A finales de diciembre de 2024, los músicos colombianos Juandas y Pipe Galán compartieron en sus redes sociales detalles de sendos intentos de robo que estuvieron a punto de sufrir mientras realizaban eventos en la región de La Calera, Cundinamarca.
Ambos relatos, aunque sucedidos de manera independiente, reflejan una modalidad de estafa que ha comenzado a preocupar a los artistas que se desplazan fuera de las ciudades para prestar sus servicios.
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El engaño a Juandas y su hermana
Uno de los testimonios fue dado por Juandas, que, junto a su hermana Daniela Lucía, fue contactado para ofrecer su talento en una novena organizada en un condominio del municipio.
La propuesta parecía legítima: la persona que los contactó les aseguró haber recibido recomendaciones de vecinos y coordinó todos los detalles del evento.
Tras pactar el costo y la duración de la presentación, incluso se solicitaron los números de cédula de los músicos, lo que en principio no pareció sospechoso.
Lo único inusual fue que se les preguntó si iban en carro y si viajaban solos, lo que parecía una simple formalidad.
Sin embargo, al llegar al lugar del evento, Juandas y su hermana se encontraron con la sorpresa de que el celador del condominio desconocía el nombre de la persona que los había contratado y no tenía información sobre ningún evento programado para esa noche.
Intentaron comunicarse varias veces con el supuesto organizador, pero no obtuvieron respuesta, tras esperar en vano, decidieron irse del lugar, conscientes de que algo no estaba bien.
Unos días después, Juandas supo de otro caso similar. El músico Felipe Galán relató su experiencia en las mismas cercanías.
La trocha y el supuesto secreto
A diferencia de Juandas, Galán y su compañero se adentraron por una trocha hacia un sitio en el que el acceso era difícil debido a las lluvias.
A medida que avanzaban la situación se tornó más sospechosa cuando, tras quedar atrapados en el barro, comenzaron a recibir llamadas de la supuesta persona de seguridad.
Estos individuos les indicaron que estaban siendo observados por grupos armados y les pidieron información personal, incluidos los números de familiares, bajo la amenaza de estar bajo secuestro.
La tensión aumentó cuando los músicos fueron abordados por un vehículo, que ellos pensaron que podía ser un intento de rescate.
Sin embargo, al descubrir que el vehículo era de una empresa de servicios eléctricos, la situación cambió, afortunadamente, Galán y su compañero lograron salir del lugar y, al continuar su viaje, fueron seguidos por una motocicleta que intentó obtener más información sobre ellos.
La aparición de una patrulla de policía, que escoltó a los músicos hasta llegar a un lugar seguro, les permitió evitar mayores riesgos.
La alerta para los músicos
Tanto Juandas como Galán alertaron a sus seguidores sobre esta creciente modalidad de estafa, que pone en riesgo no solo los instrumentos y equipos de los artistas, sino a su seguridad personal.
En sus testimonios, ambos coincidieron en la importancia de tomar precauciones como solicitar adelantos económicos o realizar videollamadas con los clientes antes de viajar a eventos fuera de la ciudad.
Juandas, por ejemplo, recomendó compartir información sobre estos casos con colegas y familiares para crear redes de protección y prevenir que más músicos se conviertan en víctimas.
Por su parte, Pipe Galán también hizo énfasis en la necesidad de desconfiar de situaciones en las que no se acuerda un anticipo y las ubicaciones resultan sospechosas.
Su experiencia resaltó la importancia de estar alerta frente a llamadas que solicitan datos personales sin justificación, así como la necesidad de mantener informados a los familiares y amigos sobre los desplazamientos.