Cuáles son los platos típicos colombianos que a los turistas no les gustan: son alimentos amados en el país

La cultura colombiana es reconocida por su diversidad gastronómica, con platos únicos que varían según las regiones del país. Sin embargo, hay preparaciones que no ser del agrado, al menos durante una primera impresión, para los paladares de los turistas que visitan el territorio nacional.

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Esa es la opinión de la inteligencia artificial (IA) a través de la plataforma ChatGPT, que, como respuesta a la curiosa pregunta sobre los alimentos que no son las primeras opciones que quieren probar los extranjeros, destacó que el ajiaco es un plato que genera opiniones divididas entre los visitantes internacionales.

“Se trata de una sopa hecha a base de pollo, papa y maíz, cuyos sabores y texturas pueden resultar inusuales para quienes no están acostumbrados a este tipo de preparaciones”, explicó.

A pesar de ello, esta sopa es muy apreciada por los colombianos y es una sopa con reconocimiento internacional también.

Pero el otro plato que también fue catalogado en esta descripción dejó sorpresa, debido a que es una de las más tradicionales representaciones de la gastronomía colombiana, en especial, porque es un emblema de la tradición antioqueña: la bandeja paisa.

Según ChatGPT, esta comida tampoco suele ser del agrado de algunos extranjeros.

“aunque es un símbolo de la cocina colombiana, puede ser considerada demasiado abundante o pesada por algunos turistas”, dijo la herramienta digital.

“Con su abundante combinación de frijoles, arroz, carne, chicharrón y aguacate, puede resultar demasiado pesada o abrumadora para ciertos paladares”, sumó.

No obstante, el sistema enfatizó que los gustos son subjetivos, y muchos turistas pueden disfrutar de estas especialidades tradicionales.

Taste Atlas, la autoridad de rankings gastronómicos que les ha dado un lugar privilegiado a varias preparaciones autóctonas de Colombia, tiene al ajiaco en una calificación de 4 sobre 5.

Esta sopa, que es un plato insignia del interior del país, porque está protagonizada por la presencia de varios tubérculos como la papa criolla (amarilla) que es la que le da el color, la papa sabanera y la suavidad de la papa pastusa y la arracacha.

Según el portal de culinaria no es una sopa de tubérculos, pero sí una sopa de pollo. “Algunas versiones del ajiaco llevan mazorcas de maíz mojadas en la sopa como guarnición. Cocinada hasta que espesa y perfumada, lo mejor es probar esta cremosa sopa en Bogotá, donde es especialmente popular”.

Y sobre la bandeja paisa también hay una perspectiva positiva, aunque de entrada sí dice que es un plato muy calórico y un “mountruo” —descrito como behemoth of a dish“— de plato.

Dice el portal en su reseña: “originalmente, el plato proporcionaba nutrición y energía a los campesinos para que pudieran aguantar todo el día, y contiene un total de 13 ingredientes: chorizo frito con limón, salsa hogau, arroz blanco cocido, carne picada, plátano macho, arepa, aguacate, frijoles rojos guisados, panceta de cerdo frita y un huevo frito por encima”.

Incluso, detalla que “tradicionalmente, este gigantesco plato se acompaña de una mazamorra, y es es uno de los platos más ricos en proteínas del planeta”.

El debate sobre los efectos de la comida típica colombiana en la salud ha generado controversia en los últimos años, especialmente en un contexto donde las enfermedades relacionadas con los hábitos alimenticios están en aumento.

Según el médico endocrino Óscar Rosero, la satanización de platos tradicionales como el sancocho, la frijolada y el ajiaco ha contribuido a una mayor confusión y, en algunos casos, a un deterioro en la salud de la población.

Así lo reportó el medio El Espectador, que abordó las declaraciones del especialista en un artículo reciente.

De acuerdo con Rosero, que es graduado de la Universidad Militar de Colombia y miembro de la Asociación Colombiana de Endocrinología, el 90% de los colombianos enfrenta problemas de salud vinculados a sus costumbres alimenticias y estilos de vida.

Este panorama ha llevado a que se culpe a la comida criolla por su alto contenido energético y de carbohidratos, una percepción que el médico considera errónea.

Según explicó al medio, esta tendencia ha provocado que muchas personas opten por alternativas supuestamente saludables, como productos bajos en calorías o cereales light, que contienen sustancias artificiales y no naturales.

“Este no es el camino”, afirmó Rosero, quien defiende con firmeza el consumo de alimentos tradicionales como una estrategia para mejorar la salud.