Los bancos dejarán de ser intensos con las llamadas que hacen hasta los fines de semana para cobrar deudas: esta es la razón

La finalidad principal de la Ley de Insolvencia es proteger a quienes recurren a este proceso debido a la falta de liquidez o recursos para saldar sus deudas

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En mayo de 2024, la
En mayo de 2024, la Superintendencia Financiera informó que los colombianos eran responsables de $35 billones en mora y $67 billones en cartera en riesgo crédito Miguel Gutiérrez/EFE

En una medida considerada muy importante para la protección de los derechos de los ciudadanos en dificultades económicas, el Gobierno colombiano dio el visto bueno a la reforma a la Ley de Insolvencia, con lo que estableció restricciones claras sobre el comportamiento de las entidades financieras hacia los deudores. Entre las disposiciones más destacadas de esta norma figura la prohibición de que los bancos hagan un número excesivo de llamadas y mensajes de cobro.

El documento establece que “las entidades financieras no podrán acosar a los deudores con llamadas insistentes ni múltiples mensajes de cobro. Quienes incumplan esta norma enfrentarán sanciones”, una estipulación que busca garantizar un trato más respetuoso y humano a quienes se encuentran en situaciones económicas apremiantes.

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La misma establece que, como parte de los cambios introducidos, “los bancos no podrán acosar a las personas con deudas que, ante la imposibilidad de pagar, se hallan [acogidas] a la ley de insolvencia”. De esta forma, los deudores recibirán un amparo contra las prácticas que previamente podrían considerarse invasivas o agobiantes, poniendo un límite firme a conductas que en algunos casos podrían rozar el hostigamiento.

Muchos colombianos se quejan de
Muchos colombianos se quejan de que los bancos llaman cualquier día a cualquier hora para cobrar - Crédito Composición Infobae/Edwin Montesinos/iStock/Andina

Beneficios para los ciudadanos en insolvencia

Además de la medida contra el acoso, la nueva norma incluye otros cambios importantes destinados a aliviar la carga económica de las personas en proceso de insolvencia. Entre los beneficios contemplados se encuentran la protección del empleo del deudor, el acceso a la ley sin comprometer la totalidad de los bienes y la suspensión de embargos mientras el proceso esté en curso.

Dichas provisiones tienen como objetivo fortalecer la seguridad jurídica y económica de quienes buscan amparo bajo este mecanismo, permitiéndoles retomar sus proyectos personales o empresariales.

Además, la finalidad principal de esta ley es proteger a quienes recurren a la insolvencia debido a la falta de liquidez o recursos para saldar sus deudas. De esta forma, el marco legal ofrece un espacio para una recuperación financiera ordenada, un aspecto clave en un país donde frecuentemente los ciudadanos enfrentan altos niveles de endeudamiento.

Funcionamiento de la ley de insolvencia en Colombia

El mecanismo de insolvencia en Colombia está diseñado para promover la reestructuración financiera de aquellos que enfrentan serias dificultades económicas, tanto personas naturales como empresas. El proceso brinda una oportunidad para renegociar deudas o liquidar activos de forma ordenada, con el fin de respetar los derechos de los acreedores y del deudor. “Se busca que los deudores puedan cumplir con sus compromisos sin afectar su operatividad ni sus derechos fundamentales”, menciona.

Para las empresas, el mecanismo está regulado por la Ley 1116 de 2006, que ofrece dos opciones principales: reorganización o liquidación judicial.

La opción de reorganización está orientada a permitir que las empresas continúen con las actividades operativas mientras negocian acuerdos con acreedores bajo la supervisión de un juez o de la Superintendencia de Sociedades. En casos donde la situación financiera sea insostenible, se procede a la liquidación, en la que los activos de la empresa son vendidos para pagar de forma ordenada a los acreedores, según un orden de prelación previamente establecido.

En este sentido, la meta es doble “permitir la recuperación financiera de los deudores viables y garantizar un trato justo para los acreedores”. El enfoque no solo busca resguardar la estabilidad económica de las personas naturales y jurídicas, sino también fomentar un equilibrio en el sistema financiero del país.

Impacto social y económico de esta reforma

La puesta en marcha de las modificaciones tendrá un impacto notable, tanto en los individuos que enfrentan la insolvencia como en el sistema financiero en su conjunto. Al limitar las prácticas intrusivas de cobro de las entidades financieras, se espera una relación más equitativa entre deudores y acreedores. El correcto funcionamiento de la ley podría traducirse en una mejora en los niveles de confianza hacia el marco legal del país, así como en una menor carga emocional y mental para quienes atraviesan crisis económicas.

Son miles los colombianos que
Son miles los colombianos que se cuelgan con el pago de una cuota bancaria, debido a la difícil situación económica del país - crédito Difusión

Dicha ley también aborda un punto crucial en la dignidad de los ciudadanos: “De esta forma, los bancos no podrán acosar a las personas con deudas”, con lo que aseguran que la normativa fomenta un equilibrio entre el cobro legítimo y el respeto por los derechos del deudor.

Adaptación a protocolos

Por otra parte, cabe esperar que las instituciones financieras adapten sus protocolos de cobranza para alinearse con las disposiciones legales y evitar sanciones que puedan afectar su propia reputación y operación. Asimismo, el Gobierno colombiano deberá implementar mecanismos efectivos de seguimiento y control que garanticen el cumplimiento de la norma en toda su extensión.

La reforma también se suma al esfuerzo de otros países de la región que buscan proteger a los sectores más vulnerables ante escenarios de endeudamiento excesivo y acumulación de intereses. Aunque las medidas no resuelven por sí mismos los problemas de fondo, representan un paso importante hacia un sistema más inclusivo y equitativo para quienes necesitan alternativas que no impliquen el sacrificio total de sus bienes o la integridad sicológica.