La Procuraduría General de la Nación informó que sancionó con suspensión del ejercicio del cargo por once meses al entonces director (e) de la cárcel y penitenciaría de media seguridad de Tuluá (Valle del Cauca), Arely Julián Fernández Torres, por los hechos relacionados con la muerte de 56 personas privadas de la libertad, tras un incendio presentado en junio de 2022.
La decisión de primera instancia también cobija a Javier de Jesús Orozco Gómez, quien se desempeñaba como comandante de vigilancia del citado centro penitenciario y a los entonces dragoneantes, Luis Felipe Cruz Arredondo y Edilson Alberto Marín Marín, suspendidos en el ejercicio de sus cargos por nueve meses.
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De acuerdo con las pruebas recaudadas, una riña sostenida entre algunos detenidos, por el control del microtráfico en el patio ocho, generó un incendio que cobró la vida de 56 internos dentro del establecimiento penitenciario y carcelario.
Por estos hechos, la Procuraduría sancionó al entonces director Fernández Torres, al determinar que “más allá de la gestión que haya realizado para la asignación de más personal de guardianes, no garantizó las medidas eficaces para garantizar la disciplina dentro de dicho establecimiento”.
En ese sentido, el ente disciplinario señaló que el disciplinado no ejecutó las medidas de control necesarias para garantizar la integridad y seguridad de las personas privadas de la libertad que se encontraban en la cárcel de Tuluá pues, según los testimonios, las disputas entre los líderes de los combos criminales eran permanentes lo que demandaba la adopción de medidas.
Entre tanto, el Ministerio Público encontró responsables a los entonces teniente de prisiones, Orozco Gómez y dragoneantes, Cruz Arredondo y Marín Marín, por omisión, “pues fallaron en los servicios de orden, seguridad, disciplina, custodia y vigilancia que debían implementarse en el establecimiento de reclusión, situación que conllevó a los lamentables hechos”, manifestó la Procuraduría.
Las faltas cometidas por los disciplinados fueron calificadas como grave con culpa grave. “Contra esta decisión de primera instancia procede el recurso de apelación ante la Sala Ordinaria Disciplinaria de Juzgamiento”, aseveró el Ministerio Público.
Detalles de lo ocurrido en la cárcel de Tuluá
En la madrugada del 28 de junio de 2022, un incendio devastador cobró la vida de 56 personas y dejó a 24 heridos en el patio 8 de la cárcel de Tuluá.
Este suceso fue el resultado de un violento motín entre reclusos, donde el intento de controlar la situación por parte de los guardias del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) desencadenó consecuencias inesperadas.
El incidente comenzó con un conflicto entre dos facciones de reclusos que buscaban el control y poder en el negocio ilícito de las drogas dentro de la cárcel. La violencia escaló rápidamente, involucrando armas contundentes, objetos cortopunzantes, encendedores y otros elementos prohibidos, dificultando que los guardias pudieran mantener el control de las celdas.
Otros descubrimientos revelan que las instrucciones para evacuar a las Personas Privadas de la Libertad (PPL) que permanecían en el patio incendiado se emitieron en un momento en que ya era demasiado tarde y las llamas habían alcanzado dimensiones incontrolables. Asimismo, se ha señalado que el oficial al mando de la guardia, que ordenó la utilización de gases lacrimógenos, nunca estuvo presente en el pabellón afectado y gestionó la situación desde un lugar distante dentro de la cárcel.
Uno de los bomberos que ingresó al lugar aseguró en revista Semana que no había visto algo igual en sus años de servicio como voluntario. Cuando el sujeto entró al baño del pabellón 8, había cerca de 17 cuerpos: personas que intentaron abrir las duchas para no morir quemados.
La dispuesta habría sido entre alias Brai, quien llevaba dos meses en la cárcel, y alias Miller, que tenía el poder dentro del centro carcelario. Lo que se presume es que en la noche de 27 de junio, el grupo de alias Brai “rompió las planchas de concreto que servían de cama y comenzaron a lanzar trozos contra el otro bando”, explicó El Espectador. El grupo de Miller respondió de la misma manera y su resultado es el que ya se conoce: el trágico incendio.