“No hagan buñuelos”: colombiana reveló en TikTok que resultó con quemaduras de segundo grado por accidente en la cocina durante festividades de fin de año

Las celebraciones de Navidad de la comunicadora Isabella Jiménez se vieron opacadas por un accidente en la cocina, que estuvo a punto de ocasionar un daño irreparable en su rostro.

Contagiada por el espíritu festivo y decidida a compartir las preparaciones de la temporada con su familia, se le midió a hacer buñuelos por primera vez, sin consultar el proceso de preparación y guiándose por el instinto.

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Un error que, según comentó en un video compartido a través de la plataforma TikTok para advertir a otros cocineros inexpertos, no volverá a cometer: “Se me ocurrió la maravillosa idea de que yo podía ser chef y hacer buñuelos, una preparación deliciosa navideña, y no”.

Con una transmisión como referencia, la bogotana se puso manos a la obra y, al principio, todo parecía ir bien: “Vi un video de unos tiktokers y me dije: ¿si unos streamers pueden por qué yo no? Pero resulta que ellos tenían una chef al lado que podía estar midiendo la temperatura y yo, con mi nula experiencia, no tenía idea de qué temperatura era la indicada. Comencé el proceso, hice mi masa, las bolitas, las iba metiendo y salieron 15 buñuelos. Diez ya estaba listos y otros cinco se estaban cocinando, estaban perfectos, ya estaban por salir”.

Al comprometerse a preparar los buñuelos de Navidad, su familia le advirtió que debía aprender la técnica antes de intentarlo, pero, entonces, Isabella no dimensionaba los peligros de su preparación:

“Mi mamá me dijo que no hiciera buñuelos, me advirtió que podía quemarme y yo me imagine que sería como al hacer patacones, que uno se quema un poquito, pero sigue la vida... resulta que no era así y cuando estaba apagando el fogón, porque estaba listos todos mis buñuelos, se explotó el aceite”.

La novena tuvo que ser cancelada; ya que, pasó el resto del día en el médico y cuidando de su piel quemada. Motivo por el que, a puertas de las celebraciones de Fin de Año, hizo un llamado a la prudencia, sobre todo, si, como ella, no se es experto en la cocina:

“Tengo una quemadura de segundo grado en el cuello, (el aceite) me cayó en la quijada y en el cuello. Gracias a Dios no fue en la cara y, desde entonces, estoy en curaciones, yendo al médico, etc. Así que, si usted es inexperto en la cocina, por favor no haga buñuelos, no los haga”.

Si desea disfrutar de unos buñuelos caseros, debe empezar por prepar los ingredientes: 200 gramos de queso costeño molido, 120 gramos de fécula de maíz, 60 gramos de almidón de yuca, 50 gramos de azúcar, 2 huevos frescos, 5 gramos de sal, 10 gramos de mantequilla, 2 gramos de polvo de hornear y 1 litro de aceite para freír. Mida las cantidades necesarias y colóquelas en la superficie de trabajo.

En un tazón amplio, mezcle los ingredientes secos: queso, fécula de maíz, almidón de yuca, azúcar, sal y polvo de hornear. Añada luego los huevos y la mantequilla, mezclando hasta lograr una masa homogénea. Forme bolitas con la masa, precaliente el aceite a 165 grados centígrados y, cuando esté bien caliente, fríalas asegurándose de que floten en el aceite. El tiempo de cocción es de unos 20 minutos y termina cuando estén doradas. Finalmente, escúrralas en papel absorbente y estarán listas para disfrutar.

Los expertos en esta receta tradicional destacan que el queso costeño, caracterizado por su textura blanda, salada y fresca, es clave para el resultado final. Este queso no solo aporta el sabor distintivo, sino que también contribuye a la textura aireada y porosa del buñuelo. Es fundamental que esté finamente rallado para evitar explosiones durante la fritura. Además, la mezcla de ingredientes debe ser homogénea, y la temperatura del aceite debe mantenerse en un nivel medio alto para evitar quemar o dejar cruda la masa.

La textura perfecta del buñuelo colombiano combina un exterior dorado y crocante con un interior esponjoso y salado, gracias al queso costeño. Aunque su receta original proviene de la gastronomía española influenciada por la cocina árabe, en Colombia se transformó durante la época colonial en los conventos, dando origen a la versión salada que se disfruta hoy, una tradición de más de 500 años que ha pasado de generación en generación.

A pesar de que el buñuelo puede adquirirse en cualquier época del año, su popularidad alcanza su máximo en diciembre, cuando se convierte en un acompañante indispensable en las novenas y cenas de Navidad y Año Nuevo. Según historiadores, aunque en España los buñuelos son dulces y esponjosos, en Colombia evolucionaron hacia una versión más adecuada a los sabores locales.