El panorama del mercado crediticio colombiano presenta un escenario mixto, de acuerdo con el más reciente Índice de Endeudamiento Bravo, realizado en conjunto con el medio económico Valora Analitik, correspondiente a diciembre de 2024.
Los datos revelan que, a pesar de una caída en la deuda promedio de los colombianos, la mora sigue en ascenso, reflejando las dificultades persistentes para cumplir con las obligaciones financieras.
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Según el informe, la deuda promedio de los colombianos se redujo en un 7%, situándose en $28.661.825 a noviembre de 2024, frente a los $30.843.600 reportados en octubre.
Esta contracción es atribuida a un contexto económico en transición, caracterizado por una inflación moderada del 5,4% y una reducción en las tasas de interés por parte del Banco de la República, que actualmente se encuentra en 9,5%, de acuerdo con el más reciente recorte de la entidad anunciado el viernes 20 de diciembre.
Sin embargo, el alivio en los costos financieros no ha sido suficiente para evitar un aumento en la mora, que pasó a 7,2 meses en promedio, un indicador preocupante para las familias colombianas.
El informe también señala que el perfil del deudor colombiano está cambiando. La edad promedio de los deudores bajó a 37 años, lo que sugiere que los jóvenes están adquiriendo un mayor volumen de crédito. Sin embargo, el número promedio de deudas por persona se mantiene estable en tres.
Un dato para tener en cuenta es que solo el 65,38% de los deudores tienen una mora de hasta seis meses, lo que representa una mejora frente al 69,31% registrado en octubre. A pesar de esta mejora en el corto plazo, la mora sigue siendo un desafío importante.
El desempeño económico de Colombia en 2024 ha mostrado señales de desaceleración, con un crecimiento del PIB proyectado en torno al 1,2% para el cierre del año. La desaceleración económica, sumada a las altas tasas de interés y la cautela de los consumidores, impacta directamente en la capacidad de pago de los hogares colombianos.
En cuanto al mercado laboral, aunque se ha evidenciado una ligera mejora en la tasa de desempleo presentada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, sigue siendo un factor clave que influye en la solvencia de los deudores.
El índice también ofrece una interesante comparación entre el mercado colombiano y otros países en los que opera la firma Bravo. En México, la deuda promedio es más alta, alcanzando los $34.833.608, pero la mora promedio es de solo 4 meses. Además, el 89,07% de los deudores mexicanos tiene una mora de hasta seis meses.
En Brasil, la deuda promedio es similar a la de Colombia, con $29.110.700, pero la mora es de solo 2 meses, lo que muestra una mejor gestión de los pagos.
Aunque los colombianos están reduciendo su deuda promedio, la persistente morosidad y las dificultades para cumplir con los pagos reflejan la fragilidad económica de los hogares en el país.
Según el informe, el comportamiento del comercio minorista y el consumo privado también están influyendo de manera directa en la dinámica crediticia del país.
La moderación en el consumo, evidenciada por un menor ritmo de crecimiento en las ventas minoristas, refleja una actitud más cautelosa de los hogares colombianos, lo que ha llevado al sector financiero a ajustar sus políticas. Los bancos, mostrando una mayor selectividad en la creación de nuevos préstamos, comenzaron a reflejar gradualmente los recortes en la tasa de política monetaria en las tasas de interés comerciales.
De cara a 2025, varios factores clave definirán el futuro del mercado crediticio, entre los que destacan la transmisión de las menores tasas de interés al crédito comercial, la evolución del empleo y los ingresos de los hogares, la continuidad de la tendencia a la baja de la inflación y la recuperación de la actividad económica, crucial para mejorar la capacidad de pago.
No obstante, los datos de noviembre revelan un mercado en proceso de ajuste, con una caída en los niveles de deuda, pero con un aumento en la mora, lo que sugiere que, a pesar de la tendencia al desapalancamiento, los hogares colombianos siguen enfrentando serios desafíos en su capacidad de pago.
Del mismo modo, la convergencia de factores macroeconómicos más favorables, como una menor inflación y tasas de interés en descenso, aún no se ha traducido en una mejora significativa en los indicadores de mora, lo que resalta la importancia de un seguimiento cercano al comportamiento del mercado crediticio en los próximos meses.