De acuerdo con datos del Ministerio de Trabajo, el salario mínimo en Colombia ha experimentado incrementos significativos en los últimos años, destacándose especialmente los ajustes de dos dígitos realizados en 2022, 2023 y 2024.
Estas alzas, que marcaron hechos históricos en el país, reflejan tanto los esfuerzos por mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores como las tensiones entre empresarios, sindicatos y el Gobierno nacional en las mesas de concertación.
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El salario mínimo legal mensual vigente (Smlmv), que afecta directamente a millones de colombianos, fue objeto de intensos debates y negociaciones durante la última década. En los últimos 11 años, el proceso de definición del salario mínimo ha oscilado entre acuerdos concertados y decisiones unilaterales tomadas por los presidentes de turno mediante decretos.
En 2014, bajo el mandato de Juan Manuel Santos, se logró un acuerdo entre trabajadores y empresarios para incrementar el salario mínimo en un 4,5%, lo que representó un aumento de 26.527 pesos, dejando el salario en 616.000 pesos.
El auxilio de transporte, que complementa el ingreso de los trabajadores que ganan el mínimo, también subió a 72.000 pesos. Este incremento fue destacado por el entonces presidente Santos como el más alto en términos de poder adquisitivo en los últimos ocho gobiernos.
Para 2015, el salario mínimo subió un 4,6%, alcanzando los 644.350 pesos, mientras que el auxilio de transporte se ajustó en un 2,7%, situándose en 74.000 pesos. Sin embargo, en 2016, las negociaciones no llegaron a buen puerto, y el aumento del 7% fue decretado por el Gobierno, elevando el salario a 689.454 pesos y el auxilio de transporte a 77.700 pesos.
El patrón de incrementos continuó en 2017, cuando el salario mínimo ascendió a 737.717 pesos tras un aumento del 7%, al igual que el auxilio de transporte, que alcanzó los 83.140 pesos. En 2018, último año del gobierno de Santos, se logró nuevamente un acuerdo concertado, con un incremento del 5,9% que dejó el salario en 781.242 pesos y el auxilio de transporte en 88.211 pesos.
Con la llegada de Iván Duque a la presidencia en 2019, las negociaciones resultaron en un aumento del 6%, situando el salario mínimo en 828.116 pesos y el auxilio de transporte en 97.032 pesos. Este porcentaje se repitió en 2020, cuando el salario alcanzó los 877.802 pesos y el auxilio de transporte subió a 102.853 pesos.
En 2021, el incremento fue más modesto, con un alza del 3,5% que dejó el salario mínimo en 908.526 pesos y el auxilio de transporte en 106.454 pesos. Este fue el aumento más bajo de la última década, según el medio.
El panorama cambió drásticamente en 2022, cuando las negociaciones se resolvieron rápidamente y se acordó un aumento del 10,07%, llevando el salario mínimo a 1.000.000 de pesos. El auxilio de transporte también experimentó un incremento significativo, alcanzando los 117.000 pesos.
En 2023, ya bajo el gobierno de Gustavo Petro, se logró un consenso con los empresarios para un aumento del 16%, el más alto de los últimos años, situando el salario mínimo en 1.160.000 pesos. El auxilio de transporte también tuvo un alza considerable del 20 %, llegando a 140.606 pesos.
Sin embargo, para 2024, las negociaciones no prosperaron, y el presidente Petro decretó un incremento del 12%, fijando el salario mínimo en 1.300.000 pesos y el auxilio de transporte en 162.000 pesos, con un aumento del 15 %.
Mientras los sindicatos abogan por un incremento de dos dígitos para 2025, los empresarios sugieren un ajuste más cercano a la inflación anual, que según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) fue del 5,2 % en noviembre.
Un análisis de los últimos 40 años revela tendencias interesantes en los ajustes salariales. El mayor incremento porcentual se registró en 1989, con un alza del 27%, mientras que el menor aumento ocurrió en 1984, cuando no hubo ajuste. En la última década, los mayores incrementos se dieron en 2023, 2022 y 2024, todos con porcentajes de dos dígitos, mientras que el más bajo fue en 2021, con un 3,5%.
La evolución del salario mínimo en Colombia refleja no solo las dinámicas económicas del país, sino también las tensiones y acuerdos entre los diferentes actores sociales. Con el cierre de 2024, la expectativa sobre el ajuste para 2025 sigue siendo alta, en un contexto donde el poder adquisitivo de los trabajadores y la estabilidad económica de las empresas están en juego.