2025, identificado como “preelectoral”, pues se empezará a calentar el ambiente de cara a las elecciones presidenciales del 2026, plantea para Colombia un conjunto de retos políticos, económicos y sociales que complican, según el presidente de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán) y miembro del equipo negociador del Gobierno en la mesa con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la gobernabilidad y aumentan la polarización en distintos sectores.
Lafaurie, en su última columna de opinión del año, replicada por una serie de medios regionales, y que tituló El año que viene, hizo un análisis sobre el panorama del país y lanzó duras pullas a la organización ilegal, por lo que sería su falta de compromiso para llegar a acuerdos con el Ejecutivo. Una postura que ha sido inmodificable pese a que integra el grupo que representa al Estado en este proceso; estancado desde febrero de 2024, tras el sexto ciclo en La Habana (Cuba).
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
Para el presidente de Fedegán, problemáticas como el incremento del desempleo y la informalidad es una de las preocupaciones económicas más significativas. Una medida de alto impacto ha sido el aumento no concertado del salario mínimo, interpretado por algunos sectores como una respuesta al rechazo de la ley de financiamiento, o más conocida como la reforma tributaria 2.0.
Este ajuste, a su juicio, “además de ensanchar brechas entre el sector privado y el Gobierno, traerá más desempleo y mucha más informalidad”. El desacuerdo entre estos actores, junto con otros factores, afecta el clima político y económico del país de cara a un año retador, en el que prevé que la polarización sea creciente: no solo en el Congreso de la República frente a las reformas que quiere que se apruebe el jefe de Estado, sino en otros sectores de la sociedad y la política.
Los duros señalamientos hacia la política de Paz Total del Gobierno Petro
En materia de seguridad, para Lafaurie la situación es crítica, debido a las disputas por el control territorial para el manejo de economías ilícitas como el narcotráfico y la minería ilegal. Las organizaciones armadas han intensificado sus operaciones en las regiones más vulnerables, extendiendo los efectos violentos también hacia las zonas urbanas.
“La inseguridad ya no es exclusiva de la Colombia profunda, sino que se ha tomado los parques y los barrios de las ciudades”, expresó el dirigente en su artículo de opinión, en el que trasladó a sus lectores la angustia de los habitantes atrapados en dinámicas urbanas como el microtráfico.
Fue entonces cuando señaló cómo el panorama es aún más complejo al revisar los avances en los acuerdos de paz con diferentes organizaciones ilegales, entre ellas el ELN. Y dejó como precedente cómo persisten una serie de contradicciones, pues mientras el Gobierno busca presentar resultados positivos al país, la guerrilla ha dejado claro que no suscribirá un acuerdo final en el actual mandato. "Entonces…, ¿a qué jugamos?“, añadió Lafaurie en su extenso artículo.
En su concepto, es claro que no se trata de “asumir la actitud deshonesta del palo en la rueda”, pero sí de una voz que “rompe la unanimidad de la delegación gubernamental y denuncia con verticalidad la incoherencia y los incumplimientos del ELN”. Una preocupación que ha sido respaldada por diferentes sectores productivos, en su caso, en el Congreso Ganadero que presidió en su condición de titular de la Federación Colombiana de Ganaderos.
Frente a esta situación, es evidente en Lafaurie que las expectativas de crecimiento económico y desarrollo enfrentan diferentes barreras. Y advirtió que aunque existen departamentos con exportaciones diversificadas, con buenos desempeños, el país aún no aprovecha todo su potencial. “No es para conformarnos con lo logrado, ni como país, ni como departamento, teniendo tan enorme potencial por explotar”, insistió el delegado negociador, que hizo énfasis en la importancia de redoblar esfuerzos en áreas estratégicas.
Apuesta de José Félix Lafaurie por la transición energética
Del mismo modo, el presidente de Fedegán indicó que la discusión energética es otro eje clave en 2025. Si bien se perciben propuestas hacia energías limpias en el marco de la transición energética, advirtió que las alternativas actuales no están listas para satisfacer la magnitud de la demanda global. “La transición energética debe garantizar que los pilares de nuestra civilización permanezcan sólidos”, acotó Lafaurie, que remarcó en un enfoque realista en la implementación de estas políticas.
Frente a esta coyuntura, el texto del dirigente gremial cerró con un mensaje, si se quiere, esperanzador para Colombia. “Somos más los que queremos un mejor país, y esta es la oportunidad para responder con altura frente a la adversidad y hacer frente común por la restauración del orden y la defensa de las libertades”, concluyó José Félix Lafaurie, que con ello apuntó hacia un compromiso colectivo en la construcción de un mejor futuro para los ciudadanos.