Más de 13 toneladas de coltán fueron incautadas por autoridades colombianas a bordo de una embarcación que navegaba por el río Guaviare, en el departamento de Vichada, en una operación que logró evitar la circulación de millones a las finanzas de grupos criminales dedicados a la minería ilegal. La incautación se llevó a cabo tras un trabajo conjunto entre la Armada de Colombia, el Ejército Nacional y la Policía Nacional, en una de las intervenciones más significativas contra la minería ilícita en la región.
El coltán, compuesto por minerales como la columbita, casiterita y tantalita, es uno de los recursos más valiosos en la industria electrónica moderna. Su alta demanda se debe a su aplicación en la fabricación de componentes esenciales para la producción de baterías, teléfonos móviles, computadoras y otros dispositivos tecnológicos. No obstante, su explotación ilegal ha generado un grave problema tanto para la seguridad del país como para el medio ambiente, ya que se convirtió en una de las principales fuentes de financiación para grupos armados al margen de la ley.
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El material fue encontrado durante un operativo de control fluvial de la Armada Nacional, que se realizó en el sector de Amanaven, ubicado en el municipio de Cumaribo (Vichada). Allí, los uniformados identificaron una embarcación tipo balsa que transportaba 344 bolsas con un material que se asemejaba a “arenas negras polimetálicas”. Tras un exhaustivo proceso de inspección, se confirmó que la carga estaba compuesta por coltán, un mineral de alta demanda en la industria tecnológica, pero que, en este caso, había sido extraído ilegalmente.
La Armada Nacional detalló que la cantidad de coltán incautada, equivalente a 13.700 kilogramos, tendría un valor aproximado en el mercado ilegal internacional de 4.750.000 dólares. Esta es la segunda mayor incautación registrada en la región este año, lo que refleja la creciente lucha de las autoridades contra el tráfico ilegal de recursos minerales en la Orinoquía, una zona históricamente disputada por organizaciones criminales.
Según el Ministerio de Defensa, la operación también tuvo un enfoque en el medio ambiente, ya que la minería ilegal en la región ha causado graves daños ecológicos. “Con este golpe contra la ilegalidad se evita la contaminación del medio ambiente, la destrucción de hábitats fluviales y forestales, la remoción intensiva de la tierra que afecta la calidad del agua y la vida de las comunidades; además de la deforestación, erosión y pérdida de vegetación endémica de la Orinoquía”, señalaron las autoridades en un comunicado.
La actividad minera ilegal es una de las principales fuentes de financiación de los grupos armados ilegales en la región de la Orinoquía, que se aprovechan de la explotación de minerales como el coltán para sustentar sus operaciones delictivas. Además, la extracción sin regulación ni control dio como consecuencias devastadoras para el ecosistema local, comprometiendo la biodiversidad y los recursos hídricos que son vitales para las comunidades cercanas.
Este decomiso es resultado de un esfuerzo conjunto entre la Fuerza Naval de la Orinoquía, la Brigada N° 28 del Ejército Nacional y el Departamento de Policía de Vichada, que intensificaron su presencia en la región para frenar la minería ilícita y desmantelar las redes de delincuentes que operan en la zona. A lo largo del 2024, las autoridades aumentaron las operaciones de interdicción en los ríos, donde los grupos armados ilegales suelen movilizar sus cargamentos de minerales de manera clandestina.
Cabe resaltar que, en los últimos años, la minería ilegal de coltán creció exponencialmente en Colombia, particularmente en las regiones fronterizas con Brasil y Venezuela, donde grupos criminales explotan estos recursos naturales sin ningún tipo de control o regulación. Estos actores ilegales encontraron en el coltán un medio para financiar sus actividades delictivas, traficando el mineral a través de rutas clandestinas hacia mercados internacionales en países como Alemania, Bélgica, Kazajistán y Estados Unidos; sin embargo, detrás de estos beneficios económicos inmediatos, se esconde una serie de efectos devastadores para la región.