El peso colombiano enfrenta un periodo de devaluación muy importante en el último trimestre del 2024. De acuerdo con un análisis del centro de pensamiento de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), durante este periodo, la Tasa Representativa del Mercado (TRM) promedió en $4.411 por dólar, lo que representa una depreciación del 5,6% frente al trimestre anterior, con proyecciones de que la moneda cierre el año cerca de $4.200.
Dentro de los factores detrás de esta caída se encuentra una combinación de elementos externos e internos, marcados por la incertidumbre política, fiscal y comercial tanto en el ámbito local como internacional.
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A nivel global, la fortaleza del dólar estadounidense es clave. “La divisa estadounidense se vio fortalecida por los buenos resultados evidenciados en la economía norteamericana y las decisiones de la Reserva Federal (FED)”, expuso la entidad. Resaltó que, aunque la FED decidió recortar las tasas de interés—en septiembre con una reducción de 50 puntos básicos y en noviembre con solo 25 puntos básicos—las tasas actuales permanecen dentro de un rango del 4,5% al 4,75%, lo que refuerza el consumo de los hogares y un panorama sólido para el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB).
Por otro lado, el contexto político internacional también incidió sobre el comportamiento del peso. Puntualizó que las elecciones presidenciales en Estados Unidos tuvieron un impacto directo: tras la reelección de Donald Trump, la TRM aumentó a niveles históricos, con lo que alcanzó los $4.478 por dólar.
Anif explicó que este aumento fue impulsado por el temor a una política comercial más restrictiva y posibles incrementos arancelarios que afectarían las economías emergentes, entre ellas Colombia.
Impacto regional: panorama monetario
En comparación con otras divisas de América Latina, la moneda colombiana no es la más débil, aunque ocupa un lugar preocupante, ya que se posiciona como la tercera con mayor devaluación. Según el informe, “Chile lidera la devaluación con un índice de 137,9; seguido por Paraguay con 122,9; mientras que Colombia registra un índice de 119,9, lo que implica una pérdida de valor del 20% frente al dólar desde mayo de 2021″.
En contraste, monedas como el peso uruguayo y el peso mexicano mostraron mayor resiliencia frente a los acontecimientos globales y locales, indica la entidad. El peso uruguayo se mantiene como la moneda más sólida entre los países pares con un índice de 97,8, mientras que el peso mexicano, con un índice de 102,3, se posiciona como la segunda divisa menos devaluada. Sin embargo, esta última comenzó a registrar “una reciente alza en su índice, producto de la reforma judicial impulsada por la actual presidente (Claudia Sheinbaum), sumado a la incertidumbre por posibles recortes en los tipos de interés”, afirma el centro de pensamiento.
Factores internos: el horizonte fiscal y la inversión extranjera
Entre las razones locales que explican la fluctuación negativa del peso colombiano, destacan factores fiscales y una sostenida percepción de riesgo hacia el país. Según Anif, cuyo presidente es José Ignacio López, “la complicada situación fiscal del Gobierno, marcada por una menor caja estatal y una caída en el recaudo del 7,1% este año, ha despertado alarmas sobre el incumplimiento de la regla fiscal”.
Dicha situación se suma al nerviosismo generado por reformas controvertidas como la ley de financiamiento o nueva reforma tributaria y las modificaciones al Sistema General de Participaciones (SGP).
Otro factor económico relevante es la disminución de la Inversión Extranjera Directa (IED), que en sectores clave como minería y petróleo generó una contracción notable. Entre enero y octubre, la IED totalizó USD726 millones, lo que representa una caída interanual del 17,5%.
A esto se suma el impacto de decisiones internacionales en mercados estratégicos. El recorte anunciado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep+) para las previsiones de demanda de petróleo durante 2024 y 2025, junto con el debilitamiento en la demanda de países como China e India, presionó a la baja los precios del crudo. Esto afecta, en especial, a naciones exportadoras de commodities, como Colombia, cuya economía depende en buena parte de la venta de recursos energéticos.
Perspectivas de cara al cierre del año
Según el análisis, lo que resta del 2024 será decisivo para la estabilidad del peso colombiano.
“Los mercados continúan castigando a la moneda local debido al incremento del riesgo tras la pérdida del grado de inversión. Este nivel aún no se recupera, lo que marca la necesidad de observar con atención las cuentas fiscales del Gobierno al cierre del año y las decisiones sobre el Presupuesto General de la Nación para 2025″, recalca el informe.
De igual manera, a nivel global, factores como el descenso de la inflación en Estados Unidos, los cambios en la política monetaria de la FED, y las decisiones políticas y comerciales de la administración Trump, jugarán un papel determinante en la dirección que tomará la TRM local, concluye el análisis.