Durante la ceremonia de ascensos de las Fuerzas Militares, realizada el miércoles 18 de diciembre, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, realizó declaraciones clave sobre el impacto del narcotráfico en el país, el rol del capitalismo en el incremento del consumo de drogas y la necesidad de profundizar en los procesos de paz.
En su discurso, Petro destacó la urgencia de que Colombia deje de ser un epicentro del narcotráfico y las muertes asociadas, vinculando esta problemática a un sistema global basado en la codicia y el consumo desmedido.
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Petro expresó: “Colombia tiene que resguardarse porque no puede seguir siendo centro y antro de la muerte”. Estas palabras resonaron mientras enfatizaba la importancia de transformar los métodos tradicionales de lucha contra las drogas y consolidar un camino hacia la paz que involucre el desarrollo económico y social de las comunidades más afectadas por el conflicto.
En sus declaraciones, el mandatario señaló que el narcotráfico está ligado a dinámicas capitalistas que fomentan tanto la producción como el consumo de sustancias ilícitas en las sociedades modernas.
El primer mandatario destacó cómo el fenómeno del consumo de drogas refleja contradicciones inherentes a las sociedades contemporáneas. Petro señaló que “unas [drogas son] para trabajar en exceso, para no dormir, otras para el contrario, morir, que es un poco la enorme contradicción de las sociedades que estamos presenciando en esta época del siglo”.
Según el mandatario, estas tendencias surgen de un sistema global caracterizado por la codicia y la obsesión por el crecimiento económico, incluso a expensas del bienestar humano y el equilibrio medioambiental.
El presidente mencionó específicamente el caso del fentanilo, un opioide sintético cuyo consumo ha crecido exponencialmente en países desarrollados, especialmente en Estados Unidos. Este fenómeno es un ejemplo de cómo las sociedades buscan, paradójicamente, formas de sobreexplotar su capacidad productiva y, al mismo tiempo, alternativas para escapar de las presiones del sistema mediante el consumo de sustancias letales.
Alternativas para las comunidades rurales afectadas
Petro insistió en la necesidad de replantear las estrategias represivas para combatir el narcotráfico, proponiendo en su lugar soluciones que brinden a las comunidades campesinas opciones económicas, sostenibles y legales. Según él, “la estrategia no debe ser represiva, sino que tiene que ver con cómo el campesinado, la mayor parte es negro descendiente de África y las comunidades indígenas del litoral pacífico, pueden acceder a los enormes mercados de la China y de la India con productos lícitos: café, cacao, maderas, ojalá elaboradas, ojalá industrializadas”.
Balance de las operaciones militares contra grupos armados
En cuanto al balance de las operaciones militares durante 2024, Petro destacó los avances en la lucha contra los grupos armados ilegales. Según informó, las Fuerzas Militares llevaron a cabo 169 operaciones contra organizaciones como el Estado Mayor Central (EMC), la Segunda Marquetalia, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Clan del Golfo. Estas acciones incluyeron importantes logros en territorios previamente dominados por fuerzas ilegales.
El mandatario destacó como ejemplo la recuperación de El Plateado, en el cañón del Micay, una zona estratégica que había estado bajo el control de clanes mafiosos asociados a organizaciones mexicanas.
“El Plateado se lo devolvemos a Colombia. Desde hacía años había sido tomada por una fuerza que obedece a los clanes mafiosos de México”, indicó Petro, al destacar la importancia de estas victorias territoriales para garantizar la seguridad de las comunidades y reducir el impacto del narcotráfico en el país.
El presidente también reiteró su compromiso con los procesos de paz en el país, describiéndolos como esenciales para transformar la realidad de Colombia. Petro calificó el balance del último año como “agridulce”, resaltando tanto los avances logrados como los desafíos que persisten frente a grupos que se han negado a participar en la construcción de una paz colectiva.
En este sentido, el mandatario enfatizó que “profundizar en los procesos de paz se vuelve importante” para que Colombia deje de ser un actor clave en el circuito global del narcotráfico. La estrategia integral que propone el Gobierno combina esfuerzos en el ámbito militar con iniciativas económicas y sociales para abordar las causas estructurales del conflicto y ofrecer alternativas reales a las comunidades más afectadas.