El anuncio de la empresa EDP Renewables (Edpr) de retirar sus proyectos de energía eólica en Colombia provocó una fuerte reacción desde el ámbito político, especialmente en sectores de la oposición. La compañía, presente en el país desde 2019, confirmó que abandonaría los parques eólicos Alpha y Beta en La Guajira, lo que dejó en evidencia, según algunos actores políticos, las dificultades para impulsar la transición energética en el país.
La compañía, dedicada a la producción de energía renovable, había iniciado en el departamento de La Guajira la construcción de los mencionados parques, los cuales tenían una capacidad combinada de más de 0,5 GW y se proyectaba que generarían anualmente 2,5 TWh, contribuyendo a los objetivos de Colombia de promover energías limpias y combatir el cambio climático, pero la compañía expresó en su comunicado que los proyectos no cumplían con sus criterios de inversión y perfil de riesgo, lo que llevó a la decisión de no continuar con las inversiones necesarias para su construcción, tal y como lo comunicó el portal Valora Analitik.
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Esta salida se produce en un contexto en el que varias empresas del sector energético mostraron reservas sobre las condiciones de inversión en Colombia, especialmente en el ámbito de las energías renovables. El caso de Edpr se suma a la decisión de la multinacional Enel, que en mayo de 2023 abandonó el proyecto eólico Windpeshi en La Guajira.
Los proyectos Alpha y Beta de EDP Renewables en Colombia obtuvieron permisos ambientales en agosto de 2019 y firmaron contratos de compraventa de energía en octubre de ese mismo año, con una producción anual proyectada de 1,7 TWh a partir de 2022. La compañía contrató una parte importante del Ccapex, incluyendo turbinas y equipos, pero los retrasos en los permisos para la línea de interconexión y la pandemia afectaron el avance.
En 2021, las turbinas fueron almacenadas en La Guajira, y a pesar de los esfuerzos para mitigar los impactos, los retrasos continuaron. Edpr renegoció el 80,7% del volumen de entrega de energía y espera una resolución sobre el licenciamiento ambiental de la línea de interconexión para febrero de 2025.
Ante esta situación, la senadora María Fernanda Cabal, del partido Centro Democrático, utilizó su cuenta en la red social X para mostrar su rechazo a la gestión del Gustavo Petro, acusando a los ministros del gabinete presidencial de ser responsables de lo que calificó como una crisis en el sector energético. En su mensaje, la congresista criticó abiertamente a los ministros al llamarlos “esquizofrénicos”, en una referencia a las contradicciones que, según ella, existen entre las políticas públicas del Gobierno en cuanto al cambio climático y los resultados de esas políticas en la práctica.
La senadora afirmó que las promesas del Gobierno de Petro sobre la lucha contra el cambio climático y el impulso de las energías renovables se contradecían con la realidad del abandono de proyectos como los de Edpr. “Esta noticia revela la falsedad de Petro y sus esquizofrénicos Ministros que hablan de lucha contra el ‘cambio climático’. Todo es una farsa. No les interesa el medio ambiente sino vender su basura socialista”, escribió Cabal en su cuenta en X.
Tras el mensaje de la senadora, varios usuarios expresaron su apoyo, coincidiendo con su crítica y afirmando que tenía razón. Argumentaron que, aunque el gobierno promueve una agenda para frenar el cambio climático, hechos como este sugieren que no se están brindando las garantías necesarias para que las empresas operen y logren sus objetivos. Por otro lado, otros opinaron que esta situación está más relacionada con factores del mercado y aspectos contractuales, y no necesariamente con la gestión del Gobierno.
Algunos de los mensajes que más resaltaron en la publicación de Cabal fueron: “El Cambio Climático es irreversible. Politiquero qué diga que destruyendo la economía se puede detener y hasta reversar el cambio climático es un mentiroso de siete suelas”; “Todo lo que toca Petro lo vuelve NADA!”; “Los comunistas siempre necesitan un disfraz, el disfraz de hoy es el de ambientalistas, no quiere decir que todos los ambientalistas sean comunistas, pero si que todos los comunistas latinoamericanos usan hoy ese disfraz”.