El Instituto Nacional de Vías (Invías) informó que la construcción del viaducto ubicado en el kilómetro 58 de la vía Bogotá-Villavicencio, conocida como la vía al Llano, presenta adelantos significativos. Según las estimaciones del instituto, la obra estaría completamente terminada para la tercera semana de enero de 2025, una vez se finalicen detalles mínimos de iluminación y señalización.
El viaducto, que tiene una extensión de 720 metros, presenta un avance del 98% y continúa con los trabajos finales para que pueda entrar en operación en los primeros meses del 2025. En los últimos días, fueron instalados los postes de iluminación a lo largo de la estructura y se dio término a las actividades de señalización.
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“El viaducto del kilómetro 58 en la ruta Bogotá-Villavicencio reporta actualmente un avance de ejecución del 98%, con la terminación esta semana de las actividades de señalización e iluminación. Estas actividades posibilitan su apertura para la operación vehicular, la cual se materializará una vez se cuente con los resultados satisfactorios de recibo de la estructura de acuerdo con la norma técnica. Lo anterior se llevará a cabo en la tercera semana del mes de enero del 2025″, afirmó Víctor Hugo Ríos Bocanegra, subdirector de Gestión del Riesgo del Invías.
Detalles técnicos de la obra y estado de los accesos
La infraestructura, diseñada para mejorar la transitabilidad en este importante corredor vial entre Cundinamarca y Meta, cuenta con una estructura formada por seis apoyos, distribuidos en dos estribos y cuatro pilas principales. Las dimensiones contemplan tres luces centrales de 180 metros cada una y dos luces adicionales de 90 metros.
Además, las obras correspondientes a los accesos en ambos extremos del viaducto están en su etapa final de ejecución. Terminaron también los trabajos de protección en las áreas de los estribos y las pilas de apoyo, cumpliendo con los cronogramas previamente establecidos. Sin embargo, la operación del viaducto dependerá de que los resultados de validación técnica sean satisfactorios.
Aunque el avance estructural de la obra es significativo y su puesta en marcha representaría un alivio para los viajeros, habitantes del sector de Guayabetal y turistas, aún existen incertidumbres. En particular, su apertura a la operación vehicular estará supeditada a que la pendiente y las condiciones técnicas de la obra cumplan con las normas impuestas por el Invías, un tema que ha sido centro de discusión en los últimos meses.
Cabe recordar que, en agosto de 2024, Ricardo Postarini, presidente de Coviandina, concesionaria encargada de varios tramos de la vía al Llano, expresó preocupaciones sobre la seguridad del viaducto. Según Postarini, la pendiente de la estructura excede los límites permitidos por las normativas técnicas, lo que podría poner en riesgo tanto a quienes transiten por la obra como a los habitantes de los alrededores. Por esta razón, la concesionaria aseguró en su momento que no recibiría la obra, lo que generó dudas sobre si la infraestructura podrá entrar en funcionamiento una vez completada.
De confirmarse estas limitaciones, el viaducto del kilómetro 58, en el que se invirtieron más de $150.000 millones, podría ser la segunda obra de la vía Bogotá-Villavicencio que queda terminada pero sin operar. Un antecedente similar es el del puente Chirajara, que fue inaugurado únicamente para la prensa, sin haber entrado en funcionamiento hasta el momento.
Una obra clave para mitigar riesgos en la vía al Llano
El viaducto en el kilómetro 58 busca garantizar la movilidad en un sector históricamente afectado por deslizamientos y derrumbes, problemas que han dejado a la vía intransitable por meses; previniendo emergencias similares y asegurando la conectividad entre Bogotá y los Llanos Orientales.
No obstante, la incertidumbre sobre su operación genera preocupación en diversos sectores, que esperan que la inversión y los adelantos den los resultados esperados para evitar que esta obra crítica quede inactiva como otras en la región. La apertura del viaducto, de más de 720 metros de longitud, representaría un avance significativo en el mejoramiento de las condiciones de tránsito y seguridad para miles de usuarios de la vía al Llano, consolidándose como un pilar clave en la infraestructura vial del país.