuerdo con una encuesta realizada por la plataforma de servicios para retail Napse, los hábitos de consumo de los colombianos durante la Semana Santa reflejan una amplia diversidad en los presupuestos destinados a vacaciones.
Por un lado, el 25,4 % de los encuestados indicó que gasta hasta 600.000 pesos, mientras que el 22,4 % invierte entre 600.000 y 1 millón de pesos. Por otro lado, el 27,4 % destina entre 1 y 2 millones de pesos, y un 24,9 % supera los 2 millones en este rubro. Estas cifras dan cuenta de que los colombianos priorizan las experiencias de viaje en esta temporada.
Sin embargo, el no planear con antelación puede pasar factura, y por este motivo le brindamos una serie de consejos que puede aplicar para que esta temporada no se convierta en un Viacrucis por cuenta de los saldos en rojo o pendientes por abonar pago.
El presupuesto: el primer paso para unas vacaciones responsables
Una de las recomendaciones principales para disfrutar de la Semana Santa en 2025 sin comprometer la estabilidad financiera es elaborar un presupuesto detallado antes de iniciar cualquier plan de viaje. Este debe incluir todos los gastos previstos, como:
- Transporte.
- Alojamiento.
- Alimentación.
- Actividades de entretenimiento.
- Compras de recuerdos.
- Posibles imprevistos, como emergencias médicas o accidentes.
La planificación financiera no solo permite tener un control claro de los recursos disponibles, sino que también ayuda a evitar gastos innecesarios que puedan afectar el bolsillo a largo plazo. En este sentido, es fundamental considerar tanto los costos de traslado al destino como los gastos de movilidad dentro del lugar elegido.
Uso responsable de las tarjetas de crédito
Otro aspecto clave señalado por el portal especializado en economía hace referencia al uso de tarjetas de crédito durante las vacaciones.
Si bien estas pueden ser una herramienta útil para cubrir ciertos gastos, es esencial establecer límites claros y asegurarse de que las deudas adquiridas sean manejables. Esto implica definir de antemano qué gastos se cubrirán con la tarjeta y evitar excederse en el uso de esta, para no enfrentar problemas financieros en los meses posteriores.
La importancia de planificar con antelación
La planificación anticipada no solo permite optimizar los recursos económicos, sino que también abre la posibilidad de acceder a descuentos y promociones en servicios como transporte y alojamiento. Organizar las vacaciones con tiempo puede marcar la diferencia entre un viaje placentero y uno que genere estrés financiero.
Además, al prever los gastos con antelación, es posible destinar una parte del presupuesto a actividades recreativas y culturales que enriquezcan la experiencia del viaje, sin necesidad de recurrir a gastos imprevistos.
La Semana Santa representa una oportunidad ideal para desconectarse de las obligaciones diarias y disfrutar de momentos de calidad con familiares y amigos. Sin embargo, es fundamental encontrar un equilibrio entre el deseo de disfrutar y la necesidad de mantener unas finanzas saludables.