La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) dio a conocer los pormenores técnicos de lo que considera un panorama desafiante para las economías de la región latinoamericana durante 2025, destacando que los países enfrentarán una persistente “trampa de baja capacidad para crecer”.
Según el reciente informe del organismo de las Naciones Unidas, el crecimiento económico en la región será impulsado principalmente por el consumo privado, mientras que la inversión productiva continuará rezagada. Las proyecciones para Colombia son optimistas.
Para América Latina en general, la Cepal anticipa un crecimiento del 2% en 2024, aumentando ligeramente a 2,3% en 2025.
En contraste, Colombia presenta una dinámica particular. Aunque la proyección para 2024 sitúa al país por debajo del promedio regional, con un crecimiento del 1,8%, se espera un repunte más elevado en 2025, que alcanzaría 2,6%, superando así el promedio estimado para la región.
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No obstante, Colombia ocupa el puesto 23 entre los 33 países analizados en términos de crecimiento económico, lo que evidencia la necesidad de abordar sus retos estructurales. A nivel regional, se prevé que América del Sur crezca 2,6% en 2025, Centroamérica 2,9% y el Caribe, sin incluir a Guyana, también 2,6%.
Persisten la informalidad y el lento crecimiento del empleo
Uno de los aspectos más preocupantes que resalta el informe es el bajo dinamismo en la generación de empleo. Según la Cepal, el empleo en América Latina crecerá apenas un 1,7% en 2024, el incremento más bajo registrado desde el período posterior a la pandemia de COVID-19. Además, la tasa promedio de empleo informal en la región se estima en 46,7%, una leve mejora respecto al 2023, cuando fue 47,1%.
En Colombia, sin embargo, la informalidad laboral continúa siendo un desafío crítico. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), entre junio y agosto de 2024, 12,9 millones de trabajadores, de un total de 23,1 millones de ocupados, estaban en condiciones de informalidad, lo que representa un preocupante 56%. Esta cifra subraya la urgencia de implementar políticas laborales que promuevan empleos formales y de calidad en el país.
Inflación en descenso, pero desafíos fiscales persisten
En términos de inflación, la región ha mostrado avances significativos tras alcanzar un máximo en 2022. La mediana regional cayó del 8,2% registrado ese año a un 3,7% en diciembre de 2023, con proyecciones de una reducción adicional al 3,4% en 2024. Sin embargo, estos niveles aún superan los valores previos a la pandemia, lo que plantea retos para alcanzar las metas de inflación de los bancos centrales.
En Colombia, la lucha contra la inflación sigue siendo un tema prioritario, mientras que las finanzas públicas enfrentan presiones considerables. La Cepal advierte sobre dificultades para aumentar el recaudo fiscal en el corto plazo, combinado con un gasto público estable pero con una creciente carga derivada del servicio de la deuda. Este escenario plantea riesgos significativos para la sostenibilidad fiscal del país, en un contexto de débil crecimiento económico y altos costos de financiamiento.
Soluciones estructurales para superar el estancamiento
Para revertir esta “trampa de baja capacidad para crecer”, la Cepal propone una estrategia que combine la movilización efectiva de recursos financieros con políticas de desarrollo productivo. Según el secretario ejecutivo de la comisión, José Manuel Salazar-Xirinachs, es esencial fomentar la inversión en capital productivo, aumentar la productividad y generar empleo de calidad para fortalecer la resiliencia económica y asegurar un crecimiento sostenible a mediano y largo plazo.
En conclusión, Colombia y América Latina enfrentan un panorama económico complejo en los próximos años. Con desafíos como la informalidad laboral, la inflación y el limitado crecimiento del PIB, se hace evidente la necesidad de adoptar políticas económicas innovadoras que permitan un desarrollo más inclusivo y sostenible.