Enorme preocupación causó la repentina disminución del precio del arroz paddy verde que paga la industria molinera al productor en todas las zonas arroceras del país, de acuerdo con los reportes que se conocen en las diferentes seccionales de la Federación Nacional de Arroceros (Fedearroz).
La situación, manifestó el gremio, es de una enorme gravedad, ya que afecta en gran medida los ingresos de la cosecha de los productores que sembraron en el segundo semestre de este año, según advirtió el gerente general de la agremiación, Rafael Hernández Lozano.
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El dirigente, por medio de un comunicado, explicó que con la reducción de precios que se vienen dando, los agricultores no cubren los costos de producción, lo que implica no solo perder el capital invertido, sino que pone en riesgo las siembras del primer semestre de 2025, por la incertidumbre que se causa a todo el sector, hecho que puede afectar la seguridad alimentaria de país.
“No puede olvidarse que en medio de los continuos esfuerzos de los productores, han debido soportar los efectos negativos del cambio climático que ha reducido sus niveles de productividad, escenario al que ahora se suma la decisión de la molinería de bajarlos precios de compra, siendo, por lo tanto, esta actitud, un nuevo factor que pone en riesgo la sostenibilidad del cultivo en el corto plazo”, enfatizó el gerente general de Fedearroz.
Llamado urgente al Gobierno nacional
Ante esto, hizo un llamado urgente al Gobierno nacional para que se tomen medidas que permitan crear las condiciones necesarias para evitar que el precio siga cayendo y para apoyar a los productores.
Dentro de tales acciones esté el detener las importaciones de arroz, que en el último año crecieron un 52%, al pasar de 125.111 toneladas de arroz blanco en 2023 a 190.248 toneladas en 2024, siendo Ecuador el país desde donde se registró el mayor incremento, ya que pasó de 3.942 toneladas a 56.674, es decir, 13 veces más.
“Este incremento de las importaciones se constituye en una afrenta al esfuerzo de miles de familias campesinas que se dedican al cultivo y que, a través de su diario trabajo, garantizan que el arroz que necesita el país sea proveído por manos colombianas”, insistió Hernández.
Puntualizó que parar este flagelo, es una medida acorde con la obligatoriedad que impone al Estado los artículos 64 y 65 de la Constitución, de proteger la producción nacional.
Medidas a tener en cuenta
También se considera como medidas importantes, aprobar de nuevo el incentivo al almacenamiento de arroz, mecanismo que, tras existir hasta 2022, aportaba a la estabilidad del mercado, ya que permitía retirar existencias temporales en época de alta cosecha, lo que disminuía la oferta del cereal. Asimismo, se pide estudiar la posibilidad de otorgar un auxilio de transporte de la cosecha a los agricultores para reducir el impacto negativo de los bajos precios.
Considera el gremio como algo inadmisible que con una inflación estimada para noviembre de 2024 de 5,2% anual, el precio del arroz al productor, en lugar de incrementarse, sea castigado con una disminución del 12% entre diciembre de 2023 y diciembre de 2024, lo que impacta de forma directa el poder adquisitivo de los productores y su permanencia en el negocio. Esto, sin considerar aún el aumento de los costos de producción para 2025, que se ocasionaron, entre otros factores, por el incremento del salario mínimo, lo que afectará, especialmente, a los pequeños y medianos cultivadores.
Ante esto, Fedearroz reiteró su compromiso con los agricultores colombianos y con la defensa de los intereses de estos, por lo que continuara abogando por políticas y medidas que protejan y fortalezcan la producción arrocera del país