Petro alertó que “cada familia debe ir al baño con balde” por crisis hídrica en Bogotá: acusó a la ‘clase política tradicional’

El mandatario colombiano afirmó que el “mal urbanismo” es el principal culpable de esta situación y criticó a un sector por obstaculizar reformas estructurales en años pasados

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El presidente Gustavo Petro afirmó
El presidente Gustavo Petro afirmó que intereses políticos impidieron que se corrigieran las fallas estructurales en el urbanismo de la ciudad - crédito Luisa Gonzalez/Reuterss

El inicio de 2025 estuvo marcado por una paradoja climática en Bogotá. Mientras las lluvias torrenciales del 3 de enero provocaron inundaciones en varias zonas de la capital, los embalses que abastecen de agua a la ciudad siguen presentando niveles preocupantes. Ante esta situación, que provocó incertidumbre sobre la capacidad hídrica de la ciudad, el presidente Gustavo Petro se pronunció el 4 de enero desde su cuenta en X, señalando responsabilidades históricas relacionadas con el urbanismo y la planificación territorial de la capital.

En su mensaje, el presidente destacó que este fenómeno es un reflejo del “mal urbanismo” que, según él, ha caracterizado a Bogotá durante décadas. Citando las medidas que intentó implementar durante su mandato como alcalde de Bogotá (2012-2015), Petro afirmó que el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) que propuso bajo la bandera de “Bogotá Humana” buscaba corregir estos problemas estructurales, pero fue bloqueado por intereses políticos y económicos.

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“Mientras cae agua lluvia por montones en Bogotá, el embalse se queda sin agua. La demostración de un mal urbanismo, que el POT de Bogotá Humana quiso corregir, pero que la clase política tradicional de la ciudad no permitió en su afán de defender grandes poseedores de tierra para urbanizar”, escribió Petro, acusando a sectores políticos tradicionales de priorizar intereses privados sobre el bienestar colectivo.

Gustavo Petro utilizó sus redes
Gustavo Petro utilizó sus redes sociales para señalar responsabilidades históricas y destacar su POT de “Bogotá Humana” como solución frustrada - crédito @petrogustavo/X

Inundaciones y preocupación ciudadana: Petro ataca a dos exalcaldes

El aguacero del 3 de enero causó estragos en barrios del sur y el occidente de Bogotá, donde las imágenes de calles anegadas, vehículos atrapados y viviendas afectadas inundaron las redes sociales. Ciudadanos denunciaron la falta de infraestructura adecuada para mitigar el impacto de las lluvias, como drenajes y sistemas de alcantarillado eficientes.

El presidente, en su pronunciamiento, también vinculó esta situación a decisiones de dos exalcaldes de Bogotá: Fernando Mazuera, que ocupó el cargo en los años 50, y Enrique Peñalosa, que lideró la ciudad en dos periodos (1998-2000 y 2016-2019). Según Petro, ambos mandatarios representaron modelos urbanísticos que privilegiaron los negocios privados sobre el interés público.

“El efecto de dos alcaldes similares Mazuera, fascista y Peñalosa, neoliberal, en la búsqueda de aumentar negocios particulares con la tierra y los servicios, es este: la ciudad cada vez demora más en sus tiempos de viaje, y ahora cada familia debe ir al baño con balde”, añadió Petro en su publicación, haciendo una crítica directa al modelo de desarrollo urbano de Bogotá.

Las lluvias torrenciales del 3 de enero inundaron varias zonas, pero los embalses de agua potable continúan en niveles críticos - crédito javiermonve/X

Bogotá enfrenta una crisis de agua sin precedentes al inicio del 2025

La capital de Colombia, conocida históricamente por su clima lluvioso, enfrenta una crisis hídrica que se agrava con el inicio del 2025. Los embalses del páramo de Chingaza, que abastecen a más de 8 millones de habitantes de Bogotá y sus alrededores, registran niveles críticos. Este sistema hídrico, que cerró el 2024 con un nivel de apenas el 46,68%, está lejos del 70% que esperaba alcanzar la administración distrital tras un año de racionamiento.

El alcalde Carlos Fernando Galán implementó desde abril un plan de cortes programados, dividiendo la ciudad en nueve zonas que alternan días sin agua. Aunque estas medidas ayudaron a reducir el consumo promedio a 14,26 metros cúbicos por segundo durante las vacaciones de fin de año, la ausencia de lluvias ha impedido la recuperación esperada en los embalses. De mantenerse esta tendencia, Bogotá podría enfrentar el temido “día cero”, en el que el nivel de Chingaza caería al 36%, obligando a un racionamiento más severo.

Los embalses del páramo de
Los embalses del páramo de Chingaza, que abastecen a más de 8 millones de personas, están al 46,68 %, lejos del 70 % esperado - crédito Jesús Avilés/Infobae

La situación es particularmente alarmante debido a que enero y febrero son tradicionalmente meses secos. En enero de 2024, el fenómeno de El Niño provocó altas temperaturas y múltiples incendios forestales en los cerros orientales, situación que podría repetirse este año, agravada por la falta de agua para combatir emergencias.

A pesar de las dificultades, la Alcaldía de Bogotá mantiene un tono optimista. Miguel Silva Moyano, secretario general de la Alcaldía, destacó que el nivel actual de los embalses es mayor al de hace un año. Natasha Avendaño, gerente de la Empresa de Acueducto, atribuyó este avance a las lluvias intermitentes y al esfuerzo ciudadano por reducir el consumo.

La crisis de agua en
La crisis de agua en Bogotá se agrava debido a la falta de lluvias y la previsión de un febrero seco, lo que pone en riesgo la ciudad y sus recursos hídricos - crédito Canva

A mediano plazo, la administración ha anunciado proyectos para mejorar el suministro hídrico, entre ellos, la ampliación de la planta Tibitoc, la recuperación de humedales y páramos, y el uso de kits para aprovechar agua de lluvia; sin embargo, la crisis deja en evidencia la dependencia de Bogotá de las lluvias y la necesidad de soluciones estructurales, como las que impulsa el presidente Gustavo Petro, que vinculó, en parte, la crisis hídrica capitalina con la deforestación en la Amazonía.

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