A tres años de haber migrado hacia Colombia y abrir su restaurante en Bucaramanga, la creadora de contenido mexicana Yess Rivera sigue enfrentándose a barreras idiomáticas que, sin importar que también habla español, le juegan una mala pasada en el día a día.
Según explicó en un video compartido a través de su perfil en la plataforma TikTok: “Hay palabras colombianas que, para mí, como mexicana, son muy groseras y que para los colombianos no lo son. Y, aunque, yo sé que acá no son groseras, después de vivir tres años en Colombia, todavía me generan conflicto”.
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Este es el caso de “hijuepucha. Y es que no solo lo dice mi viejo (pareja), también lo dice mi suegra, mi cuñada, mis compañeros de trabajo y hasta la abuela de la familia. La verdad, solo le he dicho a mi viejo que me incomoda un poco, pero no para que deje de decirlo. La razón de que me incomode es que, en México, la palabra pucha se utiliza para referirse vulgarmente al aparato reproductor femenino”.
Juepucha o hijuepucha es una palabra que, de acuerdo con la Asociación de Academias de la Lengua Española se utiliza como sinónimos de hijueputa (abreviación para hijo o hija de puta); sin embargo, los años, la han convertido en un término homófono; lo que quiere decir que tiene diferentes significados y en México se utiliza para hablar de la vagina, de manera vulgar:
“Yo crecí escuchando que esta era una palabra muy vulgar y, ahora, que la escucho casi todos los días en mi casa, en la calle y hasta en mi restaurante, no solo con mi equipo de trabajo, sino también con los clientes, me es muy difícil desprogramarme”, lamentó Yees.
Y es que, según dijo, intentó “comenzar a decirla, para ver si me acostumbraba y, para ser muy honesta, no puedo. Así que, si le dicen a un mexicano hijuepucha, y este hace una cara rara, ya saben por qué es”.
Pareja colombo mexicana estuvo en aprietos por diferencias al utilizar ciertos términos:
Según los creadores de contenido Mariana Pinilla y Stefano Tomati, una pareja colombo-mexicana, las diferencias idiomáticas entre sus países han sido motivo de confusión y anécdotas que comparten como pareja. Entre los términos que han generado más malentendidos destaca “mamera”, que en Colombia significa pereza o cansancio en contextos informales, mientras que en México esa palabra no tiene un uso equivalente.
Stefano, el integrante mexicano de la pareja, también ha enfrentado dificultades para entender ciertas expresiones colombianas. Entre ellas, “jueputa” y “marica”, dos palabras que suelen usarse como exclamaciones coloquiales y no necesariamente como insultos dirigidos a alguien. Además, términos como “chuzar” —que en Colombia se refiere a pinchar, generalmente con un objeto o incluso la piel— también han sido desconcertantes para él, ya que en México se prefiere el verbo “picar” para la misma acción.
Por otro lado, Mariana, quien es colombiana, tuvo problemas para comprender expresiones mexicanas como “aguas”, utilizada para advertir o pedir cuidado, y “jitomate”, que en México es el término para los tomates rojos. En su país, simplemente se les llama “tomates”. También le resultó confuso el uso de “chingados” y “chaqueta”, términos que en México tienen significados múltiples y que dependen del contexto.
Otra palabra que ha provocado confusión es “aplicar”, que en Colombia significa aspirar a algo o inscribirse, mientras que en México equivale a comportarse de manera responsable. De manera similar, el término “juicio” en Colombia se usa como sinónimo de ser obediente o aplicado, mientras que en México se limita al ámbito judicial.
Ambos coinciden en que las diferencias lingüísticas han generado momentos tanto divertidos como desconcertantes. Por ejemplo, Mariana menciona palabras mexicanas como “guajolotazo”, que significa un golpe, pero que no tiene equivalente en Colombia. Mientras tanto, Stefano sigue adaptándose a las particularidades del español colombiano, como los múltiples usos de “marica” en conversaciones cotidianas.
A pesar de estas diferencias, la pareja ha aprovechado sus experiencias para conectar con sus seguidores y explorar cómo el español puede variar tanto entre países que comparten el mismo idioma.