Un mono cariblanco, una especie de primate conocida científicamente como Cebus capucinus, fue rescatado en el municipio de Piedecuesta, Santander, tras ser encontrado en condiciones de maltrato y cautiverio ilegal.
El animal permanecía amarrado a una reja en la parte exterior de una vivienda, lo que generó una denuncia ciudadana que permitió a las autoridades ambientales intervenir y trasladarlo a un centro especializado para su atención.
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El operativo de rescate fue llevado a cabo por la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (Cdmb) en colaboración con la Policía Ambiental, la seccional de Carabineros y el grupo de Protección Animal.
Tras la incautación, el mono fue trasladado al Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre (CAV) de la Cdmb, donde se le realizaron chequeos médicos para evaluar su estado de salud y descartar posibles enfermedades. El primate permanecerá en cuarentena mientras recibe los cuidados necesarios antes de ser reinsertado en su hábitat natural.
El mono cariblanco, caracterizado por su pelaje negro, cara rosada y una franja blanca en la parte frontal de su cuerpo, es una especie de tamaño mediano que puede pesar entre 1.5 y 4 kilogramos (3.3 y 8.8 libras). Estos primates desempeñan un papel crucial en los ecosistemas, ya que contribuyen al mantenimiento y la estructura de las comunidades vegetales.
El caso del mono cariblanco es solo uno de los múltiples incidentes de maltrato y tráfico ilegal de fauna silvestre que se han registrado en el departamento de Santander. Según reportó Vanguardia, durante 2024, la Cdmb ha rescatado un total de 1.830 animales que se encontraban en condiciones de cautiverio ilegal, ya sea a través de decomisos, entregas voluntarias o denuncias ciudadanas. Entre las especies más afectadas se encuentran aves exóticas, tortugas, primates, serpientes y perezosos.
Uno de los casos más impactantes ocurrió en un predio del municipio de Lebrija, donde las autoridades encontraron 23 animales silvestres enjaulados en espacios reducidos y en condiciones inadecuadas. Según detalló el medio mencionado, estos animales eran presuntamente explotados con fines comerciales. La intervención permitió su rescate y traslado al CAV para recibir atención especializada.
Indignación en Tolima por la muerte de un caballo durante cabalgata organizada por la Alcaldía de Carmen de Apicalá
La muerte de un caballo en plena cabalgata tradicional en Carmen de Apicalá, departamento del Tolima, ha generado una ola de indignación y críticas hacia el alcalde Luis Ángel Gutiérrez, quien ha sido señalado por presunto maltrato animal.
El incidente, ocurrido el pasado 4 de enero, ha puesto en el centro del debate la falta de protocolos de bienestar animal en eventos públicos y ha movilizado a organizaciones defensoras de los derechos de los animales, que exigen una investigación exhaustiva para esclarecer los hechos y determinar responsabilidades.
De acuerdo con información publicada por Olimpica El Espinal, la cabalgata, organizada por la Alcaldía Municipal, reunió a aproximadamente 120 caballos y buscaba ser un espacio de esparcimiento para la comunidad.
Sin embargo, testigos denunciaron que durante el evento no se garantizaron condiciones básicas para el cuidado de los equinos. Entre las irregularidades señaladas se encuentran la falta de hidratación para los animales y el comportamiento irresponsable de algunos jinetes, quienes habrían participado en el recorrido en estado de embriaguez. Estas situaciones generaron preocupación entre los asistentes, quienes esperaban disfrutar de una actividad tradicional sin incidentes.
La controversia no solo se centra en el fallecimiento del caballo, sino también en las condiciones generales en las que se desarrolló la cabalgata. Según el medio ya mencionado, los protocolos de bienestar animal no fueron respetados, lo que habría contribuido al deterioro de la salud de los equinos participantes.
La falta de hidratación, en particular, ha sido señalada como una de las principales causas del colapso del animal que montaba el alcalde. Además, el comportamiento de algunos jinetes, presuntamente bajo los efectos del alcohol, ha sido criticado por los asistentes, quienes consideran que estas actitudes ponen en riesgo tanto a los animales como a las personas presentes en el evento.