Un ambicioso proyecto para garantizar el abastecimiento de agua en Cundinamarca podría cambiar el panorama hídrico de la región. La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) y la Gobernación de Cundinamarca firmaron un acuerdo que busca implementar sistemas de abastecimiento basados en aguas subterráneas. Este plan, que priorizará inicialmente a diez municipios, tiene como objetivo reducir la dependencia del suministro de la Empresa de Acueducto de Bogotá y aliviar la presión sobre las fuentes hídricas de la capital.
La crisis de abastecimiento de agua que afecta a la ciudad desde principios de 2024 llevó a implementar esquemas de racionamiento que limitan el consumo en turnos diarios. En este contexto, las aguas subterráneas emergieron como una alternativa viable no solo para la capital, también para los municipios de la región. Según detalló El Tiempo, el acuerdo firmado entre la CAR y la Gobernación busca aprovechar esta fuente hídrica mediante la perforación de pozos profundos, una estrategia que ya demostró ser efectiva en localidades como Madrid, donde el 50% del agua proviene de este tipo de sistemas.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
El director de la CAR, Alfred Ballesteros, explicó al medio que el uso de aguas subterráneas no es una práctica nueva, pero que su implementación a gran escala requiere estudios detallados y tratamientos específicos para garantizar su potabilidad. “En las zonas rurales, históricamente se ha utilizado agua subterránea para consumo humano, pero ahora debemos tratarla para cumplir con los estándares de calidad”, afirmó Ballesteros. Actualmente, el uso de estas aguas en Bogotá es limitado y se destina principalmente a fines industriales, domésticos, riego de cultivos y, en menor medida, al consumo humano.
Estudios y planificación para garantizar el abastecimiento
De acuerdo con El Tiempo, la CAR tiene previsto realizar estudios de geofísica, magnetotelúrica y sondeo eléctrico durante el primer semestre de 2025. Estos análisis permitirán identificar acuíferos, determinar los caudales disponibles y evaluar su capacidad para abastecer a las poblaciones priorizadas. Ballesteros señaló que los resultados de estos estudios estarán listos en un plazo máximo de seis meses, lo que permitirá iniciar las inversiones en el segundo semestre del año.
El proyecto se centrará inicialmente en diez municipios de la sabana de Bogotá, una región que enfrenta altos niveles de estrés hídrico. Las localidades priorizadas son Sopó, Gachancipá, Chía, Cota, Cajicá, Funza, Mosquera, Madrid, Facatativá y La Calera. Según el director de la CAR, estas áreas presentan una saturación de fuentes hídricas superficiales o carecen de alternativas subterráneas, lo que hace urgente la implementación de soluciones sostenibles.
Autonomía hídrica para los municipios
El propósito del acuerdo es que cada municipio cuente con al menos un pozo profundo que permita abastecer a su población con agua subterránea. Las Empresas Públicas de Cundinamarca (EPC) serán las encargadas de construir y administrar los sistemas de acueducto derivados de estos pozos.
Ballesteros destacó en el medio citado que, con solo el 10% de las aguas subterráneas disponibles, sería posible satisfacer la demanda de la región durante los próximos 100 años. Actualmente, la CAR ha otorgado 1.600 licencias para la captación de aguas profundas, de las cuales 1.290 se concentran en la sabana centro y occidente. En Bogotá, existen 528 pozos perforados, pero solo 64 cuentan con concesión para captación, lo que evidencia el potencial subutilizado de esta fuente hídrica.
Costos y viabilidad del proyecto
El estudio de los pozos se realizará a profundidades de hasta 1.000 metros (3.281 pies), lo que garantizará una mayor disponibilidad de caudales y un menor riesgo de agotamiento. Según datos proporcionados a El Tiempo, cada punto de muestreo magnetotelúrico tendrá un costo aproximado de $40′000.000. Estos costos serán asumidos por las empresas de servicios públicos de los municipios o del departamento, que también deberán financiar la construcción de los sistemas de acueducto.
El director de la CAR subrayó que los resultados de los estudios permitirán tomar decisiones sobre el abastecimiento de agua, y sobre el ordenamiento territorial. “Debemos evaluar si los municipios tienen fuentes hídricas suficientes o si es necesario limitar su crecimiento para garantizar un uso sostenible del recurso”, explicó Ballesteros.