Días de incertidumbre y angustia vive Marco Arley Chocontá Torres, un joven padre de 25 años en Ibagué (Tolima), pues su expareja sentimental se llevó a su hijo de 4 años bajo engaños.
De acuerdo con la denuncia del padre, Ingrid Tatiana Ocampo Cuellar, de 23 años, salió con el menor a comprar ropa de Navidad el lunes 23 de diciembre, pero nunca regresó. Desde ese momento, ambos están desaparecidos.
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Los relatos del padre afirman que “la mamá de mi hijo fue por el niño a comprarle la ropa de Navidad y lo deje ir y se me lo llevo con engaños”. Marco contó que Ingrid le dijo que llevaría a su hijo a las 6:00 p. m. porque tenía que cumplir con su jornada laboral.
“A las 6:20 le escribo y ya no le llegan los mensajes, ya me había apagado el celular, fui donde ella trabaja Y me dicen que desde el viernes no trabaja porque está incapacitada. Fui donde los familiares y no me dan razón de ella o del niño. Nada. No me dan razón de nada, miré la hora y no me dan razón de nada”, agregó Marco Arley.
Además, el padre del menor contó que tiene la custodia o el cuidado personal de Ian David desde el mes de octubre del presente año porque Ingrid Tatiana no tiene la estabilidad para mantenerlo, así como lo certifica un documento de Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), Regional Tolima en su sede Zonal del barrio Jordán de Ibagué.
“Me dieron la custodia del bebe fue porque ella tiene una pareja que la maltrata física y verbalmente. En dos ocasiones el señor me le pego al niño y hasta él bebe lo dijo en la citación, ella no tiene estabilidad para tener al niño, el señor tiene una demanda que ella le puso por Fiscalía que casi la mata a golpes y el Bienestar le puso una demanda en contra por pegarle a mi hijo”, reveló el padre de Ian David.
Por el momento, lo que se sabe es que Ingrid Tatiana Ocampo Cuellar se habría comunicado por medio de una llamada con el grupo de Infancia y Adolescencia de la Policía Metropolitana de Ibagué, donde habría asegurado que se encontraba fuera de la ciudad, pero colgó. Motivo por el cual, las autoridades adelantan la investigación correspondiente por el caso.
Desaparición de menores en Colombia
La violencia intrafamiliar ha emergido como uno de los factores predominantes en la desaparición de menores en Colombia, según explicó Carlos Valdés, exdirector de Medicina Legal. Este fenómeno, que se utiliza como un mecanismo de daño dentro del núcleo familiar, se suma a otras causas como el reclutamiento forzado, la trata de personas y el desplazamiento forzado, agravando una problemática que ha alcanzado cifras alarmantes en el país.
De acuerdo con un informe de Medicina Legal, hasta octubre de 2024 se han reportado 2.758 desapariciones, de las cuales 1.103 corresponden a menores de edad, lo que representa cerca del 40% del total.
Según detalló Medicina Legal, en promedio, tres menores desaparecen cada día en Colombia. Las regiones más afectadas incluyen Bogotá, Meta, Antioquia, Valle del Cauca y Caquetá, donde las familias enfrentan una constante incertidumbre y desesperación al no tener noticias sobre el paradero de sus hijos.
El informe de Medicina Legal también señala que el reclutamiento forzado por parte de grupos armados ilegales continúa siendo una de las principales causas detrás de estas desapariciones. En zonas rurales y de difícil acceso, los menores son especialmente vulnerables a ser captados por estas organizaciones, que los utilizan en actividades ilícitas.
A esto se suma la trata de personas, un delito que afecta principalmente a niñas y adolescentes, quienes son explotadas en redes de trabajo forzado o explotación sexual.
Otro factor que contribuye al aumento de las desapariciones es el desplazamiento forzado. Según explicó Carlos Valdés, las familias que huyen de la violencia en sus territorios enfrentan riesgos adicionales durante su desplazamiento, lo que incrementa la vulnerabilidad de los menores.
La violencia intrafamiliar, sin embargo, ha ganado relevancia como una de las principales causas de desaparición de menores. Valdés destacó que este tipo de violencia no solo afecta directamente a los niños y las niñas, sino que se utiliza como una herramienta para causar daño dentro del entorno familiar.