Gracias al trabajo encubierto que realizó un uniformado de la Policía, se logró desarticular una red de venta de estupefacientes que operaba en el municipio de Apulo, Cundinamarca (centro de Colombia), conocida como Los Chamos.
El resultado de este trabajo se dio gracias a las labores de inteligencia por parte de agentes de la Sijín (Seccional de Investigación Judicial) Cundinamarca, que dejó un total de diez capturas producto de tres órdenes de registro y allanamiento.
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Entre los detenidos se encuentra su cabecilla, alias Bam Bam, que ya había purgado una condena de tres años en centro carcelario por el delito de tráfico de estupefacientes. De igual forma, también cayó su compañera sentimental, alias La Mona y alias Cauca, que según lo que explicó el coronel Andrés Serna Bustamante, comandante del Departamento de Policía Cundinamarca (Decun), “tiene vigente una medida preventiva domiciliaria en Anapoima, por el delito de hurto”.
Dentro del acervo probatorio en contra de los diez detenidos se halló un video en donde el agente encubierto adquiere una dosis de una sustancia en polvo de color blanco, conocida en Colombia como ‘perico’. Sin embargo, Los Chamos también se dedicaban a vender marihuana a domicilio.
Así operaba la banda de Los Chamos en Cundinamarca
Frente al modus operandi de este Grupo de Delincuencia Común Organizada (GDCO), el coronel Serna detalló que su forma de operar “era el expendio a domicilio, aprovechaban especialmente puentes peatonales y otros puntos como zonas boscosas a orillas del río para no ser detectados por la autoridad”. En esos puntos acordaban la entrega de la marihuana con sus clientes.
La banda de Los Chamos operaba en los municipios de Anapoima, Apulo y Tocaima, y gracias a su accionar lograban obtener rentas mensuales que llegaban a ser de hasta 60 millones de pesos.
Durante las tres diligencias donde se materializaron las órdenes de captura, también se incautaron dos motocicletas, cinco equipos móviles, dos grameras y marihuana. Todos estos elementos, añadió el oficial del Decun, se utilizaban durante el proceso para hacer llegar los pedidos a sus clientes.
En consecuencia, y gracias al trabajo mancomunado entre la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación, las diez personas fueron cobijadas con medidas de aseguramiento en centro penitenciario y carcelario por los delitos de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes y concierto para delinquir.
Por último, el coronel Serna recordó a la ciudadanía que se pueden denunciar esta clase de actos y demás situaciones que puedan poner en riesgo el bienestar de las comunidades, a través de la línea telefónica 123.
Un policía encubierto dejó en evidencia red de venta de licor adulterado: la integraban uniformados de la Mebog
Un operativo encubierto reveló un esquema de corrupción que involucra a miembros de la Policía Metropolitana de Bogotá, que al parecer permitían la distribución de licor adulterado a cambio de sobornos.
La investigación liderada por la Fiscalía General de la Nación culminó con la captura de dos agentes de policía y tres civiles en la localidad de Kennedy, en el sur de la capital colombiana. El caso se dio a conocer el 30 de enero de 2024.
El caso salió a la luz gracias a un video presentado durante las audiencias de imputación de cargos. En la grabación, un agente infiltrado, que se hizo pasar por comerciante, entregó 160.000 pesos en efectivo a una patrullera.
La transacción se realizó en las inmediaciones del CAI (Comando de Atención Inmediata) Villa Claudia, una estación de policía ubicada en la zona, y permitió que el licor adulterado circulara sin restricciones por la jurisdicción controlada por los uniformados implicados, detalló el comunicado del ente investigador.
La Fiscalía señaló que los agentes detenidos formaban parte de un esquema más amplio vinculado a la organización ilegal conocida como ‘Serapis’, dedicada a la producción y distribución de bebidas alcohólicas falsificadas.
Según explicó Leonor Merchán, directora seccional de Fiscalías en Bogotá, esta red operaba principalmente en bares y discotecas cercanos a la avenida Primero de Mayo, una de las principales arterias de la localidad de Kennedy.
Los cargos imputados a los policías incluyen concierto para delinquir, cohecho y corrupción de alimentos, delitos que reflejan la gravedad de las acciones cometidas. Adicional a lo anterior, también se destacó que los uniformados no solo facilitaban el transporte del licor adulterado, sino que también garantizaban un “corredor seguro” para que la organización criminal pudiera operar sin interferencias.
El video, pieza clave en la investigación, muestra cómo la patrullera inspecciona el dinero entregado por el agente encubierto antes de aceptar el soborno. Este material probatorio fue determinante para vincular a los policías con las actividades ilícitas de la red criminal.
La operación encubierta forma parte de un esfuerzo más amplio por parte de las autoridades para combatir la corrupción dentro de las fuerzas policiales y frenar la distribución de productos ilegales que representan un riesgo para la salud pública. El licor adulterado, que a menudo contiene sustancias tóxicas como metanol, puede causar graves daños a la salud, incluyendo ceguera e incluso la muerte.