Se acercan las fiestas de fin de año y los colombianos, como de costumbre, buscan darle la bienvenida al 2025 de la mejor manera.
Y es que más allá del calor de la familia, así como los múltiples eventos que se registran en medio de la época decembrina, hay quienes buscan cerrar el año “invocando” ciertos aspectos positivos a través de algunas vías que no son muy comunes.
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No es para menos; Colombia es uno de los países a nivel mundial donde más se conocen “agüeros” o ritos mediante los cuales los ciudadanos buscan prosperidad, dinero, amor, entre otros factores.
Una de aquellas prácticas está basada en que, en medio de las festividades de final de año, algunas personas se comen 12 uvas en la medianoche del 31 de diciembre.
Al parecer, dicha teoría está basada en que quienes se adhieren a esta práctica deben pedir un deseo por cada una de las uvas, que representan cada uno de los meses del año. De esta manera, los colombianos se asignan, a sí mismos, las metas que desean cumplir periódicamente.
Pero, ¿de dónde vienen este tipo de costumbres? Existen múltiples versiones sobre el origen de esta práctica, que sería común no solo en Colombia, sino en diferentes países de habla hispana desde hace más de un siglo.
Cuál es el origen del agüero de las 12 uvas el 31 de diciembre
Una de las teorías sobre dicho gesto está plasmada en el libro “España” del periodista estadounidense Jeff Koehler. Al parecer, durante 1880, un grupo de aristócratas españoles buscaban burlarse de los miembros de la burguesía francesa que, como una de sus costumbres, consumían uvas y tomaban vino durante los diferentes festejos del año.
Así las cosas, como una forma de reírse de quienes vivían en el país vecino, los españoles comenzaron a hacer lo mismo: comer uvas y tomar vino en medio de las festividades, incluyendo la del final de año.
De hecho, dice un artículo que escribió el mismo Koehler que, años más tarde, quienes vivían en Madrid acostumbraron a ir a la Puerta del Sol, uno de los monumentos más importantes de la capital de España, para comer uvas a la media noche, tal como lo hacía la clase alta.
La situación llegó a un punto tal que, con el paso de los años, dicha práctica se convirtió en una tradición en el país ibérico y, a su vez, en los países latinoamericanos y demás colonias castellanas.
No obstante, también existe una versión que señala que esta teoría obedece a unos lineamientos de marketing a comienzos del siglo XX. Koehler explicó que, para 1909, a un grupo de productores de frutas en el sureste de España se le ocurrió la idea de llamar a unas uvas blancas que habían cosechado las “uvas de la buena suerte”.
La idea de esta estrategia era que los productores pudieran vender todo lo que se había cosechado y no se registrara perdida alguna. Al igual que como el caso anterior, dicha práctica se habría hecho cada vez más frecuente en España, al punto tal que los países de América Latina “heredaron” tal costumbre.
A pesar de que no se conoce con exactitud cuál de las dos teorías está más cerca de la realidad, lo que sí es cierto es que cada año son miles las personas que, antes de que el reloj marque las 12:00 a. m, salen corriendo para tomar sus 12 uvas e imaginar sus deseos, previendo así lo mejor para el año que entra.