Ingrid Betancourt arremetió contra el embajador Milton Rengifo por su asistencia a la posesión de Maduro en Venezuela: “Será el Judas”

La confirmación de que el presidente de Colombia, Gustavo Petro, no asistirá a la investidura de Nicolás Maduro el viernes 10 de enero de 2025, no ha evitado que surjan controversias. En representación del Gobierno colombiano, el embajador Milton Rengifo será quien asista al evento, una decisión que ha generado críticas desde distintos sectores que rechazan el tercer mandato de Nicolás Maduro, al que sectores de la oposición y organismos internacionales acusan de haber sido producto de elecciones fraudulentas celebradas el pasado 28 de julio.

Rengifo, designado embajador en Venezuela en marzo de 2024 y quien asumió oficialmente el cargo en noviembre, defendió su asistencia en una entrevista con Noticias Caracol. Según el diplomático, su presencia responde a una política de “buena vecindad” promovida por el Gobierno de Petro.

Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel

“Es un mensaje de recuperar la confianza. Queremos mantener la puerta abierta para colaborar en la superación de la conflictividad interna de Venezuela”, afirmó el embajador al medio citado. También destacó que su labor como embajador está enfocada en fortalecer la relación bilateral, atender a los dos millones de colombianos residentes en Venezuela, y mejorar las dinámicas comerciales en la frontera, un punto crucial para ambas naciones.

La excandidata presidencial, conocida por su lucha por los derechos humanos, expresó su rechazo enérgico a la asistencia de Rengifo a la ceremonia. A través de su cuenta en X, señaló: “La política de la avestruz. Nuestro embajador en Caracas decidió esconder la cabeza para no tener que denunciar el fraude electoral, los arrestos ilegales, las desapariciones forzosas, el sufrimiento de todo un pueblo”.

Seguido, arremetió contra el diplomático insinuando que sigue las órdenes de Petro más que todo por el sueldo que gana, que por la verdadera función social que debería cumplir en su cargo: “Aprecia más su sueldo que su dignidad humana. ¿Cómo vivirá el resto de su vida sabiendo que fue el Judas de este momento crucial?”

Pero, la polémica no se limita al ámbito diplomático. En los últimos meses, Colombia, junto a Brasil y México, intentó mediar en la crisis electoral venezolana, exigiendo una verificación independiente de los resultados del 28 de julio como condición para reconocer la victoria de Maduro. Sin embargo, al fracasar esta mediación, ninguno de los tres países reconoció oficialmente el triunfo del líder chavista, aunque enviarán representantes de bajo nivel a su toma de posesión.

El presidente Gustavo Petro también se pronunció sobre las elecciones venezolanas, calificándolas como “no libres! y asegurando que su gobierno no las puede reconocer: “Las elecciones pasadas en Venezuela no fueron libres. No hay elecciones libres bajo bloqueos (...) No podemos reconocer las elecciones que no fueron libres y esperamos que estas puedan realizarse pronto sin bloqueos ni intimidaciones internas”, afirmó Petro en su cuenta de X.

Sin embargo, el mandatario subrayó que Colombia no romperá relaciones diplomáticas con Venezuela, una nación con la que comparte 2.219 kilómetros de frontera y mantiene importantes vínculos comerciales.

“Cualquier desavenencia entre los gobiernos no debe serlo entre nuestros pueblos. Colombia no romperá relaciones diplomáticas con Venezuela, ni intervendrá en los asuntos internos de ese país, sin invitación. Pero solicitamos desde nuestra propia lucha por los derechos humanos en Colombia, que se respeten para todos y todas en Venezuela”, señaló el presidente.

La investidura de Nicolás Maduro para un tercer mandato se da en un clima de tensiones políticas y sociales tanto en Venezuela como en el ámbito internacional. Mientras sectores de la oposición venezolana, liderados por Edmundo González Urrutia, aseguran que fueron ellos quienes ganaron las elecciones, el chavismo mantiene su control del poder.

La controversia sobre la presencia de Milton Rengifo en el acto de posesión de Maduro sigue encendiendo debates, reflejando las profundas divisiones que genera la relación entre ambos países y las complejidades de la diplomacia en un contexto tan polarizado.