El 24 de diciembre de 2024, ante la falta de concertación entre empresarios y trabajadores para definir el aumento del salario mínimo de 2025, el presidente Gustavo Petro decidió establecer, por medio de decreto, el alza de la remuneración para el próximo año.
Así las cosas, el mandatario, como estipula la ley y teniendo en cuenta cifras de inflación y productividad, informó que la subida será de 9,54%, con lo que el pago que recibirán más de dos millones de trabajadores pasará de $1.300.000 a $1.423.500, con auxilio de transporte llegará a una suma de $1.623.500.
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Pese a que es uno de los aumentos más altos de la historia, no hay satisfacción varios sectores y así quedó reflejado en redes sociales, donde el presidente se dio a la tarea de responder varios comentarios al respecto a varios periodistas y expertos en el asunto.
Por medio de X, a uno de los que citó de manera directa fue al periodista Sebastián Nohra, de Blu Radio.
En una publicación, el comunicador precisó los aumentos reales que tuvo el salario mínimo en los últimos diez años, es decir, restando inflación. Al respecto, precisó lo siguiente:
- 2015: 0,9%
- 2016: 0,2%
- 2017: 1,2%
- 2018: 1,8%
- 2019: 2,8%
- 2020: 2,2%
- 2021: 1,8%
- 2022: 4,4%
- 2023: 3,4%
- 2024: 2,8%
- 2025: 4,3% ($1.423.000.)
Según Petro, como casi siempre, Nohra está equivocado, ya que el salario real se saca dividiendo el salario nominal del año por la tasa de inflación del mismo año. “Sus cifras están equivocadas”, insistió.
La respuesta del periodista de Blu Radio fue: “Presidente, es el aumento del salario real para quienes ganan un salario mínimo. Si usted ayer aumentó 9,5% y la inflación esperada para diciembre será 5,2%, el aumento real es de 4,3% (sin contar auxilio de transporte)”. Además, que pasa “lo mismo para los años anteriores que se describen”.
Ante esto, Petro puntualizó que “la norma para negociar salario mínimo es con el concepto económico de salario real”. Además, que “el crecimiento del salario real es la diferencia entre la tasa de crecimiento del salario nominal y la tasa de inflación del año respectivo”.
Y apuntó que el salario mínimo del año entrante, que decretó, no está afectado por la inflación de este año, sino por la que será el año entrante, que es esperada en un 3% anual.
“Se utiliza el mismo procedimiento para calcular la tasa real de interés”, agregó.
Por qué no avanzan los debates sobre el salario mínimo
Con otro que se “agarró” es con el economista de la Universidad de los Andes Jorge Llano.
El experto anotó que cuando los debates no avanzan, es muy difícil progresar como país. Además, que el hecho de que haya gente que diga en Colombia el salario mínimo no tiene efectos negativos en el mercado laboral, es demostrar un profundo desconocimiento de este tema, tan fácil es entender, que si eso fuera cierto se podría tener un salario mínimo de $10 millones y nada pasaría en términos de desempleo e informalidad.
“Asimismo, es entender poco que la estructura productiva depende en su mayoría de mipymes, donde cuentan con bajísimas utilidades y la mayor parte de su costo es de nómina”, escribió.
Ante esto, el presidente apuntó que a Llano se le olvidaron varios puntos fundamentales dentro de la discusión: ”Para Keynes (Milton) no existe mercado laboral. No se encuentra en el mundo real, una oferta y una demanda por trabajo equilibrada por un precio: el salario”.
De igual firma, que .a demanda por trabajo dependerá del nivel de inversión. Y la inversión dependerá de la demanda general de la sociedad: la demanda efectiva.
Por su parte, “para Marx tampoco existe un mercado laboral”. Entonces, “la demanda de trabajo dependerá de la acumulación ampliada del capital y el salario estará determinado por el valor de los medios de subsistencia. El capital usará la existencia de un ejército industrial de reserva para impedir movimientos alcistas del salario real”.
Insistió en que en Colombia el ejército industrial de reserva es enorme porque no ha existido una política de industrialización y una reforma agraria.
Quiénes ganan y quiénes pierden con el aumento del salario mínimo
En otra publicación se cruzó con la secretaria de Desarrollo Económico de Bogotá, María del Pilar López,
La funcionaria de la Alcaldía de Bogotá precisó quiénes ganan y pierden en la capital de la República con el aumento del salario mínimo. Entre otros, expuso lo siguiente:
- ¿Quién gana?
Los trabajadores formales que ganan 1 salario mínimo y mantengan su empleo. En Bogotá es el 14.7% de los trabajadores (619.000 personas).
- Quién pierde?
- Los informales: sus ingresos aumentarán menos que el salario mínimo y será más difícil, porque es más costoso, brincar a la formalidad (36% y 1,5 millones).
- Los desempleados: ahora será más costoso contratar y, por ende, puede ser más difícil conseguir trabajo (9,3% de la fuerza laboral).
Al respecto, Petro dijo que la existencia de una gran informalidad en Colombia no se debe a la existencia de salarios reales altos. Colombia nunca los ha tenido y en la región es de los más bajos.
Puntualizó que no que llaman “economía informal” no es sino el raquitismo de un capitalismo que no ha sabido expandirse por su incapacidad de realizar una reforma agraria y disminuir los niveles de renta que afectan la ganancia: rentas financieras, rentas eléctricas y otras.
También tuvo respuesta para la abogada Diana Muñoz, que al respecto dijo que algunos ven el salario mínimo desde los centavos que recibe el trabajador, otros lo ven en su perspectiva total de lo que le cuesta al empleador.
Según ella, “eso no lo sabe quien no ha pagado nómina en su vida, el que ha vivido recibiendo el sueldito”.
Petro respondió que “tu sabías bien que el trabajador es un costo imaginario para el empleador, porque la ganancia real del empleador la hace el trabajador”.