Durante las festividades navideñas, algunos ciudadanos capitalinos se percataron de una llama que yacía inerte sobre los andenes del centro de Bogotá, cerca del centro cultural Gabriel García Márquez.
Estas llamas, similares a las alpacas que son comunes en Perú, suelen ser vistas en las zonas históricas de Bogotá para que posen en las fotos que turistas y ciudadanos locales pagan para llevarse como recuerdo.
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El asunto es que la actividad no es del todo regulada y, al parecer, estos animales estarían sufriendo de explotación en largas jornadas y de posible maltrato animal, como juzgan organizaciones y entidades defensoras de los derechos de los animales.
Lo que dice la ley colombiana al respecto
En términos específicos con el uso turístico de animales en Colombia, hay algunas especificaciones en la Política de Bienestar Animal, así.
"En relación con el marco de la Política de Bienestar Animal, la Ley 2068 de 2020 establece, en su artículo 27, medidas de protección para la fauna silvestre y la biodiversidad. En concreto, este artículo plantea que “los prestadores de servicios turísticos que con ocasión a la prestación del servicio de turismo tengan conocimiento de actos de transporte, comercialización, aprovechamiento, tráfico o explotación no autorizada de flora y/o fauna silvestre; o de cualquier otro acto que ponga en peligro la biodiversidad, deberán dar aviso inmediato a la autoridad ambiental competente”, incurriendo en caso contrario en las infracciones previstas en el artículo 71 de la Ley 300 de 1996″, como dice el documento del Ministerio de Ambiente.
Pero también la Ley 1801 de 2016 sanciona comportamientos que afectan a los animales, como la participación en apuestas con animales, venta en vías públicas y uso de animales como blanco de tiro. La Ley 2054 de 2020 modifica la anterior, exigiendo centros de bienestar animal en los municipios y apoyo a refugios privados en caso de no disponer de estos espacios.
Frente a las inquietudes y quejas, incluso de congresistas como la abanderada por los derechos de los animales, Andrea Padilla, el alcalde Carlos Fernando Galán contestó.
“El @AnimalesBOG no puede tardar varias horas en reaccionar y, peor aún, esto no puede seguir ocurriendo de manera sistemática en sitios que todo el mundo conoce. Tomaremos los correctivos del caso”, fue la respuesta del burgomaestre.
A partir de estas declaraciones se conoció que el Instituto Distrital del Turismo (IDT) está adelantando medidas para corregir en la ciudadanía las prácticas de maltrato con animales.
La misma entidad anunció en sus redes sociales que “liderará una mesa técnica interinstitucional para promover acciones que permitan proteger los derechos de los animales y sensibilizar sobre su uso en zonas turísticas”.
De acuerdo con una entrevista a CityTV, Andrés Santamaría, el director del instituto, “el turismo se debe permitir desde ningún tipo de vista que se use con fines de explotación (...) Hemos convocado a las diferentes entidades que tienen competencia, en responsabilidades como la vigilancia, la supervisión contra el maltrato animal para que nos articulemos, sensibilicemos y evitemos que en lugares turísticos se usen los animales generándoles daños y un uso inadecuado”.
De acuerdo con el funcionario distrital, el comité contará con la Secretaría de Gobierno, el Instituto Distrital de Protección Animal, la Secretaría de Desarrollo Económico, la Secretaría de Ambiente, y la Policía de turismo de la Policía Metropolitana de Bogotá.
La muerte de la llama causó indignación en Bogotá
Según denunció la organización Plataforma Alto, el animal colapsó debido al agotamiento y las precarias condiciones en que era mantenido.
El último momento de vida del mamífero fue en la calle 11 con carrera 5B, cerca de la Biblioteca Luis Ángel Arango, y el centro cultural Gabriel García Márquez.
Un video compartido por la organización muestra a la llama inerte en el suelo.
“Para quienes les gusta tomarse fotos con las llamas… Esta llamita no aguantó más el abuso y murió hace unas horas en el centro de Bogotá. ¿Alcalde Carlos Fernando Galán, por qué no hace nada contra estos explotadores de animales?”, publicó Plataforma Alto en su cuenta de X (anteriormente Twitter).
Reacciones de activistas y ciudadanos
El video se viralizó rápidamente en redes sociales, provocando una ola de rechazo entre los ciudadanos. Muchos exigieron acciones contundentes para prevenir nuevos casos de maltrato animal. Un usuario comentó: “Esto no puede seguir ocurriendo, es maltrato disfrazado de tradición”.
Andrea Padilla Villarraga, senadora y defensora de los derechos de los animales, también se pronunció. “Alcalde @CarlosFGalan no son ganas de joder; es un ruego de compasión, de piedad. Esta foto es de hoy, tomada en el centro de Bogotá: se ve el cansancio, el malestar, la explotación. ¡Haga historia! Organice a quienes aún viven a costa de estas criaturas, ofrézcales opciones y mejore las vidas de unas y otros”, escribió.
Además, Padilla recordó que desde la década anterior habían hecho intentos para detener el maltrato en ese formato: “Es un «manguito bajo». Si necesita ayuda se la brindamos: recuerde que en 2012 apoyamos la sustitución de más de 2.000 vehículos de tracción animal. #LlamasLibresYa”.