“Veci hp”: familia colombiana insultó con sus luces navideñas a los demás habitantes de la cuadra

Estas personas aprovecharon la única extensión de luces colocada en la fachada para molestar a los vecinos del sector, con quienes aparentemente no mantienen una buena relación

Aprovecharon la única extensión de luces que ubicaron sobre la fachada para "fastidiar" a los residentes del sector con los que no tendrían una relación amigable - crédito @juanzep / TikTok

En los primeros seis meses del 2024, Bogotá registró al menos1.600 desacuerdos entre vecinos, que requirieron de la intervención de terceros, según datos de la Personería Distrital y las 16 casas de justicia que funcionan en la ciudad.

No sorprende que, incluso en la temporada de fin de año, se registren incidentes, pero uno en específico habría llamado la atención en redes sociales, por el ingenio de una familia para malestar a sus vecinos.

Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.

El mensaje "vecina hp" correr por su panel de luz en las noches - crédito @juanzep / TikTok

Con la única extensión de luz que instalaron sobre su fachada les enviaron un mensaje a los demás habitantes de la cuadra y, en específico, a la mujer que viviría en frente y que, durante todo diciembre, se ha visto obligada a leer “vecina hp” al asomarse por la ventana.

Una idea tan problemática como ingeniosa, que, a puertas de la Navidad, los llevó a hacerse virales en redes sociales, donde las opiniones sobre su decoración no se hicieron esperar.

“Me parece una falta de respeto y tambipen es indignante que no digan dónde puedo comprar una de esas... la necesito”, “Me alcance a ilusionar con un Petro”, “Ombeee”, “Colombia es demasiado ambiente para este mundo”, “Menos mal la Navidad es tiempo de amor, paz y armonía”, “No las quiero... las necesitoooo”, se lee en algunas de las reacciones, la mayoría a manera de broma.

¿Cuál es la ciudad más grosera de Colombia?

Un análisis realizado por la firma Preply encontró que Barranquilla y Cúcuta son las ciudades colombianas con menor frecuencia en el uso de lenguaje vulgar, registrando un promedio de cuatro “groserías” diarias por persona. En contraste, ciudades como Medellín, Manizales y Cali lideran las cifras con nueve y ocho expresiones vulgares diarias, respectivamente. Bucaramanga, Bello y Santa Marta también se destacan, con un promedio de siete “malas palabras” al día, mientras que Bogotá, Pereira y Soacha presentan un uso más moderado, con seis expresiones diarias.

El estudio también establece una correlación entre el uso del lenguaje vulgar y variables como el género y la edad. Las mujeres, con un 45,44%, superan a los hombres (42,23%) en el uso de “groserías” más de cinco veces al día. En cuanto a las generaciones, los jóvenes de entre 16 y 24 años son los principales usuarios de este tipo de expresiones, con un promedio de siete palabras diarias. Por su parte, las personas de 25 a 44 años se ubican en un rango medio, mientras que quienes superan los 45 años muestran una tendencia más conservadora en su vocabulario, empleando menos lenguaje vulgar.

La capital antioqueña lidera el ránking nacional - crédito Alcaldía de Medellín

El entorno donde se recurre a este tipo de lenguaje también fue analizado. Según el informe, las interacciones sociales con amigos representan el principal contexto para el uso de expresiones vulgares, seguido de espacios privados como el hogar o el automóvil. En contraste, el ambiente laboral se caracteriza por un uso significativamente más moderado de “malas palabras”.

Medellín se destaca como la ciudad con mayor uso de lenguaje vulgar en el país, con un promedio diario de nueve “groserías” por persona. Este dato la posiciona por encima de Manizales y Cali, que registran ocho expresiones diarias. En un análisis más amplio, que abarcó 20 ciudades, se determinó que el uso de lenguaje vulgar varía significativamente según las dinámicas culturales y demográficas de cada región.

Bogotá se encuentra entre las ciudades con uso moderado de las groserías - crédito Daniel Ruiz Vera

Otro aspecto relevante que exploró el estudio es el destinatario principal de estas expresiones. Los resultados reflejan que los amigos y las propias personas que hablan son los receptores más frecuentes de este tipo de lenguaje, mientras que compañeros de trabajo y parejas ocupan lugares secundarios.

Finalmente, Preply subraya que el uso de “groserías” no solo es un reflejo de la comunicación cotidiana, sino también un indicador de las diversas identidades culturales que coexisten en Colombia. Este estudio, inédito en su enfoque, proporciona una visión más profunda sobre cómo el lenguaje vulgar se integra en el tejido social del país.