El Departamento de Prosperidad Social, una de las entidades clave del gobierno colombiano, ha anunciado la no renovación de trescientos contratos de prestación de servicios debido a un elevado recorte en su presupuesto para el año 2025.
El director de la entidad, Gustavo Bolívar, explicó que esta decisión, aunque difícil, es una medida necesaria ante la actual situación fiscal del país, en conversaciones en Blu Radio.
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En declaraciones al medio, Bolívar detalló que la reducción de personal responde a la contracción de recursos asignados a la entidad, que en años anteriores había experimentado un aumento considerable en su presupuesto.
“Nos han mermado los presupuestos, y toca hacer el efecto contrario: reducir personal. Es doloroso porque detrás de cada contrato terminado hay un drama humano”, afirmó el funcionario.
El director de Prosperidad Social explicó que la decisión de reducir la nómina se enmarca en un esfuerzo por ajustar los gastos operativos de la entidad.
Bolívar recordó que en 2023, cuando el presupuesto de sectores como educación y agricultura se incrementó significativamente, fue necesario contratar más personal para ejecutar los proyectos.
Sin embargo, con la disminución de recursos para el próximo año fiscal, la entidad se ha visto obligada a recortar aproximadamente el 37% de su equipo de contratistas, que había alcanzado un total de ochocientas personas, como lo afirmó en Blu Radio.
El impacto de esta medida no solo afecta a los trabajadores, sino también a la operación de la entidad. Bolívar destacó que, aunque los contratos de prestación de servicios suelen ser objeto de críticas, estos han sido fundamentales para el funcionamiento del Estado.
“Hoy en día, muchas entidades se mueven gracias a los contratistas, porque los empleados de planta tienen regímenes más estrictos y no siempre pueden cubrir las necesidades operativas. Los contratistas, con toda la flexibilidad que tienen, son esenciales”, señaló el funcionario.
Consciente de las implicaciones sociales de esta decisión, Bolívar aseguró que se han implementado mecanismos para reducir el impacto en las personas más vulnerables.
Según detalló Blu Radio, la entidad está priorizando la desvinculación de contratistas que cuentan con otros empleos. “Estamos buscando que el recorte recaiga sobre personas que ya tengan otro contrato. Siempre se les pregunta, y hay mecanismos que permiten verificarlo”, explicó.
Esta estrategia busca minimizar los efectos negativos en quienes dependen exclusivamente de un solo contrato para su sustento. No obstante, Bolívar reconoció que, pese a estos esfuerzos, la medida sigue siendo dolorosa debido a las historias humanas detrás de cada contrato terminado.
En términos generales, el costo de la nómina dentro del presupuesto total de Prosperidad Social es relativamente bajo. Bolívar precisó que, de un presupuesto de más de diez billones de pesos (aproximadamente 2.400 millones de dólares) manejado el año pasado, el costo total de la nómina fue de apenas 268.000 millones de pesos (unos 64 millones de dólares). Sin embargo, en un contexto de estrechez fiscal, cualquier ahorro resulta significativo.
El recorte de contratistas forma parte de un conjunto más amplio de medidas de austeridad que el gobierno implementará este año. Estas acciones reflejan los desafíos que enfrenta el país para equilibrar sus finanzas públicas, al tiempo que busca mantener la operatividad de las entidades estatales.
La situación de Prosperidad Social no es un caso aislado. Según explicó Bolívar, el aumento de contratistas en años anteriores estuvo directamente relacionado con el incremento en los presupuestos de varias entidades del Estado durante el primer tramo del gobierno de Gustavo Petro. Sin embargo, la contracción de recursos para el nuevo año fiscal ha obligado a muchas instituciones a reducir su personal y ajustar sus operaciones.
El caso de esta entidad pone de manifiesto los retos que enfrenta el gobierno colombiano para gestionar los recursos públicos en un contexto de restricciones fiscales. Mientras tanto, las decisiones tomadas no solo afectan a los trabajadores directamente involucrados, sino también a la capacidad del Estado para ejecutar proyectos y programas esenciales para la población.
La reducción de trescientos contratos en Prosperidad Social es un reflejo de las tensiones entre las necesidades operativas del gobierno y las limitaciones presupuestales, un desafío que seguirá marcando la agenda pública en los próximos meses.