Los hechos recientes en Ciudad de Panamá apuntan a una operación de la mafia relacionada con el narcotráfico y ajustes de cuentas entre sus miembros.
El inicio de esta historia sicarial se remonta desde el 6 de diciembre, cuando un grupo de sicarios interceptó una camioneta Toyota Prado gris en la que viajaban dos colombianos. Uno de ellos, identificado como Daniel José Vélez Ospina, mismo que murió al instante.
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Por otro lado, Jhon Alberto Sánchez Martínez es la identidad del segundo colombiano, quien sobrevivió a ese primer ataque sicarial. Sánchez fue trasladado al hospital Santo Tomás de Panamá. Precisamente, ese connacional fue vinculado por las autoridades panameñas al narcotráfico.
Ocho días después del primer ataque, un sicario disfrazado de médico ingresó a la sala 7 del hospital y ejecutó a Sánchez Martínez con ocho disparos en el rostro y el cuello. Recientemente, el periodista panameño Alexander Calderón afirmó que, en realidad, fueron tres sujetos quienes, disfrazados, lograron traspasar la seguridad del centro médico y acribillaron a Sánchez.
Según las autoridades, la hipótesis más sólida es que ambos ataques fueron un ajuste de cuentas vinculado a la pérdida de una suma considerable de dinero asociada al tráfico de drogas. En este contexto, se relaciona con una empresa de construcción que operaría en Panamá desde 2011, en el corregimiento de Betania, dentro del área urbana de Ciudad de Panamá.
Esto se descubrió luego de que Daniel José Vélez Ospina se identificara como empresario de la construcción. Dicha empresa tendría un capital neto de 15.000 dólares (aproximadamente 64 millones de pesos colombianos). Las autoridades han comenzado a investigar las operaciones de esta empresa para determinar su posible relación con actividades ilícitas.
El nivel de planeación del grupo criminal incluyó la falsificación de carnés de acceso al hospital, lo que permitió el ingreso del sicario sin levantar sospechas. Además, se sospecha que hubo sobornos al personal médico para facilitar la operación. Este grado de organización refuerza la teoría de que las víctimas estaban involucradas en negocios ilícitos.
Paralelamente, se están revisando las cámaras de seguridad del hospital y los dispositivos electrónicos de las víctimas, particularmente los chats y llamadas de Vélez Ospina, en busca de pistas que permitan identificar a los responsables.
Mientras tanto, el paradero del “doctor sicario” y sus cómplices sigue siendo un misterio que las autoridades panameñas intentan resolver. Según Jaime Fernández, director de la Policía de Panamá, ya se han identificado “a varias de las personas que se vieron involucradas en este hecho”, según declaró al medio internacional TVN Noticias.
De acuerdo con información de La Prensa, Sánchez, en vida, tenía un “proceso penal por delitos contra la salud pública” en Panamá. Se cree que dichos crímenes están relacionados directamente con el narcotráfico y la venta de drogas.
En Malta, encontraron a un hombre muerto dentro de una maleta. Colombiano señalado como el asesino
El hallazgo de una maleta flotante en las aguas de Sliema, una ciudad costera en el noreste de Malta, ha desencadenado una investigación policial de gran envergadura. El 9 de diciembre de 2024, dos niños que navegaban en una pequeña embarcación descubrieron la maleta, que contenía el cuerpo desmembrado de un hombre.
Este macabro descubrimiento ha llevado a la detención de Andrés Leonardo Gamboa Durán, un ciudadano colombiano de 43 años, originario de Cúcuta, Norte de Santander.
Gamboa Durán fue arrestado en el marco de la investigación que busca esclarecer los detalles del crimen. Según Infobae, el colombiano se declaró inocente ante un tribunal en Malta el 14 de diciembre de 2024. La magistrada Marse Ann Farrugia lidera el proceso judicial en el que Gamboa Durán enfrenta múltiples cargos, incluyendo posesión y tráfico de drogas con agravantes, blanqueo de capitales, alteración de pruebas penales e intento de ocultar un cadáver.