Ladrón se hizo pasar por sacerdote para robarle a un conductor de aplicación

Los delincuentes en el país siguen dando ejemplos de que la inventiva para poder llevar a cabo hurtos no tiene límite. Como muestra de ello, un caso que se presentó en el municipio de Rionegro, Antioquia, y que dejó a la vista un plan llevado a cabo con minuciosidad por parte de un hombre que, simulando ser un sacerdote, robó a un conductor de aplicación.

El malévolo plan se llevó a cabo con tal precisión que la víctima en ningún momento sospechó que detrás de la figura de un hombre “religioso” estaba oculto un ladrón que lo dejó ‘viendo un chispero’, como se conoce en Colombia la expresión coloquial que se utiliza cuando alguien queda frustrado por no cumplirse algo que estaba esperando.

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Este insólito hecho de inseguridad dejó una lección: no confiar en exceso. El conductor habló con el medio regional MiOriente y relató minuto a minuto cómo fue su experiencia con este falso sacerdote que, incluso, lo invitó a desayunar.

Con su testimonio, el ciudadano espera que otros conductores de aplicaciones no caigan en las artimañas del estafador y que, con los detalles que brindó, las autoridades puedan rastrear a este sujeto que se aprovecha de su aparente vocación.

“Espero que con esto se haga justicia y que nadie más pase por una experiencia tan angustiante como esta”, mencionó el conductor, quien aún lamenta el trago amargo.

Esta historia comenzó la mañana del martes 17 de diciembre de 2024 alrededor de las 6:30 de la mañana. En ese momento, el conductor de aplicación aceptó un servicio que tenía como punto inicial el Alto de la Capilla; allí recogió al pasajero (el falso sacerdote), un hombre que aseguró tener 46 años, pero que debido a su aspecto físico daba una apariencia de alguien menor, entre 35 y 38 años. El destino final era una iglesia situada por el sector de Las Delicias.

“Desde el inicio, el hombre se mostró amable y conversador. Me habló de su vida, mencionando que era un sacerdote y que trabajaba en una parroquia cercana”, narró el ciudadano afectado por el falso clérigo. “Era muy convincente; conocía temas relacionados con parroquias y hablaba de su supuesta vocación con mucho conocimiento. Además, sabía cómo generar confianza al invitarme a comer, hablar de su familia y mostrarse como alguien humilde y generoso”, agregó.

Durante el trayecto, el religioso entabló conversación con el chofer y le comentó varios aspectos sobre su vida profesional y lo que había hecho para llegar allí. Pero para poder efectuar el hurto, el delincuente oculto tras el hábito debía generar más cercanía y confianza para no levantar ni una pizca de recelo. “El hombre me contó que había estudiado en Italia, que era doctor en geología y que había regresado a Colombia para servir a la comunidad. Era alguien carismático, que sabía cómo ganarse a las personas”, dijo el joven afectado.

Argumentando que debido a su estado de salud no podía conducir, el supuesto cura le hizo una oferta laboral, ya entrados en confianza con el conductor. “Me ofreció 300 000 pesos por un viaje que incluía recogerlo, llevarlo a Medellín y regresar. Además, mencionó que estaba buscando un conductor fijo” debido a su condición, recordó la víctima del hurto”, dijo el afectado.

Para disipar cualquier duda, el “sacerdote” invitó al chofer para que lo acompañara a dos iglesias, pero antes se dirigieron hasta un café en donde sostuvieron una charla, a modo de entrevista informal. En ese punto ya se estaban discutiendo aspectos como las aspiraciones salariales del conductor y más detalles sobre su vida personal.

“Me llevó a desayunar y luego dijo que necesitaba comprar ropa para niños de la vereda que representaba. Me pidió recomendaciones y terminamos en una tienda de ropa en el centro”, agregó el conductor de aplicación, que no vio ningún reparo en hacer este desvío antes de llegar al destino final. Solo que en un momento de distracción, el falso cura dejó ver su verdadera cara de delincuente, y cometió el hurto.

“Yo me estaba midiendo ropa cuando, de repente, me di cuenta de que no estaba. Le pregunté al personal del almacén, y me dijo que había salido a retirar dinero. Ahí fue cuando sospeché que algo estaba mal”, resaltó la víctima del robo. Hasta ese momento habían pasado cinco horas desde que salieron de Altos de La Capilla, tiempo que le llevó al ladrón vestido de clérigo llevar a cabo su plan.

El botín que se llevó el malhechor fueron 300.000 pesos en efectivo y un celular (iPhone 13), que tenía acceso temporal a las cuentas bancarias del ciudadano que engañaron. “Utilizaba mi teléfono constantemente para hacer cálculos, decía que era por su trabajo, y yo, confiado, no bloqueé el dispositivo”, mencionó el joven conductor.

A raíz de este episodio infortunado “estuve casi una hora intentando bloquear todo desde un celular prestado. Afortunadamente, no logró mover dinero de mis cuentas, pero el daño ya estaba hecho”, informó el chofer, que además de quedarse sin sus objetos personales y sin la oferta laboral que le habían propuesto, tuvo que pasar un momento incómodo debido a que no tenía con qué pagar la tarifa del parqueadero ni los peajes de regreso.

“Tuve que pedirle a mi mamá que me transfiriera dinero. Es una experiencia muy dura, porque este hombre pensó en todo para que uno no sospechara de nada”, cerró el conductor de aplicación, que con su testimonio, espera que las autoridades en Rionegro le sigan la pista y den con la captura de este hombre para que no sigan cayendo más ciudadanos. “No quiero que nadie más caiga en un engaño como este. El hombre sabía lo que hacía y cómo manipular a las personas”, concluyó.

Por el momento, las cámaras de seguridad del almacén de ropa están siendo analizadas por parte de la Policía como parte de la investigación que se abrió luego de la denuncia de esta estafa y posterior hurto.