Con tensión en las calles, militarización por parte de ambos Estados en la frontera y críticas nacionales e internacionales contra el presidente Gustavo Petro por enviar un representante al evento, el 10 de enero se tiene programada la posesión de Nicolás Maduro en Venezuela.
En la previa de este evento se llevaron a cabo múltiples manifestaciones en Venezuela y a nivel internacional como muestras de respaldo a la oposición que sigue con su postura de que el ganador de las elecciones presidenciales fue Edmundo González y no el representante del régimen, pero estas movilizaciones terminaron con la detención de la líder política María Corina Machado.
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Con este escenario, en el que varios mandatarios de la región han decidido cortar relaciones con Venezuela, el silencio por parte del Gobierno Petro ha generado que se generen inquietudes sobre el impacto que podría tener Colombia tras una hipotética posesión de Nicolás Maduro.
“El rol incómodo de Colombia” en la posesión de Maduro
En diálogo con Infobae Colombia, y con fragmentos de su columna de opinión en The Conversation, el internacionalista y profesor de la Universidad de La Sabana, Fernando Cvitanic, destacó que la decisión del Gobierno nacional tendrá impacto, ya que aunque el presidente no estará en la posesión, “no importa quién vaya: asistir es dar legitimidad al régimen”.
Cvitanic indicó que la postura de Colombia no puede ser intermedia y que la presencia del embajador Milton Rengifo es una muestra de apoyo para la dictadura venezolana.
“Podríamos decir que Colombia se estaría alineando con Irán, Rusia, Corea del Norte, Nicaragua y Cuba, que son algunos de los Estados que sí lo han reconocido como presidente de Venezuela. Esto es un paso en falso para la política exterior colombiana”.
De la misma forma, el internacionalista destacó que dar la espalda a la dictadura de Maduro no es una decisión fácil para el Gobierno nacional, que debe pensar en las consecuencias que sus actos pueden provocar en la frontera de más de 2.000 kilómetros.
“Lo que para otros se limita a un problema de migración ilegal, para Colombia es un problema social y político. No es tan fácil rechazar al Gobierno de Maduro. Incluso las relaciones consulares entran en juego. Basta pensar en la documentación, incluidos pasaportes, de los venezolanos que viven en Colombia y que se cifran en casi tres millones de personas”, indicó el internacionalista al respecto.
Cvitanic manifestó que en caso de que se registre la posesión de Nicolás Maduro, esto representara “una grave amenaza para la democracia” y que las naciones que no rechacen su comportamiento podrían quedar retratadas durante varios años; sin embargo, no analizó un escenario similar sobre la relación que podría tener Colombia con Estados Unidos después de esto.
La opinión del internacionalista es que aún no hay certeza de la postura definitiva que tiene Donald Trump sobre lo que se registra en Venezuela y que esto quedó expuesto durante su primer mandato del empresario en la Casa Blanca, no profundizó de manera tan tajante en los conflictos internacionales.
“De hecho, en sus discursos, Maduro no ha sido violento con Donald Trump. Y si las intenciones de repetir la historia existieran, como en su momento ocurrió con Allende en Chile, ya lo habrían hecho. En consecuencia, el pragmatismo alza la bandera, se convierte en ficha clave en las relaciones internacionales y deja una lección clara: no siempre lo bueno y lo justo es lo legítimo”, puntualizó Fernando Cvitanic, que fue enfático en indicar que el Gobierno nacional debe ser responsable con sus decisiones debido a que “para Colombia el asunto venezolano es mucho más grave que para el resto de países”.