El expresidente uruguayo José ‘Pepe’ Mujica, reconocido por su liderazgo en el progresismo latinoamericano, enfrenta los últimos días de su vida debido a un cáncer que avanza sin tregua.
En una reciente entrevista con un medio local, Mujica, de 89 años, compartió su realidad, describiendo cómo la enfermedad ha colonizado su hígado y cómo su cuerpo, desgastado por la edad y enfermedades crónicas, no soporta más tratamientos ni cirugías.
El líder uruguayo, conocido por su papel como presidente entre 2010 y 2015 y por su vida austera, ha sido siempre una figura inspiradora en América Latina. Ahora, en un momento de introspección, ha pedido tranquilidad y respeto, dejando claro que no buscará nuevos tratamientos. Su mensaje resuena con serenidad y aceptación: “El guerrero tiene derecho al descanso”.
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Ante esta noticia, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, expresó su solidaridad y admiración hacia Mujica, enviando un emotivo mensaje en redes sociales.
En su publicación, Petro destacó los ideales de unidad latinoamericana que siempre defendieron Mujica y otros grandes líderes de la región, subrayando la importancia de mantener vivos esos sueños.
Este gesto refleja el impacto que Mujica ha tenido más allá de las fronteras de su país, convirtiéndolo en un símbolo de lucha y esperanza.
“Adiós hermano Pepe y hasta la victoria siempre. Ojalá nuestra América del sur tenga un nombre: la Amazonía y ojalá América Latina tenga un himno en su unidad, como es tu sueño. Los oficiales de Bolívar te saludan”, señaló.
Mujica también enfatizó en la entrevista que no desea ser objeto de una atención excesiva en este momento. Ha pedido que se respete su privacidad, dejando un último mensaje de dignidad y sencillez, características que siempre lo han definido. Su legado como defensor de la justicia social, la equidad y la humildad permanecerá en la memoria de quienes lo consideran un referente en la política mundial.
Mientras su salud se deteriora, Mujica enfrenta este capítulo final con la misma serenidad que caracterizó su vida. Su ejemplo sigue siendo una fuente de inspiración para una región que lucha por la unidad y la justicia, recordando que el verdadero liderazgo trasciende el poder y se refleja en los valores y principios que se defienden hasta el último aliento.
Un panorama de salud complejo
Tras superar 32 sesiones de radioterapia que en su momento lograron reducir el tumor, el cáncer ha regresado con fuerza, extendiéndose ahora hacia su hígado. En una emotiva entrevista concedida al semanario uruguayo Búsqueda, Mujica habló desde su chacra en Rincón del Cerro, acompañado por su esposa Lucía Topolansky y visiblemente conmovido por la situación.
El líder histórico del Frente Amplio declaró que no se someterá a ningún tratamiento adicional debido a las limitaciones de su cuerpo, debilitado tanto por su edad como por sus enfermedades crónicas.
“El cáncer en el esófago me está colonizando el hígado. No lo paro con nada. Soy un anciano y mi cuerpo no soportaría ni un tratamiento bioquímico ni una cirugía más”, afirmó Mujica, dejando claro que ha decidido enfrentar la enfermedad de manera natural y sin más intervenciones médicas. También hizo un llamado a los médicos para que no prolonguen su sufrimiento innecesariamente, optando en cambio por un enfoque paliativo: “Que me pichicateen y cuando me toque morir, me muero. Estoy condenado, hermano. Hasta acá llegué”.
A pesar del dolor físico y emocional, Mujica mantiene su carácter estoico y su enfoque en las cosas simples que siempre han definido su vida. Con su característica humildad, el exmandatario uruguayo afirmó que ahora solo busca dedicar el tiempo que le queda a trabajar en su chacra, una actividad que le da paz y lo mantiene conectado con sus raíces.
En la entrevista, Mujica también aprovechó para despedirse de los uruguayos y de su barra política. En un gesto de unidad, enfatizó la importancia del respeto mutuo, incluso entre quienes piensan diferente: “Es fácil tener respeto para los que piensan parecido a uno, pero el fundamento de la democracia es el respeto a los que piensan distinto. Por eso, la primera categoría son mis compatriotas, y de ellos me despido. Les doy un abrazo a todos”, declaró, con los ojos llenos de lágrimas, según narró el semanario.
Mujica también se dirigió a sus compañeros de lucha y a los simpatizantes de su movimiento político, el Frente Amplio. Aclaró que, si bien sigue ofreciendo apoyo cuando puede, hace tiempo que las decisiones principales ya no pasan por sus manos. “Ahora tengo mis simpatías y, cuando puedo dar una manito, la doy. Pero no soy un viejo consultor al que tienen que pedirle permiso”, expresó con sinceridad, marcando el cierre de un capítulo importante de su vida pública.