Compró zapatos y gafas por Internet y recibió una “porquería”, el testimonio viral que alerta sobre estafas en Colombia

En Colombia, la compra de productos a través de internet se ha consolidado como una alternativa conveniente para quienes buscan evitar las largas filas en tiendas físicas o la molestia de desplazarse a lugares comerciales.

Sin embargo, junto con la comodidad que ofrece el comercio en línea, también han surgido riesgos asociados con estafas que afectan a los consumidores, especialmente en aquellos casos en los que los productos recibidos no corresponden a los que se promocionaron inicialmente.

Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.

Una modalidad de fraude que ha tomado relevancia en los últimos meses involucra la oferta de artículos a través de redes sociales y plataformas de mensajería, en las que los vendedores prometen productos de calidad, pero lo que realmente entregan a los compradores son versiones falsificadas o de baja calidad.

Estos fraudes no solo afectan a quienes compran artículos de tecnología o ropa, también se han registrado en productos de uso cotidiano como calzado y gafas.

Uno de los testimonios que ha llamado la atención en redes sociales es el de Edgar Molina, un usuario de TikTok que, a través de un video, denunció haber sido víctima de esta modalidad de estafa.

Molina relató cómo adquirió unos zapatos y gafas promocionados en plataformas como Facebook y Messenger, confiando en las imágenes y descripciones ofrecidas por los vendedores.

Sin embargo, cuando recibió los productos en su domicilio la sorpresa fue desagradable: los artículos no solo no coincidían con lo que había visto en línea, sino que la calidad era notoriamente inferior.

En el video, Molina explicó con indignación que los zapatos que le enviaron eran una copia de los modelos originales, pero sin la calidad ni los materiales que se prometían.

“Lo único bonito de este zapato es la marca, que también la fabrican bien, pero el resto es una porquería”.

Además, el testimonio incluyó una crítica a las gafas que compró, las cuales, según él, eran de mala calidad, con vidrios empañados que dificultaban la visibilidad.

Pero, la experiencia de Molina encontró eco en vivencias de muchos colombianos que han caído en estas trampas, en las que lo que parecía una oferta atractiva se convirtió en un fraude que afecta tanto el bolsillo como la confianza de los consumidores en las plataformas digitales.

Lo que en principio puede parecer un caso aislado, según Molina, es una práctica extendida por todo el país.

En el video, el usuario explicó que, a través de una investigación personal, descubrió que la modalidad de estafa que había experimentado no solo se limitaba a Bogotá, sino que estaba ocurriendo en otras ciudades como Neiva, Huila.

Este tipo de engaños es cada vez más frecuente en un contexto en la que las compras en línea crecen año tras año, pero los mecanismos de protección al consumidor no han logrado adaptarse a la rapidez con la que evolucionan estas prácticas fraudulentas.

Además, la facilidad con que los estafadores pueden crear anuncios atractivos, a menudo utilizando imágenes de productos genuinos, hace que muchos consumidores no duden al momento de realizar una compra.

Sin embargo, una vez realizado el pago, los productos que llegan a sus hogares son versiones baratas o, en algunos casos, completamente diferentes a lo prometido.

Si bien el caso de Edgar Molina reflejó una experiencia dolorosa, existen pasos que los consumidores pueden seguir si se encuentran en una situación similar.

En primer lugar, es fundamental presentar una denuncia ante las autoridades competentes. Si el monto involucrado está entre 10 y 150 salarios mínimos mensuales legales vigentes, se debe interponer una querella ante la Fiscalía General de la Nación.

Si el valor supera los 150 salarios mínimos, cualquier persona que tenga conocimiento de la estafa puede presentar una denuncia.

El proceso de denuncia puede hacerse de manera verbal o escrita en diferentes centros de atención, como las Salas de Atención al Usuario, las Unidades de Reacción Inmediata (URI), y otros puntos de servicio de la Fiscalía.

Es importante que la víctima lleve consigo toda la evidencia que respalde su reclamo, como facturas, fotos de los productos recibidos y cualquier comunicación con el vendedor.

Además, el sistema legal colombiano contempla la posibilidad de que la víctima y el acusado lleguen a un acuerdo para reparar los daños causados, aunque este no es un requisito para continuar con el proceso penal.

Si no se logra un acuerdo, el juez decidirá sobre la reparación de los perjuicios dentro de los treinta días siguientes al fallo condenatorio.