Tal y como insiste el director regional para Suramérica de Panthera, Esteban Payán Garrido, en cada entrevista sobre jaguares y su relación con los seres humanos: “Como dicen los llaneros viejos, el jaguar nunca te va a ofender; se va a defender”.
Un ejemplo de ello ocurrió en Puerto Wilches, Santander, donde un grupo de palmicultores tuvo un inesperado encuentro con un ejemplar de esta especie mientras realizaban sus labores.
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Y es que, lejos de mostrarse amenazante so atacarlos, el majestuoso felino se quedó observando a lo lejos y luego continuó su camino en completa tranquilidad.
Un encuentro mágico que uno de los trabajadores del lugar logró registrar con su teléfono celular y luego compartir a través de las redes sociales, generando comentarios de quienes no los bajan de “afortunados” por disfrutar del avistamiento y salir ilesos.
De acuerdo con la Lista Roja de Especies Amenazadas de (Uicn) se considera una especie vulnerable al verse expuesto al terror humano cuando se ve obligado a salir de su hábitat por la deforestación.
Sin embargo, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible colombiano explicó que no se tienen registros de atauqes de jaguares no infundados. Así que, ante un eventual encuentro, recomendó:
- Convivencia con felinos: disminuya al máximo la cacería de presas naturales, ubique los animales domésticos en zonas más seguras, construya reservorios o pozos de agua, en lo posible, lejanos al bosque.
- Medidas de ahuyentamiento: genere ruidos fuertes como pitos, cornetas, bombos; utilice lámparas o linternas de alto alcance para hacer recorridos de guardia.
- Encuentros con felinos: el miedo de un ataque a humanos es infundado, es decir, no hay registros de ataques no provocados de jaguares a humanos en Colombia. Sin provocación, los jaguares no atacan a humanos. Sin embargo, se recomienda no perseguir, acosar, agredir o disparar a esta especie de cualquier forma; entrometerse o acercarse entre parejas de jaguares en épocas de celo o con cachorros.
Otro encuentro con un felino salvaje conmovió las redes sociales a mediados de diciembre:
Información difundida por la fundación Omacha sugiere la expansión agrícola en los bosques nublados y laderas andinas constituye la principal amenaza para los tigrillos, una especie que en el pasado fue cazada intensivamente por su piel y que, aún hoy, enfrenta riesgos debido a la cacería preventiva, al ser considerada un depredador de animales domésticos. Esta situación llevó a que en 2017 la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), el Ministerio de Ambiente y el libro rojo de mamíferos de Colombia incluyeran a este felino en la categoría de Vulnerable (VU).
De ahí la emoción de un grupo de senderistas en el municipio de Río Sucio, Caldas, al encontrarse con un ejemplar de esta especie. O al menos así quedó registrado en la grabación realizad y compartida en redes por la creadora de contenido enfocada en turismo, gastronomía y comunidad, Rosy Palma. Mientras filmaba a un grupo de colibríes, el pequeño felino, de tamaño similar al de un gato doméstico, apareció atraído por una cabeza de pescado que habían dejado sobre el tronco seco de un árbol.
El encuentro sorprendió a los presentes. Aunque asustada, Palma preguntó si corrían peligro, a lo que sus compañeros le explicaron con calma que el evento era excepcional y debían aprovecharlo sin alterar al animal: “Miren qué precioso este tigrillo salvaje, completamente salvaje. Miren qué animal tan lindo. Río Sucio, Caldas, nos muestra algo precioso que nunca habíamos podido ver, un tigrillo en su ambiente 100% natural... esa piel preciosa de este animal, miren ¡Qué espectáculo! ¡Qué lindo!”.
A pesar de que los tigrillos se encuentran distribuidos desde las montañas de Costa Rica hasta el norte de Argentina, su avistamiento es poco común debido a su actividad crepuscular, tamaño reducido y denso pelaje lanudo.