Santiago Alarcón y Cecilia “Chichila” Navia son una pareja destacada en la televisión colombiana, tanto por su vida matrimonial como por sus colaboraciones profesionales.
Se conocieron en 1998, mientras estudiaban actuación en una academia de teatro. Inicialmente, desarrollaron una amistad, ya que Navia tenía pareja en ese momento. Tras la ruptura de esa relación, comenzaron una relación sentimental que los llevó al matrimonio el 5 de mayo de 2005. Juntos, tienen dos hijos: Matías y María.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
La pareja es reconocida por la estabilidad de su relación en el medio artístico colombiano. En diversas oportunidades manifestaron que el respeto mutuo y la comunicación abierta son pilares fundamentales en su matrimonio.
Pese a que “Chichila” reconoció que a menudo hay diferencias entre ambos y hasta tuvieron algún momento de crisis en la relación. La también actriz aseguró que abordan esas dificultades mediante conversaciones constructivas, con el fin de evitar conflictos mayores.
Además, ambos destacan la importancia del sentido del humor en su relación, lo que les ha permitido mantener una convivencia armoniosa a lo largo de los años.
En sus carreras, coincidieron en varias producciones televisivas, siendo sus participaciones en Garzón Vive y La primera vez las más recordadas por los televidentes.
En la primera de ellas, Alarcón tuvo el papel protagonista de Jaime Garzón, mientras que Navia interpretó a Soledad Cifuentes, un personaje ficticio que en la producción era la profesora y primera novia del comediante y activista político. Pero la participación de ambos en la telenovela causó problemas entre la pareja.
Así lo dio a conocer Alarcón durante su paso por Bravíssimo de City TV, con motivo de su aparición en La Pena Máxima 2, película de Dago García con la que revive el argumento del largometraje de original, esta vez con Alarcón y Biassini Segura como protagonistas.
El antioqueño contó que en su matrimonio con “Chichila” llegaron a un acuerdo para la crianza de sus dos hijos. “Lo cuadramos cuando decidimos ser papás”, inició Santiago.
Debido a que el ritmo de trabajo para los actores y actrices es intenso, la pareja tomó una decisión para dividirse sus responsabilidades en la casa. “Dijimos, ‘como esto requiere tanto tiempo, el tema de la televisión y el teatro, entonces tratemos de turnarnos para que, si uno está trabajando, el otro está en la casa’”, explicó.
Pero cuando llegó el momento de Garzón Vive, se produjo un problema debido a que ambos querían estar en la producción del Canal RCN. “Era un personaje que yo quería hacer, era un personaje que ella quería hacer”, afirmó Alarcón.
Ambos obtuvieron los papeles, pero su vida familiar y su propia relación matrimonial pagó las consecuencias. “Fue complicado, porque a veces llegábamos a la casa a las 7 u 8 de la noche, todavía con el trajín de haber grabado. Nos sentábamos a comer y cada uno defendiendo su personaje. Terminábamos discutiendo por los personajes”, contó.
La situación se prolongó hasta que la pareja recapacitó. “Uno de mis hijos me dijo en un momento ‘es que no los veo a ustedes, son los personajes todo tiempo acá en la casa’”, admitió, motivando que tomaran decisiones para evitar que las peleas llegaran a su hogar y afectaran el ambiente.
“Entonces creamos acuerdos. Llegamos a la casa y es llegamos a la casa. No se habla de trabajo por más que tengamos mucho por decir. Eso lo decimos en el set, aquí toca centrarse en los niños y en nosotros como pareja. Es una historia como actores, y otra como pareja, y hay que defenderla en la casa”, sentenció.