El día que Patarroyo “quiso morir” en el Amazonas: la historia del pánico detrás del avance de la vacuna contra la malaria

Abrumado por la presión de los resultados de su investigación, el científico pidió a un colaborador llevarlo al río Amazonas, donde vivió un momento de profunda introspección al enfrentarse a sus propios miedos y responsabilidades

Guardar
Manuel Elkin Patarroyo falleció a
Manuel Elkin Patarroyo falleció a los 78 años el jueves 9 de enero de 2025 debido a un paro cardiorrespiratorio - crédito montaje Infobae creado con kittl.com

En la tarde del jueves 9 de enero de 2025, se confirmó el fallecimiento de Manuel Elkin Patarroyo, científico colombiano reconocido internacionalmente por su trabajo en la búsqueda de una vacuna contra la malaria, enfermedad que afecta a millones de personas en el mundo.

Patarroyo murió a los 78 años debido a un paro cardiorrespiratorio, dejando un legado de investigación científica y compromiso con la humanidad.

Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.

Aunque su vida estuvo marcada por el reconocimiento y los avances científicos, Patarroyo experimentó momentos de profunda angustia, incluso en los instantes más significativos de su carrera.

Uno de esos episodios lo vivió en enero de 1986, cuando logró un avance crucial en el desarrollo de su vacuna.

La noche crucial en el Amazonas

En una entrevista con el odontólogo Marlón Becerra, Patarroyo relató el día en que logró avances su vacuna en un grupo de monos en el Amazonas.

La investigación se realizó bajo estrictas condiciones de doble ciego, lo que significa que ni el investigador ni el personal conocían cuáles animales habían recibido la vacuna experimental y cuáles un placebo.

Los códigos que revelaban esta información fueron enviados desde Bogotá y llegaron a Leticia, Amazonas, la noche del 26 de enero.

En enero de 1986, Patarroyo
En enero de 1986, Patarroyo logró un avance significativo en su investigación sobre la malaria durante un experimento en Leticia, Amazonas, pues el 50% de los monos vacunados no desarrollaron la enfermedad, un paso revolucionario en la historia de las vacunas químicamente sintetizadas - crédito Colprensa

“Vi que algunos monos no desarrollaban malaria tras la vacunación, pero hasta que no tuviera los códigos no podía saber si eran parte del grupo vacunado o del de control”, comenzó por explicar.

Al recibir los resultados, descubrió que el 50% de los monos que habían recibido la vacuna no desarrollaron la enfermedad: “Fue un momento impactante. Era la primera vez que alguien lograba desarrollar una vacuna químicamente sintetizada contra la malaria”.

Sin embargo, lo que debería haber sido un momento de júbilo se convirtió en una fuente de angustia para el científico: “Sentí un pánico absoluto”, confesó.

“Me mandaron los códigos desde Bogotá y comienzo yo a mirar que había unos micos que no desarrollaban malaria después de haberlos vacunado, pero yo no sabía si eran con la vacuna verdadera o la vacuna falsa. Cuando llegó el avión de Avianca y me entregaron los códigos y dije pucha vida, el 50% de los micos no tienen malaria y son los vacunados, repitamos las cosas, vamos a tomar las nuevas muestras. A las 8 de la noche fuimos y tomamos las muestras y volvimos y los micos no tenían malaria, sentí un pánico absoluto”.

El peso del futuro

Patarroyo explicó que el avance científico le hizo prever las inmensas responsabilidades que venían: “Pensé en todo lo que se avecinaba: ensayos en humanos, la posibilidad de que algo saliera mal, incluso que alguien muriera por un error. Siempre quise hacer el bien, pero me aterraba causar daño, aunque fuera mínimamente”.

Aunque sus avances en la
Aunque sus avances en la vacuna experimental contra la malaria fue un hito, Patarroyo confesó haber sentido “un pánico absoluto” al prever las responsabilidades científicas y éticas que vendrían - crédito Colprensa

Esa noche, abrumado por el peso de sus pensamientos, pidió a uno de sus colaboradores que lo llevara al río Amazonas en una pequeña lancha.

Durante el trayecto, mientras el bote esquivaba troncos flotantes, Patarroyo cayó al agua y aunque su colaborador aseguró que fue un accidente, él cree que en ese momento su angustia lo llevó a rendirse: “Creo que quise morir, me dejé hundir, pensando que sería mejor no enfrentar todo lo que venía”.

Sin embargo, en un giro de reflexión y sobrevivencia, Patarroyo emergió del agua: “De repente, pensé: ‘Me estoy ahogando’, salí a la superficie y decidí enfrentar lo que el futuro me deparara”.

Una vida dedicada a la ciencia

Desde aquel día, Patarroyo continuó trabajando con determinación en su proyecto de vida: el desarrollo de vacunas que beneficiaran a la humanidad.

Inspirado desde los nueve años por la figura de Louis Pasteur, el científico colombiano dedicó su carrera a resolver los problemas de enfermedades infecciosas como la malaria, la tuberculosis y la hepatitis.

Tras caer accidentalmente al río
Tras caer accidentalmente al río Amazonas, el científico relató cómo emergió del agua decidido a enfrentar el futuro, marcando un punto de inflexión en su vida personal y profesional - crédito Colprensa

Según sus propias palabras, en el momento de la entrevista, julio de 2012, su equipo había alcanzado entre un 90% y un 95% de avance en la solución del problema de las vacunas universales, un logro que podía tener implicaciones para más de 500 enfermedades infecciosas.

Guardar