Colombia experimentó un notable crecimiento en el turismo, según un informe de Bbva Research, que analiza tanto el turismo internacional como el interno del país. En 2024, el turismo interno superó los niveles previos a la pandemia, con un gasto total de 14,8 billones de pesos, lo que refleja una recuperación sólida y un interés creciente por explorar el país.
Por otro lado, el turismo internacional también alcanzó cifras récord. En 2024, Colombia recibió a 5,86 millones de visitantes no residentes, lo que representó un incremento del 24,3% en comparación con el año anterior. Esto se tradujo en ingresos de 8.547 millones de dólares, y si se suman los turistas que llegaron en cruceros, la cifra asciende a 6,1 millones de personas.
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Mauricio Hernández, economista de Bbva Research, señaló que “las visitas por ocio y a familiares lideraron, aunque el 86% de los colombianos no realizó actividades turísticas, reflejando barreras económicas y de tiempo que limitan su participación en este segmento”. Bogotá y Antioquia concentraron el 62% del alojamiento de los turistas extranjeros, con Antioquia destacándose como líder en la oferta turística desde 2019.
Los alojamientos no tradicionales, como apartamentos turísticos, ganaron popularidad, duplicando su participación hasta el 76% en 2024. Esta tendencia se refleja en los cambios de preferencias de los viajeros y en la diversificación de la oferta. Además, las plataformas digitales transformaron la manera en que se reservan los viajes, con un 60% de las reservas realizadas en línea, especialmente a través de aplicaciones móviles y redes sociales.
En cuanto al perfil de los turistas internacionales, los viajeros no residentes permanecen en promedio 15 días en el país y gastan aproximadamente 1.631,7 dólares por viaje. Los tres países con mayor número de visitantes son Estados Unidos, Ecuador y México, con 1,1 millones, 340.000 y 320.000 turistas, respectivamente. Asimismo, los segmentos de turismo de bienestar y salud, especialmente en áreas como spas y procedimientos médicos como cirugías estéticas y odontología, mostraron avances notables, consolidando a Colombia como un destino competitivo en América Latina, detrás de México y Brasil.
A nivel interno, el turismo colombiano está fuertemente influenciado por las visitas a familiares y amigos, que representan la principal razón de viaje. El ocio ocupa el segundo lugar, con los viajeros utilizando principalmente hoteles para hospedarse. Los colombianos viajan entre tres y cuatro días de promedio, y en su mayoría, se desplazan en carro particular. El gasto promedio diario por turista interno es de 130.000 pesos, destinado principalmente a alojamiento, alimentos y transporte.
En términos de impacto económico, el turismo representó un 4,5% del PIB de Colombia en 2024, con un 3,3% proveniente de turistas internacionales y un 1,2% de los viajes internos. Este sector también generó aproximadamente 709.000 empleos, es decir, el 3,2% del empleo total en el país. Sin embargo, Mauricio Hernández destacó que “las condiciones económicas y la falta de tiempo son las razones por las que más del 80% de los colombianos aseguran que no pueden hacer viajes internos”.
A futuro, se espera que el turismo internacional crezca alrededor del 10% anual en los próximos cinco años, lo que podría llevar a Colombia a recibir más de 7 millones de visitantes internacionales en 2025. Este crecimiento impulsará los ingresos por turismo internacional, que podrían alcanzar los 17.000 millones de dólares en 2025 y 2026, además de generar alrededor de 150.000 nuevos empleos anuales en el sector. Se espera también que nuevos destinos atraigan al 20% de los visitantes para 2025, lo que ayudaría a distribuir el flujo turístico y reducir la presión sobre los destinos más populares.
A pesar de estos avances, el informe de Bbva Research identifica tres desafíos principales para el turismo en Colombia. El primero es la infraestructura insuficiente en muchas áreas clave, como la Ciudad Perdida, el Chocó y la Amazonía, lo que limita el acceso a estos destinos. El segundo es la seguridad, ya que algunas regiones del país siguen siendo percibidas como peligrosas, lo que podría disuadir a los turistas internacionales. Finalmente, el tercer desafío es el impacto ambiental del auge del turismo, especialmente en los parques naturales y la Amazonía, lo que podría poner en riesgo los ecosistemas frágiles del país.