La situación actual de la educación superior en Colombia ha generado preocupación entre diversos actores sociales, académicos y gremiales, quienes han manifestado sus inquietudes al Ministerio de Educación y al nuevo director del Icetex. Una carta firmada por el rector de la Universidad Minuto de Dios, Harold Castilla, junto a exministros y representantes de organizaciones gremiales, evidencia los retos que enfrenta el sector educativo y plantea interrogantes sobre el futuro de los jóvenes colombianos.
En entrevista con La W, el padre Harold Castilla expuso los puntos más sensibles de este panorama, subrayando la importancia de la educación como eje central para el desarrollo del país.
Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Facebook.
“Es una preocupación que no es solo del sector de la educación superior, yo diría que es de todo el sistema. Sin educación es difícil que un país realmente encuentre la ruta de su desarrollo (…) si un Gobierno no siente que esta tiene que ser su mayor preocupación, dónde podemos encontrar la solución. Debemos pensar más en Colombia” afirmó el rector. Además, hizo un llamado urgente al Gobierno para priorizar la educación en sus políticas: “Si un Gobierno no siente que esta tiene que ser su mayor preocupación, ¿dónde podemos encontrar la solución? Debemos pensar más en Colombia”, señaló.
El Icetex y la incertidumbre financiera
Uno de los temas críticos abordados por Castilla es el papel del Icetex en el acceso a la educación superior. Durante décadas, esta institución ha sido un pilar para garantizar que miles de jóvenes puedan ingresar a universidades públicas y privadas mediante créditos educativos y subsidios. Sin embargo, el rector expresó su preocupación ante la falta de recursos suficientes para mantener estos programas.
“A lo largo de los años, hemos tenido un Icetex que fomenta en este sistema mixto el poder acceder a la educación superior a través de este mecanismo y cómo así que ya no hay dinero para esto, creo que ahí tenemos una preocupación grande”, señaló. Estas declaraciones reflejan un temor extendido en el sector educativo sobre las posibles consecuencias de un debilitamiento financiero del Icetex, que podría traducirse en una reducción de oportunidades para miles de estudiantes.
La relación entre universidades públicas y privadas
Castilla también enfatizó la importancia de evitar divisiones entre las universidades públicas y privadas, subrayando que ambas cumplen un papel fundamental en la formación de los colombianos. “En las universidades privadas del país están estudiantes que ameritan también el fomento de la educación superior. No se trata de hacer dicotomías falsas porque la universidad pública y privada siempre han respondido a la necesidad de los estudiantes. Nosotros prestamos un servicio público”, afirmó.
Este llamado a la unidad entre instituciones refleja la necesidad de un enfoque colaborativo para abordar los desafíos del sector educativo, especialmente en un contexto donde los recursos son limitados y las demandas sociales son crecientes.
Uno de los compromisos del Gobierno ha sido garantizar 10.000 nuevos cupos para estudiantes en 2025 a través del Icetex. No obstante, Castilla expresó su escepticismo sobre la viabilidad de esta promesa debido a la falta de claridad en la asignación de recursos.
“No tenemos la certeza de que ese dinero está en función. Esta semana se iba a hacer la primera convocatoria del Icetex y esperamos que suceda para que podamos pensar que tenemos esos cupos para 2025″, comentó.
La situación actual plantea interrogantes sobre la sostenibilidad del sistema educativo colombiano y la capacidad del país para garantizar una educación inclusiva y de calidad. Las preocupaciones expresadas por el rector Harold Castilla y otros actores del sector educativo subrayan la urgencia de tomar medidas concretas para fortalecer la educación superior como un motor de desarrollo social y económico.
En este contexto, el diálogo entre el Gobierno, las universidades y otras partes interesadas será crucial para encontrar soluciones efectivas y garantizar que ningún estudiante quede rezagado. La educación no solo es un derecho, sino también una inversión en el futuro de Colombia.