En medio de un debate nacional sobre el aumento del salario mínimo en Colombia, Edwin Palma, sindicalista y miembro de la junta directiva de Ecopetrol, se encuentra en el centro de una polémica relacionada con sus ingresos y beneficios.
Según reportó el medio El Colombiano, Palma percibe aproximadamente $100 millones mensuales, provenientes de recursos públicos, lo que ha generado críticas sobre la coherencia entre su discurso de justicia social y su posición económica privilegiada.
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De acuerdo con la información publicada, los ingresos de Palma se dividen en dos fuentes principales: $67,7 millones por su labor como agente interventor de Air-e, una empresa de servicios públicos, y $31,2 millones por su participación en reuniones de junta y comités de Ecopetrol, donde se le paga el equivalente a seis salarios mínimos por sesión.
Además, se señala que Palma y su familia disfrutan de beneficios adicionales proporcionados por Ecopetrol, como cobertura médica integral, educación garantizada y un bono de retiro.
La controversia se intensificó cuando se reveló que, antes de asumir su cargo actual, Palma habría recibido un plan de retiro que, según fuentes tomadas por el medio citado, oscila entre $1.500 millones y $2.500 millones por trabajador. Este dato ha sido utilizado por sus críticos para cuestionar la congruencia entre su lucha sindical y los privilegios que disfruta como parte de la élite del sector público.
En respuesta a las acusaciones, Palma utilizó sus redes sociales para defender la legalidad y transparencia de sus ingresos, calificándolos como “públicos y fruto de su trabajo”. Asimismo, cuestionó la imparcialidad de quienes lo critican, argumentando que su trayectoria siempre ha estado enfocada en mejorar las condiciones laborales y salariales de los trabajadores.
“Un aumento al salario mínimo no solo es justo, sino necesario para reducir la desigualdad”, afirmó Palma en declaraciones tomadas por el medio citado, en referencia al reciente incremento del salario mínimo.
El salario mínimo para el 2025
En un anuncio realizado desde el Polideportivo del barrio Bolívar 83, en Zipaquirá, el presidente Gustavo Petro confirmó que el salario mínimo en Colombia para 2025 será de $1.423.500, lo que representa un incremento del 9,5% respecto al año anterior.
Este ajuste, que equivale a un aumento de $123.500, también incluye un incremento en el subsidio de transporte, que pasará de $162.000 a $200.000, dejando el salario mínimo nominal total en $1.623.500.
Según informó el mandatario, esta decisión fue adoptada tras no lograrse un consenso entre las centrales obreras y los gremios de la producción durante las negociaciones tripartitas.
El incremento, que beneficiará a más de 2,2 millones de trabajadores en el país, fue calificado por el presidente como un “regalo de Navidad” para los colombianos. Según explicó, la medida busca mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores y responde a un contexto económico en el que la inflación proyectada para 2024 se estima en un 5%, mientras que la expectativa para 2025 es del 3%.
Petro destacó que este aumento permitirá un crecimiento del salario real del 6,5%, lo que, en sus palabras, representa una mejora en el nivel de vida de quienes dependen del salario mínimo.
De acuerdo con lo informado, esta no es la primera vez que el salario mínimo es decretado directamente por el presidente debido a la falta de acuerdos en la mesa de negociación tripartita.
En 2024, el incremento del 12% también fue definido por decreto, mientras que, en años anteriores, como en 2022 y 2023, sí se lograron consensos entre las partes, con aumentos del 10% y 16%, respectivamente. Este último fue el incremento más alto registrado en la historia reciente de estas negociaciones.
El presidente Petro defendió su decisión argumentando que, a diferencia de lo que sostienen algunos sectores empresariales, el aumento del salario mínimo no afecta negativamente a la economía.
“Si el salario mínimo crece, hace crecer la economía, no al contrario”, afirmó. Además, señaló que el crecimiento del salario real en los últimos tres años ha oscilado entre el 30% y el 35%, lo que, según él, ha contribuido a la reducción de la pobreza y la inseguridad alimentaria en el país.