Periodistas que cubrieron el auge del narcotráfico revelaron sus secretos: “Un ejercicio de memoria y verdad”

“Los cronistas de tiempos salvajes” es una investigación de Juan Gonzalo Betancur e incluye 21 historias inéditas de la época

Guardar
En los 80 y 90
En los 80 y 90 se registró el auge más grande del narcotráfico en Colombia - crédito Colprensa

Con narcotraficantes como Pablo Escobar, los hermanos Rodríguez Orejuela, la familia Ochoa y demás, en los años 80 y 90 Colombia vivió una de sus épocas más violentas, puesto que la guerra por el negocio ilícito provocó un conflicto interno entre estas estructuras criminales y el Estado.

Los atentados, masacres y asesinatos de políticos y funcionarios fueron hechos que tuvieron gran relevancia a nivel nacional e internacional, haciendo que la labor de los periodistas cobrara gran importancia, hasta el punto que Escobar señaló a los comunicadores de ser enemigos de su organización.

Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.

Debido a la publicación de noticias relacionadas con el capo antioqueño, este decidió ordenar el asesinato de Guillermo Cano y años más tarde la explosión de las instalaciones de El Espectador.

De esa forma, los y las periodistas de la época tuvieron que vivir con el temor de ser víctimas de la violencia, y tras más de 30 años de la muerte de Pablo Escobar y la caída de los narcos de la época, varios de ellos decidieron romper el silencio y revelar secretos de su trabajo en esos años.

Los carteles de Cali y
Los carteles de Cali y Medellín dominaron el negocio del narcotráfico en los 80 y 90 - crédito Jesús Aviles/Infobae

Con el apoyo de la casa editorial Icono fue presentado “Los cronistas de tiempos salvajes”, de Juan Gonzalo Betancur, que incluye una investigación de los hechos relacionados con periodistas en esos años y 21 relatos de comunicadores que tuvieron que cubrir la violencia de la época.

“Huelen a cadaverina y siendo paisas hablan mal de su propia tierra; por eso no merecen vivir” o “Siguen ustedes, también los vamos a volar”, son algunas de las amenazas que recibieron periódicos (en este caso El Tiempo) por parte de Pablo Escobar, lo que provocó que los comunicadores tuvieran temor de morir en un atentado o un caso de sicariato.

Betancur afirmó que la idea de escribir un libro sobre el periodismo en los 80 y 90 surgió debido a que en ese momento era peligroso contar gran parte de los secretos que descubrían en su labor.

“Los periodistas de todas las épocas tenemos cientos de historias para contar. Esta obra pretende rescatar del olvido un montón de ellas ocurridas en Medellín y Antioquia a finales de los ochenta y comienzos de los noventa. En ese complejo momento de la vida colombiana en el que este departamento se había convertido en un “laboratorio de la violencia”, como lo advirtió el diciembre de 1988 el gobernador Antonio Roldán Betancur, siete meses antes de ser asesinado por un carro bomba”, declaró Betancur a El Tiempo sobre su libro.

Medellín, capital de Antioquia, llegó
Medellín, capital de Antioquia, llegó a ser considerada la ciudad más peligrosa del mundo - crédito Infobae Colombia

De la misma forma, el comunicador indicó que busca generar conciencia en la sociedad, puesto que desde su postura se denigra la labor de los periodistas. Entre los testimonios expuestos está el de Jorge Iván García, Carlos Mario Correa, Wilson Daza, Ana María Cano y Alonso Salazar, que es autor de una biografía de Pablo Escobar y también fue alcalde de Medellín.

“Estos fragmentos de la cara oculta del periodismo de entonces los contamos ahora que como sociedad volvemos la vista atrás, en un ejercicio de memoria y verdad para dejar constancia de lo ocurrido”.

Por último, Betancur indicó que también presentará cómo cambió el periodismo tras la muerte de Escobar, puesto que a diferencia de como se creía, la violencia no terminó, sino que se transformó.

“En ese despuntar del siglo XXI, todo había cambiado. Igual que un ciclo, pero siniestro, la violencia volvía a aparecer bajo otro ropaje. Ya el enemigo para los milicianos era otro. No eran los drogadictos o los ladrones. Tampoco fue clara su supuesta labor social a favor de las comunidades y su lucha por la reivindicación, el olvido social y abandono en que el Estado las tenía sumidas. Eran los paramilitares que incursionaban en los barrios extendiendo el terror que sembraron en los campos”, relató.

Guardar