En un giro decisivo para la búsqueda de personas desaparecidas en la comuna 13 de Medellín, las excavaciones realizadas en La Escombrera han revelado la presencia de restos humanos, un hallazgo que, según el magistrado de la JEP Gustavo Salazar, ratifica la importancia de los esfuerzos llevados a cabo durante los últimos años para reconstruir la verdad sobre los crímenes cometidos entre 2001 y 2004 en esta zona. Así lo detalló el funcionario en entrevista concedida a El Colombiano.
Los trabajos recientes comenzaron el 29 de julio de 2024, como parte de una labor de más de cinco años impulsada por medidas cautelares adoptadas por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Fue el pasado 18 de diciembre cuando se encontraron los primeros restos significativos. Según explicó el magistrado Salazar, los restos recuperados incluían un esqueleto casi completo, perteneciente a una mujer, identificado a través de prendas y características óseas. Hasta el momento, se han hallado múltiples huesos, entre ellos cinco fémures, lo que indica la presencia de al menos tres cuerpos.
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Aunque no se ha confirmado la existencia de una fosa común en términos convencionales, Salazar explicó que los hallazgos apuntan a una posible “concentración de estructuras óseas” en un área delimitada. Este espacio fue identificado gracias a un exhaustivo proceso de reconstrucción satelital, geológica y fotográfica, que situó el lugar de las excavaciones entre 70 y 150 metros de una antigua base paramilitar.
“Los estamos embalando y empacando de manera diferenciada porque hubo una cierta perturbación de la escena porque la draga alcanzó a remover tierra donde estaban los restos, por eso no nos atrevemos a decir, pero creemos que hay más de dos cuerpos, pero esto implica una reconstrucción antropológica, es decir, poner las estructuras óseas sobre la mesa y analizar, pero encontramos varios huesos del mismo tipo, es decir, estamos hablando de fémures, estamos hablando de coxales, estamos hablando de tibias, estamos hablando de cubitos y radios”, explicó.
La importancia del hallazgo en La Escombrera
Para el magistrado, este descubrimiento es una validación de las decisiones adoptadas por la JEP, particularmente en la Sección para Casos de Ausencia de Reconocimiento. Salazar subrayó que estas medidas fueron tomadas para honrar la dignidad de las víctimas y responder al clamor de sus familias, quienes durante años han señalado que este era el lugar donde sus seres queridos fueron ejecutados y enterrados.
“Este hallazgo no solo demuestra que las víctimas tenían razón, sino que refuerza la convicción de que buscar desaparecidos no es un gasto, sino una inversión en los valores fundamentales de una sociedad”, afirmó el magistrado. Añadió que, pese al escepticismo inicial, la persistencia de las autoridades y la colaboración de las familias han sido determinantes para este avance.
La Comuna 13 ha sido un epicentro del conflicto armado en Colombia, particularmente durante el periodo crítico de 2002-2003, cuando se registraron las desapariciones de aproximadamente 170 personas, de un total de 502 víctimas documentadas en la zona. La magnitud de la tragedia subraya la relevancia de los hallazgos en La Escombrera, un lugar que ha estado bajo constante alteración debido a la extracción de materiales y rellenos, lo que dificultó significativamente las labores de búsqueda.
Las excavaciones han contado con la participación de aproximadamente 30 personas, incluyendo equipos forenses, contratistas y personal logístico, además del apoyo continuo de especialistas desde Bogotá. La profundidad de las excavaciones alcanza los 27 metros, lo que ha implicado remover más de 37 mil metros cúbicos de tierra para llegar al suelo histórico correspondiente al periodo crítico del conflicto.
Salazar destacó que este proceso marca un hito en la lucha contra la impunidad y la reconstrucción de la memoria histórica en Colombia. Subrayó que la búsqueda de desaparecidos no solo responde a un deber moral, sino que también fortalece los cimientos de una sociedad basada en el respeto y la dignidad.