Colapso silencioso: la manufactura colombiana cerró 2024 con caída en pedidos y pierde terreno frente a productos chinos

Aunque con avances logísticos y medidas estratégicas, los obstáculos económicos y el costo de insumos siguen limitando el crecimiento del sector nacional

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El índice PMI de Davivienda
El índice PMI de Davivienda mostró una caída a 49,9 puntos en diciembre, lo que indica contracción en el sector manufacturero colombiano - crédito Luis Jaime Acosta/REUTERS

La industria colombiana cerró 2024 enfrentando un panorama complejo, marcado por un estancamiento en la producción y una caída en los pedidos. Esta situación quedó reflejada en la disminución del Índice Davivienda de Gestión de Compras (PMI), que en diciembre bajó a 49,9 puntos, ubicándose por debajo del umbral de 50 que indica expansión. Aunque el último trimestre del año mostró un desempeño relativamente mejor en comparación con el resto del periodo, los desafíos estructurales persistentes impidieron un repunte significativo en el sector.

A pesar de que la demanda interna, medida por las ventas al por menor, mostró signos de recuperación gracias a la disminución de las tasas de interés, esto no se tradujo en un fortalecimiento del sector manufacturero. Según Andrés Langebaek Rueda, economista jefe del Grupo Bolívar en Davivienda, “la demanda por bienes manufactureros de origen doméstico – tal como lo muestran el indicador de pedidos o el de los pedidos por atender del PMI – no es grande y que probablemente la producción colombiana esté perdiendo competitividad frente a los productos extranjeros, en particular aquellos provenientes de China”.

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Empresas del sector industrial enfrentaron
Empresas del sector industrial enfrentaron pedidos en descenso debido a restricciones de gasto y una menor demanda de los consumidores - crédito Christian Escobar/EFE

El contraste entre la mejora en el consumo interno y el debilitamiento de la producción nacional pone de manifiesto la pérdida de competitividad frente a mercados externos. Según Langebaek, esta dinámica sugiere que los productos importados, especialmente los provenientes de China, están desplazando a los bienes manufacturados localmente.

En diciembre de 2024, el sector manufacturero colombiano enfrentó un panorama complejo, evidenciado por una serie de desafíos económicos y operativos. Según el índice PMI manufacturero, que mide la salud del sector industrial, se registró una significativa desaceleración, pasando de 53,4 puntos en noviembre, el nivel más alto en diez meses, a 49,9 puntos en el último mes del año. Esta caída indicó estabilidad relativa, pero también reflejó las tensiones acumuladas en el sector.

Uno de los factores más destacados fue el retroceso en los nuevos pedidos. Por primera vez en tres meses, las empresas reportaron una disminución en las órdenes entrantes, atribuyéndolo a restricciones presupuestarias y a una menor demanda de los consumidores. Este descenso limitó la capacidad del sector para mantener un crecimiento sostenido en un entorno de recuperación.

La depreciación del peso colombiano
La depreciación del peso colombiano encareció los insumos importados, impactando los márgenes sin afectar los precios finales - crédito Juan Ignacio Roncoroni/EFE

La inflación de costos también jugó un papel importante. La depreciación del peso colombiano frente al dólar encareció significativamente los insumos importados, impactando los márgenes de ganancia de las empresas. Sin embargo, muchas compañías decidieron no trasladar estos aumentos a los precios finales, buscando mantenerse competitivas en un mercado caracterizado por su alta sensibilidad a los precios.

La producción en el sector manufacturero colombiano presentó una ligera contracción debido a costos elevados, competencia y problemas internos como el absentismo laboral. Aunque hubo retrocesos, también se registraron avances, como la disminución de inventarios de productos terminados tras esfuerzos por acelerar las entregas acumuladas, lo que mejoró la disponibilidad y redujo demoras en la cadena de suministro.

Simultáneamente, los inventarios de materias primas registraron un aumento, impulsado por estrategias de compras anticipadas que buscaban prevenir posibles interrupciones futuras en la producción. Mientras tanto, el empleo en las plantas de manufactura se mantuvo estable, lo que indicaba una relativa ausencia de presiones operativas significativas, a pesar de las dificultades en otros frentes.

Mejoras logísticas en puertos como
Mejoras logísticas en puertos como Cartagena permitieron agilizar las entregas, aunque no resolvieron los problemas estructurales - crédito Jaime Saldarriaga/REUTERS

En cuanto a la logística, uno de los avances destacados fue la mejora en los retrasos de entrega de insumos. La descongestión parcial de los puertos de Cartagena y Buenaventura, junto con el fin de los paros que afectaron el transporte de mercancías, contribuyeron a una mayor fluidez en las operaciones logísticas. Sin embargo, estas soluciones solo ofrecieron un alivio parcial a los problemas estructurales del sector.

Por otro lado, el deterioro en la confianza empresarial marcó un desafío importante para las perspectivas del sector. Este indicador cayó a su nivel más bajo en tres meses, reflejando la preocupación por la creciente llegada de productos importados, especialmente desde China, y las limitaciones económicas de los consumidores colombianos. A esto se suma la incertidumbre política, que continúa pesando sobre las decisiones estratégicas de las empresas.

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