Los colombianos están en conteo regresivo para recibir la Navidad y el Año Nuevo. Fechas que, tradicionalmente, se comparten en familia y con amigos. Sin embargo, no todas las personas pasan por buenos momentos emocionales, bien sea por temas de salud o económicos, y estas celebraciones, en vez de ser motivo de alegría, se convierten en un detonador de angustia.
Especialmente, estas situaciones afectan a aquellos que atraviesan un proceso de duelo, una enfermedad, una situación de dificultad económica o, simplemente, están pasando por circunstancias difíciles que, si no atienden de forma correcta, pueden afectar seriamente su salud mental y calidad de vida.
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De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 280 millones de ciudadanos alrededor del mundo presentan episodios depresivos y, de acuerdo con la Asociación Americana de Psicología, para los que padecen de esta enfermedad, las presiones de la temporada de fin de año pueden acentuar en más de un 70% sus síntomas.
En Colombia, entre 2020 y 2023 se presentaron más de 5 millones de casos de trastorno de ansiedad, un dato preocupante que dio a conocer el Instituto Nacional de Salud (INS) y que tiene en alerta a las autoridades en esta Navidad.
Precisamente, un reciente informe de la Facultad de Psicología de la Universidad de San Buenaventura, sede Bogotá, reveló que la temporada decembrina, más allá de ser un símbolo de fiesta y regalos, también se asocia con una menor satisfacción con la vida y el bienestar mental, debido a la carga cultural y simbólica que genera esta época, lo que presiona a la gente a proyectar felicidad, lograr metas y tener todo lo que se desea, generando mayor tristeza, nostalgia y sobre todo frustración.
Al respecto, Edwin Oliveros, profesor de la Universidad de San Buenaventura y autor del informe, habló de las cinco principales razones que, en esta época de cierre de año, aumentan en más de un 70% los problemas de salud mental.
Idealización de expectativas: las ilusiones altas sobre cómo deben ser las celebraciones, a dónde ir de vacaciones, qué comprar o cuántos regalos pedir, salir con amigos y atender invitaciones, entre otros, pueden incrementar la frustración por falta de tiempo, ausencia de dinero y distanciamiento social: “Esto aumenta la sensación de desesperanza, los pensamientos negativos y los episodios depresivos o de ansiedad”, afirmó Oliveros.
Soledad y aislamiento: en diciembre, como en cualquier época del año, hay personas que han perdido recientemente seres queridos o que están lejos de su familia, que se quedaron sin trabajo, que presentaron dificultades académicas o que tuvieron rupturas afectivas.
“Estas fechas pueden resaltar feelings de soledad que se agudizan en Navidad y detonan sentimientos de tristeza o desesperanza, añoranza y nostalgia”, indicó el docente de la Universidad de San Buenaventura.
Crisis financieras: esta es una época de altos niveles de gastos económicos por la compra de regalos, la participación en novenas, los desplazamientos constantes fuera de la ciudad y alta ocupación laboral para algunas áreas: “Las cargas cognitivas, físicas y emocionales, además de las prácticas irresponsables con el dinero, por ejemplo, gastar más de lo que se recibe, pueden aumentar considerablemente la ansiedad y la depresión”, agregó Oliveros.
Consumo elevado de alcohol y de otras sustancias psicoactivas: al ser depresores del sistema nervioso central, el trago y las drogas causan cambios comportamentales que, en vez de generar felicidad y entusiasmo, producen mayor tristeza y sentimientos de culpa.
Cierre de ciclos: el fin del año suele ser un momento de balance en el que las personas tienden a evaluar sus logros y fracasos: “Esto puede provocar sensaciones de insatisfacción o arrepentimiento y reproches, especialmente si las metas personales no se cumplieron, lo que puede generar ideas, pensamientos y actitudes consistentes con un cuadro depresivo”, reiteró el profesor.
En dado caso de que usted esté pasando por un momento difícil en vísperas de la Navidad, se recomienda que ponga en práctica los siguientes consejos para evitar que estas fechas agudicen los sentimientos de tristeza, nostalgia o frustración.
“Primero, consulte a un profesional para recibir asesoría y orientación psicológica; segundo, evite participar recurrentemente en reuniones sociales, sobre todo si lo va hacer por compromiso, pues estos encuentros pueden aumentar su depresión y ansiedad; tercero, organice mejor su tiempo y recursos, con el fin de evitar sobrecargas físicas, económicas y cognitivas; y cuarto, por muy complicado que parezca aprenda a decir no a compromisos e invitaciones que pueden elevar y agudizar los sentimientos de tristeza y nostalgia”, concluyó Oliveros.