De acuerdo con datos recientes del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), Colombia enfrenta una disminución significativa en el número de nacimientos, una tendencia que podría convertir al 2024 en el año con menos registros de nacimientos desde al menos 2014.
Entre enero y octubre de este año, se registraron aproximadamente 317.000 nacimientos, lo que representa una caída del 14,4 % en comparación con el mismo periodo del año anterior.
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Este fenómeno ha suscitado debates sobre sus posibles causas. Durante un programa de La FM, Juan Lozano, director de la red de emisoras, señaló al presidente Gustavo Petro como responsable de la pérdida de interés de las nuevas generaciones para formar familias y tener hijos.
“Yo sí me pongo en el pellejo de un joven que haya oído las noticias de los últimos 15 días y piensa en sus hijos. Los engañaron con el tema del ICETEX, entonces ahora no pueden ir a la universidad. Les están incumpliendo con el sistema de salud, y es incierto qué servicios les van a prestar”, señaló Lozano.
La afirmación del director de la FM ha generado controversia, pues la reducción en las tasas de natalidad es una tendencia global que afecta a numerosos países y obedece a múltiples factores, incluidos los cambios culturales, económicos y sociales.
Las reacciones no se hicieron esperar en las redes sociales, “Es culpa de Petro. Al perder la esperanza se cae la expectativa de vida. Petro destruyó hasta la esperanza de una mejor Colombia y hasta las ganas de vivir”; “Yo tengo hijos y le enseño que lo mejor en este mundo de hoy, es no tener hijos, pienso que el planeta está muriendo y las futuras generaciones van a sufrir mucha escasez de recursos, y la especie humana está condenada a la extinción”; Lo más absurdo es que la tendencia a no querer tener hijos es un fenómeno mundial y que empezó hace ya varios años, la influencia de Petro en este fenómeno es casi nula”: fueron algunos de los mensajes.
Más sobre el informe
La disminución de la natalidad en Colombia ha alcanzado niveles alarmantes, con regiones como Guainía registrando una reducción del 40,7% en los nacimientos durante 2023, según el informe de Estadísticas Vitales del Dane.
Este fenómeno, que afecta también a departamentos como Vaupés, Amazonas, Vichada y Cesar, refleja un cambio profundo en las dinámicas demográficas del país, con implicaciones significativas para las políticas públicas y la planificación social.
De acuerdo con el Dane, el número total de nacimientos en Colombia durante 2023 fue de 515.549, lo que representa una disminución del 10,1% en comparación con los 669.137 nacimientos registrados en 2014. En términos absolutos, esto equivale a 153.588 nacimientos menos en un periodo de nueve años, marcando el nivel más bajo de la última década.
El informe, que incluye datos hasta octubre de 2024, detalla que la tendencia a la baja se ha intensificado aún más en los primeros diez meses de este año. En este periodo, los nacimientos disminuyeron un 14,4% respecto al mismo lapso de 2023, lo que subraya la aceleración de este fenómeno demográfico.
Factores detrás de la caída en la natalidad
El Dane identifica múltiples factores que explican esta disminución. Entre ellos, destacan los cambios en las prioridades sociales, con un creciente número de personas que optan por postergar la maternidad y la paternidad. A esto se suma la inestabilidad económica y la incertidumbre social, que han llevado a muchas familias a reconsiderar la decisión de tener hijos.
Otro elemento clave es el mayor acceso a métodos anticonceptivos, lo que ha permitido a las personas ejercer un mayor control sobre su planificación familiar. Asimismo, el aumento de la participación de las mujeres en el mercado laboral ha influido en las decisiones relacionadas con la maternidad, ya que muchas priorizan su desarrollo profesional antes de formar una familia.
Consecuencias a largo plazo
La disminución de la natalidad no solo tiene implicaciones demográficas, sino también económicas y sociales. Según el Dane, una caída sostenida en los nacimientos puede conducir al envejecimiento de la población, lo que a su vez genera desafíos significativos para el sistema de pensiones, el mercado laboral y los servicios sociales.
El envejecimiento poblacional podría aumentar la presión sobre los recursos destinados a la atención de adultos mayores, mientras que una fuerza laboral reducida podría limitar el crecimiento económico del país. Además, la menor demanda de productos y servicios relacionados con la infancia podría impactar negativamente en ciertos sectores económicos.