En medio de un panorama desafiante para el sector de las telecomunicaciones, EPM Telecomunicaciones S.A., conocida como Tigo-Une, solicitó al Ministerio del Trabajo autorización para llevar a cabo un despido colectivo, argumentando razones técnicas, operativas y financieras.
Esta decisión, que podría afectar a un grupo grande de empleados, pone en el centro del debate los derechos laborales y las normativas que regulan este tipo de desvinculaciones en Colombia.
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De acuerdo con información del Ministerio de Trabajo, el despido colectivo es una figura regulada por la Ley 50 de 1990, que permite a las empresas terminar los contratos de trabajo de varios empleados cuando enfrentan dificultades económicas, técnicas, operativas o administrativas que comprometen su viabilidad.
Sin embargo, este proceso está sujeto a estrictos requisitos legales que buscan proteger a los trabajadores y garantizar que las empresas cumplan con los procedimientos establecidos.
Según lo estipulado en el numeral 4 del artículo 67 de la Ley 50 de 1990, un despido es considerado colectivo cuando afecta, en un periodo de seis meses, a un porcentaje específico de empleados, dependiendo del tamaño de la empresa. Los límites establecidos son los siguientes:
- Empresas con entre 10 y 50 empleados: hasta el 30%.
- Entre 51 y 100 empleados: hasta el 20%.
- Entre 101 y 200 empleados: hasta el 15%.
- Entre 201 y 500 empleados: hasta el 9%.
- Entre 501 y 1.000 empleados: hasta el 7%.
- Más de 1.000 empleados: hasta el 5%.
Para proceder con un despido colectivo, la empresa debe presentar una solicitud formal al Ministerio del Trabajo, en la que se incluyan las razones que justifican la medida, así como una explicación detallada de los motivos técnicos, económicos o administrativos que la respaldan. Además, es obligatorio notificar por escrito a los empleados afectados, informándoles sobre la solicitud presentada.
Uno de los aspectos clave del despido colectivo es que no se considera una justa causa para la terminación del contrato laboral. Esto significa que los empleados afectados tienen derecho a recibir una indemnización, tal como lo establece el Código Sustantivo del Trabajo. La indemnización corresponde al monto que se otorgaría en un despido sin justa causa, incluso si el Ministerio del Trabajo autoriza la medida.
Sin embargo, existen excepciones. Si la empresa demuestra que su patrimonio líquido gravable es inferior a 1.000 salarios mínimos mensuales vigentes, el monto de la indemnización puede reducirse al 50% del valor establecido por ley. Este punto busca equilibrar la protección de los derechos de los trabajadores con la situación financiera de la empresa.
En el desarrollo de su reestructuración organizativa, Tigo-Une implementó dos políticas adicionales. La primera se centra en una reorganización interna para adaptarse a las dinámicas del mercado, mientras que la segunda contempla un programa de retiro voluntario anticipado. Este último está dirigido a empleados que deseen acogerse de manera libre, incluyendo a pre-pensionados y a quienes ya han alcanzado la edad para pensionarse.
En un comunicado oficial, la empresa expresó su compromiso con “conectar cada vez más a los colombianos, especialmente en medio de las coyunturas retadoras que enfrenta el sector de las telecomunicaciones”. Sin embargo, no se especificó cuántos empleados podrían optar por el retiro voluntario ni cuántos estarían involucrados en el proceso de reestructuración.
El despido colectivo no solo requiere la autorización del Ministerio del Trabajo, sino que también está sujeto a un análisis riguroso por parte de esta entidad. El objetivo es verificar que las razones presentadas por la empresa sean válidas y que se cumplan con los requisitos legales. Este procedimiento busca garantizar que la medida sea proporcional y que respete los derechos de los empleados.
Es importante destacar que, al calcular el porcentaje de trabajadores afectados, solo se consideran los despidos sin justa causa. Las terminaciones de contrato por vencimiento del plazo pactado o por causales legales justificadas no se incluyen en este cálculo.
El despido colectivo es una medida que, aunque legal, tiene un impacto significativo tanto para los trabajadores como para las empresas. En el caso de Tigo-Une, la solicitud presentada al Ministerio del Trabajo refleja los desafíos que enfrenta el sector de las telecomunicaciones en Colombia, marcado por cambios constantes y una alta competitividad.
Para los empleados afectados, es fundamental estar informados sobre sus derechos y exigir el cumplimiento de las normativas vigentes, incluyendo el pago de las indemnizaciones correspondientes. En caso de irregularidades, pueden presentar quejas ante el Ministerio del Trabajo.
Por su parte, las empresas deben garantizar que los procesos de despido colectivo se realicen de manera transparente y conforme a la ley, buscando un equilibrio entre la sostenibilidad financiera y la protección de los derechos laborales.