Fabio Ochoa Vásquez, que fue uno de los líderes del temido Cartel de Medellín, reapareció en la escena pública tras cumplir una condena de más de dos décadas en Estados Unidos por narcotráfico.
Fue deportado a Colombia el 23 de diciembre de 2024, luego de ser liberado el 4 de diciembre del mismo año por buena conducta, lo que redujo un 15 % de su condena de 30 años. Tras su llegada al país, Migración Colombia confirmó que no tiene procesos judiciales pendientes, lo que le permite vivir libremente en el territorio nacional.
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Desde su retorno, el exnarcotraficante manifestó su intención de pasar sus días junto a su familia en Medellín. Aunque inicialmente se especuló que mantendría un perfil bajo, las recientes imágenes que circulan en las redes sociales, muestran un aspecto más relajado y visible de su vida actual.
Su reaparición se dio montando un caballo en el Club Hípico El Rancho, en Medellín, uno de los espacios más populares para los amantes de la equitación, según lo reveló una fotografía difundida en Instagram. En la imagen, Ochoa Vásquez está sobre ‘Galán del Rancho F.C.’, un tricampeón mundial de paso fino. La publicación que acompaña la foto reza: “El legendario caballista Fabio llegó a montarse en el legendario tricampeón mundial Galán del Rancho F.C., el hijo de Adverbio de Santa Gertrudis en la Galata, la hija del Duelo…”.
Esta aparición ha generado diversas reacciones, recordando que la afición de su familia por los caballos está documentada desde hace décadas. De hecho, su padre, Fabio Ochoa Restrepo, fue un reconocido ganadero que crio ejemplares de alto rendimiento en Antioquia.
El pasado criminal de Fabio Ochoa
Fabio Ochoa, el menor de los hermanos que lideraron el Cartel de Medellín, tuvo una trayectoria criminal menos mediática que la de sus hermanos Jorge Luis y Juan David. Fue uno de los primeros en entregarse a la justicia colombiana en la década de los 90, siendo liberado en 1996.
Sin embargo, regresó a las actividades ilícitas y fue arrestado nuevamente en 1999 por liderar una operación que enviaba 30 toneladas mensuales de cocaína a Estados Unidos. Según las autoridades mexicanas, también mantenía vínculos con miembros del cártel del Milenio, una organización que operaba en diversas regiones de México.
Uno de los casos más relevantes en los que estuvo involucrado fue el asesinato de Barry Seal en 1986, un piloto que trabajó para el cartel y luego se convirtió en informante de la DEA. Este crimen desató una escalada en la lucha contra el narcotráfico, exponiendo las conexiones internacionales de la organización.
Extradición y condena
Su extradición se concretó en 2001 bajo el gobierno de Andrés Pastrana y, en 2003, un tribunal de Estados Unidos lo sentenció a 30 años de prisión tras ser hallado culpable de conspiración, tráfico de drogas y distribución de cocaína.
Durante ese periodo, permaneció en cárceles de máxima seguridad en territorio estadounidense, donde decidió enfocarse en los estudios y el desarrollo de tecnologías, llegando incluso a patentar un dispositivo para producir energías limpias. Su participación en estas actividades le permitieron obtener beneficios penitenciarios que acortaron su estadía en cárceles, por lo que logró completar su condena más rápido y así, pudo ser deportado a Colombia.
La reaparición de Fabio Ochoa en actividades ecuestres despierta tanto curiosidad como controversia. Aunque ya ha saldado sus cuentas con la justicia, su historia como líder del Cartel de Medellín lo convierte en una figura polarizadora. Para muchos, su vida actual representa una segunda oportunidad; para otros, es un recordatorio de las heridas que el narcotráfico dejó en Colombia.