El 2025 viene con un gran reto fiscal para Gustavo Petro: reducir gastos y recaudar más dinero de impuestos

Inicia el 2025 y el Gobierno nacional, liderado por el presidente Gustavo Petro, se encuentra ante un complejo escenario fiscal, marcado por un déficit presupuestario billonario y la necesidad de realizar ajustes urgentes en sus finanzas públicas.

De hecho, el presupuesto nacional para este año fue aprobado por 523 billones de pesos colombianos, pero los recursos disponibles solo alcanzan los 511 billones, dejando un faltante de 12 billones que el Gobierno deberá recortar para equilibrar las cuentas.

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El problema se agrava debido al fracaso en la aprobación de una reforma tributaria que buscaba recaudar precisamente esos 12 billones. El presidente Petro calificó esta situación como “un golpe al pueblo colombiano”, mientras que expertos advierten que, incluso con los recortes necesarios, el presupuesto actual, el más alto en la historia del país, no es sostenible.

De acuerdo con el desglose del presupuesto de 2025 realizado por la revista Cambio, 327 billones de pesos (62,5 % del total) están destinados a gastos de funcionamiento, 112,6 billones (21,5 %) al pago de la deuda y 82,4 billones (15,7 %) a inversión, lo que refleja un gasto público altamente comprometido, donde los costos operativos y las obligaciones de deuda dejan poco margen para la inversión en proyectos de desarrollo.

El panorama fiscal también está afectado por una caída en los ingresos tributarios. Según estimaciones del Comité Autónomo de la Regla Fiscal (Carf), el recaudo de impuestos en 2024 fue 72 billones inferior a lo proyectado, y las perspectivas para 2025 no son más alentadoras.

La desaceleración económica, tanto en Colombia como a nivel global, ha reducido los ingresos de empresas y ciudadanos, impactando directamente en el recaudo fiscal.

Además, la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian) enfrenta dificultades para cumplir con sus metas de eficiencia en la lucha contra la evasión y elusión fiscal. Según el Carf, esta gestión deficiente podría traducirse en 22.6 billones menos de ingresos en 2025, lo que agrava aún más la brecha presupuestaria.

Además, el cumplimiento de la regla fiscal, que establece un límite adecuado para el déficit del Gobierno, es otro desafío importante. Según el Carf, para cumplir con esta normativa, Colombia necesitaría recortar 52 billones de pesos de su presupuesto. Este ajuste es considerablemente mayor al recorte de 12 billones que ya enfrenta el Gobierno por la falta de recursos.

El centro de estudios económicos Fedesarrollo también ha señalado la necesidad de ajustes adicionales. En un informe reciente, la entidad indicó que, además de los 12 billones iniciales, se requeriría un recorte adicional de 28,8 billones, equivalente al 1,6 % del PIB. Este ajuste sería similar al realizado en 2024, cuando el Gobierno tuvo que reducir el presupuesto casi al cierre del año.

Por su parte, el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana ha advertido que las proyecciones de ingresos para 2025 fueron demasiado optimistas y no reflejan la realidad económica del país.

El mercado también ha mostrado preocupación por la situación fiscal de Colombia. Según Esteban Tamayo, economista principal de Citi para Colombia, Perú y Centroamérica, 2025 será un año con metas fiscales estrictas, especialmente considerando el cierre complicado de 2024.

Tamayo advirtió que el Gobierno tiene un historial de realizar ajustes fiscales de último minuto, pero los riesgos son mayores en esta ocasión. “Una tarea importante del ministro Diego Guevara será limitar el riesgo fiscal que perciben los inversionistas. Colombia tiene un historial de recortes y ajustes fiscales en el último minuto para lograr metas, los riesgos son algo más altos esta vez, creo que se lograrán las cifras y se cumplirá la regla fiscal de 2024, pero el año entrante puede ser más dudoso”, comentó el experto a la revista.

Daniel Velandia, economista jefe de Credicorp Capital, señaló que gran parte del presupuesto de 2025 depende de la gestión de la Dian, lo que añade un riesgo adicional para las finanzas públicas. Velandia también alertó sobre la posibilidad de que la calificadora Standard & Poor’s reduzca la calificación crediticia de Colombia, dado que el país ya se encuentra bajo una perspectiva negativa.

Por su parte, el nuevo ministro de Hacienda, Diego Guevara, enfrenta el reto de estabilizar las finanzas públicas en medio de la alta incertidumbre por la que atraviesa el país.

Según un informe del Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olázoga (ICP), más de la mitad de la producción económica de Colombia ya está comprometida al pago de la deuda. El documento advierte que, si no se corrigen los niveles actuales de gasto, el incremento de la deuda será insostenible, lo que podría derivar en nuevos impuestos o un aumento de la inflación.