Rubén Darío Fernández Monroy, un joven de 25 años y delegado de juventud del departamento de Cundinamarca, falleció el pasado 2 de enero en la Clínica La Samaritana de Bogotá, tras complicaciones derivadas de una intoxicación masiva ocurrida durante la Asamblea Nacional de Juventudes.
Este evento, organizado por el Ministerio de Igualdad y Equidad, tuvo lugar entre el 22 y el 24 de noviembre en el Coliseo Mayor de Ibagué, y dejó a más de 300 personas afectadas.
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En un comunicado oficial emitido el 3 de enero, el Ministerio de Igualdad y Equidad lamentó el fallecimiento de Rubén Darío Fernández Monroy, destacando su compromiso con las juventudes rurales y su participación activa en la Asamblea Nacional de Juventudes.
Asimismo, el ministerio solicitó a las autoridades competentes investigar los hechos para esclarecer las causas de su muerte. Sin embargo, hasta el momento, ningún vocero del ministerio ha ofrecido declaraciones públicas sobre la intoxicación masiva que afectó a cientos de asistentes.
La madre del joven fallecido también denunció que, tras la intoxicación, su hijo no recibió la atención médica adecuada en las clínicas de Bogotá a las que fue trasladado. Según su testimonio, recogido por Semana, Rubén Darío pasó por varias instituciones de salud desde noviembre, pero no logró recuperarse debido a la gravedad de su estado.
Además, señaló que otros jóvenes afectados por la intoxicación enfrentan problemas similares, especialmente aquellos que residen en zonas rurales con acceso limitado a servicios médicos de calidad.
De acuerdo con las declaraciones de Elvia Monroy, madre del joven fallecido, la intoxicación habría sido causada por alimentos en mal estado que se sirvieron durante el evento. En una entrevista con Semana, la madre relató que su hijo comenzó a presentar síntomas graves tras consumir un plato de pollo.
Entre los síntomas que describió se encontraban vómitos, fiebre, diarrea y alteraciones en el habla. Estos problemas de salud derivaron en una falla multisistémica que, finalmente, le costó la vida.
El evento, que contó con la participación de la vicepresidenta Francia Márquez, ha sido objeto de fuertes críticas por su organización. Los asistentes fueron divididos en dos grupos: algunos se hospedaron en hoteles, mientras que otros permanecieron en el coliseo.
La madre de Rubén Darío señaló que los jóvenes que se alojaron en hoteles no presentaron problemas de salud, ya que la comida que recibieron fue preparada en esos establecimientos, mientras que los que permanecieron en el coliseo consumieron alimentos que habrían estado en malas condiciones.
Un compañero de Rubén Darío, a través de un video difundido en redes sociales y citado por Caracol Radio, denunció que esta no era la primera vez que se presentaban problemas con los alimentos en eventos organizados por el gobierno. Según su testimonio, durante dos años consecutivos se habría entregado comida en condiciones precarias en actividades similares.
El evento, que tenía como objetivo promover la participación juvenil y discutir proyectos de emprendimiento y asociatividad, terminó marcado por el caos. Según Semana, además de los problemas de intoxicación, se reportaron riñas y una evidente falta de organización. La ausencia del presidente Gustavo Petro, quien no asistió al evento, también generó críticas entre los asistentes.
La muerte de Rubén Darío Fernández Monroy ha generado un llamado de atención sobre las condiciones en las que se organizan eventos de esta magnitud. Su madre, en medio del dolor, exigió que se investigue lo ocurrido y que se tomen medidas para evitar que tragedias como esta se repitan. “Si van a convocar a jóvenes de todo el país, háganlo bien. No convoquen nada si no pueden garantizar su bienestar”, expresó en declaraciones recogidas por el medio mencionado.
El caso sigue bajo investigación, y las autoridades aún no han emitido un informe oficial sobre las causas exactas de la intoxicación masiva.